La que se avecina...

No os asusteis, que no voy a hacer pronósticos de ningún tipo. Bastante estamos teniendo ya a lo largo de las últimas semanas con lo que estamos padeciendo los sufridos ciudadanos de Ibi. Pero sí es cierto que muchísima gente nos para a los concejales por la calle, en primer lugar para manifestarnos su -lógico- malestar y por otra parte, su incomprensión por las cosas que están sucediendo y que, aunque parezca sorprendente, mucha gente sigue sin entender.

Cuando digo que no las entienden, es básicamente que la mayoría de las personas desconocen el normal funcionamiento de un ayuntamiento, cuáles son los instrumentos que la normativa de las haciendas locales permite, cómo funcionan exactamente y qué cosas pueden hacerse y cuáles no. Especial interés nos han mostrado por el funcionamiento de la moción de censura, que anda rondando por las cabezas de mucha gente a la vista de la situación política que se está viviendo en el consistorio Ibense. Más allá de que ahora mismo no se ha planteado directamente dicha posibilidad, básicamente porque no hay suficientes concejales que estén dispuesta a firmarla, creo que conviene clarificar algunas cuestiones, porque no es tan sencillo.

La normativa electoral exige que para presentar una moción de censura, la misma sea firmada por un número de concejales que supongan, al menos la mayoría absoluta del pleno de la corporación. En el caso de Ibi, con 21 concejales tendrían que firmarla al menos 11. Ahora mismo, dado que el partido popular cuenta con diez concejales en el gobierno, si alguno de esos concejales que forma parte del gobierno hipotéticamente firmase la moción de censura, el número de concejales tendría que incrementarse en uno más por cada uno de los que haya formado parte del partido gobernante. Esto está hecho para evitar que los tránsfugas que han formado parte del gobierno propicien o sumen con otros votos suficientes para presentar una moción de censura. En este sentido, en Ibi nos tendríamos que poner de acuerdo los once concejales que pertenecemos a cuatro partidos distintos. Por otra parte, los concejales sólo podemos firmar una moción de censura por legislatura, por lo que si la misma se llevara a cabo, quien saliera elegido de alcalde o alcaldesa terminaría la legislatura en el cargo, salvo dimisión o cualquier otro precance que le impidiera continuar en el cargo.

A la vista está que no es fácil, ni sencillo ni es una decisión que se puede tomar a la ligera. El escenario que se presenta ahora mismo en Ibi, a mi modo de ver es el siguiente. Una vez dimitido Agüera, y a la vista de todas las informaciones que se están publicando, pero más allá de estas, entendemos que la dimisión de la alcaldesa es inexorable, dada la evidente, grandísima e ineludible responsabilidad que ha tenido en todos los lamentables hechos acaecidos en los últimos cinco años. Todos los concejales que ahora mismo están imputados (Ana Sarabia, Onsurbe y Miguel Ángel Agüera) han sido militantes de su partido y personas de su más directa confianza. Por otra parte, ha habido otro buen grupo de concejales cesados, dimitidos o represaliados (Felicidad Peñalver, Rafael Pastor, José Campoy, Antonio Granero...). Y todo ello, sin contar con que a corto plazo pueda resultar también imputada la propia alcaldesa en algunas de las diligencias que se siguen, lo cual decididamente implicaría que el propio PPCV le pidiese su dimisión. Si llegamos a este punto a corto plazo, entiendo que el PP como lista más votada debería intentar seguir gobernando, pero con un talante totalmente diferente, con transparencia total, buscando apoyos puntuales en los grupos de la oposición, e incluso acuerdos globales en temas importantes y, por qué no, hasta ofreciendo delegaciones a más concejales de la oposición, dada la escasísima o nula experiencia de muchas de las nuevas incorporaciones. Cabría la posibilidad de tener una legislatura digamos "normal", buscando sanear las cuentas municipales y demostrar al pueblo que estamos para trabajar y arreglar problemas y no para ensuciar la imagen de Ibi.

La moción de censura sólo cabría en dos supuestos: que Mayte se enrroque en su cargo y pretenda seguir contra viento y marea o que bien, una vez dimitida, el equipo de gobierno resultante no sea capaz de sacar adelante el gobierno con normalidad, no exhibiese la documentación que se le pide y en definitiva se saltase a la torera, como han hecho en el primer año de gobierno, el cumplimiento de la legalidad y de cuestiones importantes exigidas mayoritariamente por la oposición. Porque, al menos por parte de ADIi, un tema debe de quedar claro, con la dimisión de Mayte y Agüera se daría un paso importantísimo, pero quedaría por delante abrir puertas, ventanas y cajones en el Ayuntamiento y que aflore todo, que se depuren responsabilidades tanto para políticos como para los funcionarios que no hayan cumplido la legalidad y que las diferentes áreas del ayuntamiento sean lo que deben de ser, oficinas y departamentos para PRESTAR SERVICIOS AL CIUDADANO con eficiencia, austeridad y honestidad. Y como dice mucha gente, velar para que quien haya metido la mano en la caja, devuelva hasta el último céntimo, si esto es viable.