Leía la semana pasada en varios medios de comunicación, la noticia de la pérdida de audiencia en 4 puntos porcentuales de nuestra costosísima y manipuladísima televisión autonómica, canal 9. Desde el apagón analógico, de un pírrico 10% de seguimiento (una de las más bajas en las televisiones autonómicas), se ha quedado en un más exiguo 6%. Es decir, 6 de cada 100 valencianos (en promedio) siguen asiduamente la infame televisión peperiana y, el colmo, cuando se emite la fórmula 1, la mayoría de los valencianos prefieren hacerlo a través de La Sexta, de lo cual ya hablé en su día en esta bitácora, en la entrada titulada DESPILFARROS ESCANDALOSOS.
Lo anterior por sí sólo, podría ya resultar suficiente para que hubiera de una vez por todas un planteamiento serio sobre la desaparición o el replanteamiento de la existencia de una televisión pública que se ha demostrado que sólo sirve para hacerle la pelota a los gobernantes de turno, ningunear a la oposición y dar caña al gobierno central cuando este no coincide con la cuerda del gobierno autonómico. No me duele pagar impuestos, pero sí me duele que utilicen mis impuestos para mantener enchufados y hacerle la clac al gobernante de turno.
En el actual panorama en que cualquier ciudadano puede acceder desde su televisor a decenas de canales (generalistas o temáticos), solamente entendería justificable mantener un canal del estilo de PUNT 2, un bálsamo de calidad dedicado a programas culturales, de medio ambiente, de cultura, de fiestas, deportes de base y de los equipos autonómicos, de tradiciones y también de las noticias más cercanas y próximas a nuestra geografía y, por supuesto, en valenciano. Mantener un canal así en una parrilla de canales cada vez más abundante y que aún cambiará más cuando todos los televisores sean una pantalla permanentemente conectada a la red, sería lo único justificable y costaría diez veces menos que el actual despilfarro.
La manipulación bestial, el incienso permanente a Camps y su cohorte de pelotas, el papanatismo de la mayoría de sus presentadores y el ser el pesebre permanente de amiguetes y familiares del partido de turno, ha terminado por conseguir justo el efecto contrario de lo que se pretendía. Canal 9 ya no lo ven ni los que votan al PP, de lo malo que es. Bastaba oir el pasado sábado los "piropos" que la afición del Hércules dedicaba en la plaza de los Luceros en Alicante, a la pestilente televisión valenciana, que el día en que el equipo de la cuarta provincia de España (también valenciana, por si canal 9 no se ha enterado) se jugaba el ascenso, decidió emitir en directo el Levante-Betis, con un Levante ya ascendido y con un Betis que era el rival del Hércules a ascender. Además de más malos que la carne de pescuezo (Butanito-García dixit), inútiles.
Lo anterior por sí sólo, podría ya resultar suficiente para que hubiera de una vez por todas un planteamiento serio sobre la desaparición o el replanteamiento de la existencia de una televisión pública que se ha demostrado que sólo sirve para hacerle la pelota a los gobernantes de turno, ningunear a la oposición y dar caña al gobierno central cuando este no coincide con la cuerda del gobierno autonómico. No me duele pagar impuestos, pero sí me duele que utilicen mis impuestos para mantener enchufados y hacerle la clac al gobernante de turno.
En el actual panorama en que cualquier ciudadano puede acceder desde su televisor a decenas de canales (generalistas o temáticos), solamente entendería justificable mantener un canal del estilo de PUNT 2, un bálsamo de calidad dedicado a programas culturales, de medio ambiente, de cultura, de fiestas, deportes de base y de los equipos autonómicos, de tradiciones y también de las noticias más cercanas y próximas a nuestra geografía y, por supuesto, en valenciano. Mantener un canal así en una parrilla de canales cada vez más abundante y que aún cambiará más cuando todos los televisores sean una pantalla permanentemente conectada a la red, sería lo único justificable y costaría diez veces menos que el actual despilfarro.
