Ayer todos los digitales se hacían eco de la noticia de que el nuevo director de RTVE, tomaba la decisión de relevar a Fran Llorente como director de informativos de la cadena pública. Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia completa publicada en el diario El Mundo, donde puede verse el video en que los compañeros de Llorente le despiden con una sonora ovación.
Personalmente, que ni voté al anterior gobierno de Zapatero ni tampoco al actual partido en el gobierno, tengo que decir que el cambio de rumbo en TVE fue uno de los pocos aciertos del anterior gobierno. Al anterior yo añadiría la excelente gestión de Pere Navarro en la Dirección General de Tráfico, logrando reducir a niveles anteriores a los años 60 la mortalidad en España por accidentes de tráfico.
Esto de los informativos, se produce cuando los de Televisión española han sido galardonados en los últimos años por estamentos tanto nacionales como internacionales. Siempre habrá gente que piense que la televisión pública se decanta por el gobierno de turno, pero sinceramente, en los últimos años y, en mi modesta opinión, RTVE había vivido la época en la que justificaba su carácter de servicio público, tanto por los informativos, como por la programación global en general, donde programas cutres, casposos y de dudosísimo gusto habían desaparecido por completo de la parrilla, se había eliminado la publicidad y los padres teníamos la tranquilidad de que los canales dependientes de TVE eran los únicos donde se respetaba la normativa de no emitir "mierda" en horario infantil.
Ahora el PP, lejos de cumplir su supuesto ideario liberal, decide fulminar a Llorente. En mi opinión un grave error. En la era de internet, donde hay canales privados de todas las tendencias, donde no se puede poner barreras a la información y la censura no cuela ni intentándolo, intentar hacer una televisión pública más "cómoda" para el gobernante de turno no quita ni pone gobiernos. Pero allá ellos. Seguramente no tardará en notarse en la audiencia y pronto la sombra de la privatización planeará sobre el ente público. Quizás es la finalidad última
