Leo en la edición digital de El Mundo, que LA CRISIS AHOGA EL SUEÑO DE SER FALLERA MAYOR. Mira tú por dónde, ahora resulta que la dificultad que ha surgido en Ibi con el tema de encontrar abanderadas, se ha reproducido también en el cap i casal, la ciudad de Valencia.
Dice el mencionado diario que "La crisis llega al universo fallero, no sólo por el recorte presupuestario de las comisiones de cara a la fiesta sino también por la capacidad de los actores de las Fallas de hacer frente a los gastos que estas suponen para cualquier tipo de bolsillo. Hasta ocho familias han renunciado este año a que sus hijas sean la reina de la fiesta, la Fallera Mayor de Valencia".
En consecuencia, sólo cinco candidatas, de las 13 elegidas para formar parte de la Corte de Honor, han seguido adelante con su intención de ponerse la banda con la enseña nacional y presidir los actos centrales de las Fallas 2011. El resto ha comunicado al jurado su renuncia, que en algunos casos se produjo nada más ser seleccionadas para la Corte, con el argumento de que "ya habían alcanzado su meta".
Sin embargo, la situación económica de algunas de las familias, debilitada por la crisis, y los gastos a los que debe hacer frente la Fallera Mayor de Valencia, que oscilan entre los 60.000 y los 90.000 euros de media, con casos excepcionales en los que se han alcanzado los 180.000 euros, han llevado a los padres a confirmar esta renuncia, que no era tan amplia desde 1999, cuando nueve de las falleras de la Corte se apartaron voluntariamente de la 'pelea' por el reinado.
Desde que el Ayuntamiento decidiera correr con los gastos de la indumentaria, las fotografías y alguna partida accesoria, allá por 2001, no se habían dado tantos casos de renuncia en la Corte de Honor. En concreto, en 2010 se produjeron dos casos, al igual que en 2008....SIGUE LEYENDO
Está claro que al final, hacer cada vez las cosas más grandes, con más pompa y más boato, hace la fiesta menos popular. Pero como en todo, la fiesta siempre estará por encima. Decía la madre Teresa de Calcuta que es algo intrínseco al ser humano, celebrar y festejar los acontecimientos importantes y que, hasta en el más humilde barrio de Calcuta se hacía fiesta dentro de sus humildísimas posibilidades. Si la crisis tiene algo positivo es que nos debe de hacer reflexionar a todos y poner las cosas en su justo contexto.
Lo lógico es que las cosas vuelvan al cauce de la normalidad. Efectivamente. Cuando Ibi era un pueblo donde la industria solamente era un atisbo, las calles no estaban asfaltadas, las economías eran básicamente agrícolas, se hacía fiesta. Esas son las raíces. El incremento del nivel de vida que trasladamos a la fiesta, es el mismo que trasladamos a nuestro día a día. Se trata de vivir más austeramente a todos los niveles.
ResponderEliminarJ.R.
Al final les persones quan més en tenim, més en volem. L'exces de protocol i de pompa, mata la popularitat de la festa. No es pot perdre aixó mai de vista, encara que tot el mon ho fa en la millor intenció i en tota la seua il.lusió
ResponderEliminarFester
Ahora que he leído el artículo, y soy festero, me parece escandaloso lo que el Ayuntamiento de Valencia les subvenciona a las falleras. Es inaudito. Así nos vemos como nos vemos. Una cosa es apoyar unas tradiciones y otra fomentar los lujos innecesarios
ResponderEliminarRita
Mi mujer fue abanderada en 1995, no nos sobraba el dinero, pero teníamos una ilusión tremenda. Quisimos hacer una cosa modesta y poder demostrar que no era necesario ser millonario para desempeñar el cargo dignamente.
ResponderEliminarYa que parles de falles, i del cap i casal, quina vergonya la programació (o absencia d'aquesta) d'actes culturals i festius per a celebrar la diada valenciana. Xocolatada i populisme per a que els regidores peperes fatjen campanya el.lectoral. Ni obres de teatre en la nostra llengua, ni res que recorde que som un poble amb una identitat. Es veritablement vergonyós
ResponderEliminarTófol