Jornada de Reflexión...

Paradójicamente, esta entelequia instalada en nuestro sistema electoral denominada "jornada de reflexión", y que obliga la víspera de unos comicios a no hacer campaña para que el ciudadano se sosegara y pensara sobre cuál de los partidos políticos le generaba más "entusiasmo", quizás debería de instaurarse obligatoriamente pero justo para las 24 horas posteriores. Desde mi modesta experiencia en lo que supone el esfuerzo de preparar varias campañas electorales, les garantizo que en las sedes de los diferentes partidos ahora están exhaustos y -en algunos casos- alucinando con lo que ayer sucedió en Asturias y, sobre todo, en Andalucía.

Mira tú por dónde, ayer domingo por la mañana Fernando Alonso partía en 8ª posición de la parrilla de salida del circuito de Malasia, con todo el mundo cabreado, mecánicos, piloto y equipo por no disponer un año más de un coche competitivo. No obstante todo lo anterior, una conjunción de circunstancias (lluvia, roturas de rivales, aciertos en cálculo de estrategia a la hora de repostar, etc..) unido a la pericia y al esfuerzo de un gran piloto (dicen los que entienden, entre los que no me cuento), propició que Fernando Alonso se hiciera con una inesperada victoria y el liderazgo provisional de la Fórmula 1. El mismo día en que el piloto asturiano se hacía con esta inesperada victoria, en Andalucía y en Asturias se dirimía, según las previsiones más catastrofistas, el definitivo entierro del Psoe y la posibilidad casi cierta para muchos de que el PP y su marea azul gobernaran prácticamente en todo el territorio nacional, con una cuota de poder nunca alcanzada antes en época democrática por ningún otro partido. Y mira tú por dónde que aquí también, diferentes circunstancias han determinado que seguramente al PP le correspondan cuatro años más de oposición en la comunidad con más territorio y más población de España. Como dice nuestro castizo refrán, hasta el rabo todo es toro.

En este caso gracias al meritorio ascendo de Izquierda Unida, que ha doblado en votos y en escaños. En Asturias, con mucho menos peso demográfico, el Psoe ha sido la lista más votada, aunque aquí quienes probablemente se unan para gobernar serán Foro y PP, de ahí que los medios más a la derecha de la carcundia televisiva, anoche tenían serios problemas para criticar la alianza Izquierda Unida-Psoe, sin caer en una contradicción, al animar la más que probable unión de los partidos de derechas en Asturias. Como ciudadano, mi reflexión va por otros lares y creo que coincido con otros muchos ciudadanos que nos preguntamos varias cosas:
¿Por qué todas las elecciones autonómicas no se celebran en la misma fecha, unidas a las municipales? ¿Qué justifica este estado permanente de campaña electoral en un país de un tamaño relativamente pequeño? ¿Por qué estos partidos que ahora se dan cuenta de que hay que ser más austeros y racionalizar el gasto no comienzan por aprobar un sistema electoral que minimice el coste y ponga la maquinaria del Estado a hacer funcionar el país de una vez por todas y no a estar en permanente campaña electoral? ¿acaso interesa tener permanentemente condicionadas a unos comicios -los que sean- la toma de decisiones importantes y los políticos nacionales han de estar en el amago y el cálculo electoral permanente?

Quizás Rajoy ahora esté reflexionando si posponer durante tres meses las ciertas medidas de ajuste que sin duda vendrán semanas venideras le ha beneficiado o le ha perjudicado. Quizás también se pregunte cuánto le ha ayudado su coleguita Francisco Camps, protagonizando portadas de periódico y entradas y salidas a los Juzgados. Ni en la comunidad valenciana se castigó la corrupción, ni se ha hecho en Andalucía. Quizás Rajoy, también debería de repasar las intervenciones públicas y la escasa ayuda de la única ministra andaluza, Fátima Báñez, que ha mostrado unos ademanes y unas formas de auténtica arrabalera, y no creo que hayan animado a muchos de sus votantes más centrados, a cambiar de dirigentes en Andalucía. Y quizás Griñán estará también pensando, que en el fondo su autonomía necesita un cambio, si no de partido porque sus ciudadanos han querido seguir siendo gobernados por la izquierda, sí de formas. Porque ni Andalucía ni el resto de autonomías vamos a poder ir por libre si queremos regenerar la democracia en este país. Muchos ciudadanos necesitan que se vaya a una, al menos, en tres o cuatro cosas importantes. Y en el tema de la asquerosa corrupción, qué quieren que les diga. Poco a poco partidos de los denominados pequeños irán pintando más y esperemos que decidan entre todos poner coto a tanta desvergüenza, pero aún queda mucho.