La manipulación bestial, el incienso permanente a Camps y su cohorte de pelotas, el papanatismo de la mayoría de sus presentadores y el ser el pesebre permanente de amiguetes y familiares del partido de turno, ha terminado por conseguir justo el efecto contrario de lo que se pretendía. Canal 9 ya no lo ven ni los que votan al PP, de lo malo que es. Bastaba oir el pasado sábado los "piropos" que la afición del Hércules dedicaba en la plaza de los Luceros en Alicante, a la pestilente televisión valenciana, que el día en que el equipo de la cuarta provincia de España (también valenciana, por si canal 9 no se ha enterado) se jugaba el ascenso, decidió emitir en directo el Levante-Betis, con un Levante ya ascendido y con un Betis que era el rival del Hércules a ascender. Además de más malos que la carne de pescuezo (Butanito-García dixit), inútiles.
¡MACHO HÉRCULES!
vomitivo, nefasto, pedorro, infame. Todos los apelativos se quedan cortos con CAmpsnal9, el canal de la claveguera. Y encima nos cuesta un dineral
ResponderEliminarFora ja
En una coyuntura en que hay recortes de cuestiones supérfluas y de otras importantes como es el sueldo de los currantes, funcionarios, o los ingresos de las empresas, que sigamos manteniendo el despilfarro de canal 9 es de vergüenza. Esto va a reventar
ResponderEliminarJordi
La mejor manera de conseguir que Canal Nueve desaparezca es no viendola. Cuando no se quiera anunciar nadie en ella, cuando la factura sea tan insostenible que no sea posible mantenerla, entonces decidirán cambiar la programación y la "linea editorial".
ResponderEliminarPero no te lo pierdas, una de las armas más poderosas contra el Valenciano es Canal Nueve, que desde que llegó el PP se han multiplicado las palabras "prohibidas" y el uso de un lenguaje "paralelo" al normativo en la cadena, en busca de la secesión con el catalán, que es a la postre lo que a los del PP les gustaría, que aquí hablaramos valenciano y el valenciano no fuera el nombre que recibe el catalán en la comunidad valenciana. En el paroxismo del ridículo, Camps y Cía llegaron a enviar una copia de la propuesta de Constitución Europea en "valenciano", que era idéntica que la copia recibida en Catalán por el mismo Parlamento, pero que al final decía, "copia traducida al valenciano", y la enviaron nada más y nada menos que al parlamento europeo, donde todavía se preguntan que diferencia hay entre un idioma y otro.
Pero lo curioso del caso es que son tan, tan ridículos, que al final hasta parece que puedan tener razón, porque nadie puede llegar a pensar que alguien sea tan ridículo como para decir cosas así sin sentir vergüenza. Para muestra la última propuesta de Font de Mora, nuestro ínclito Conseller de Educación, que quiere modificar la Ley Estatal para que se permita incluir en las oposiciones a funcionarios una lengua extranjera. Eso quiere este señor, que nuestros funcionarios hablen perfectamente el inglés, y no admitan para nada que alguien se les dirija en valenciano. Patéticos
Lo del sábado, no retransmitiendo el partido del Hércules fue la gota que colmó el vaso. Para qué queremos canal 9. Se tienen merecida la pérdida de audiencia. Pienso exactamente lo mismo con el despilfarro en el palau de les arts y la ópera. Cuantos valencianos han asistido a algún espectáculo. ¿2000, 3000 como mucho? Y para eso los setecientos millones de euros que ha costado, pagar a Zubin Mehta de director y toda la parafernalia??. Sobra boato
ResponderEliminarJ.R.
Efectivamente, el que pueda resistir al menos diez minutos ante un informativo de Canal 9, podrá comprobar, sea de la tendencia política que sea, que el abuso es hasta infantil. Cuando se dan noticias del gobierno valenciano, los periodistas jamás lo explican como si fuera la acción de un tercero, sino como el propio jefe de gabinete del presidente. Dando las cosas por sentadas, sin el tamiz necesario al que obliga la carrera de periodismo, aunque sea tendencioso.
ResponderEliminarEso, además de hacerles perder audiencia, consigue el efecto contrario. Que en el sentir general esté instalado que Canal 9 es CAMPSNAL 9
Rubén
I a més de tot els que contes, que és cert, podem afegir l'actitud de Camps respecte a TV3, instant als tribunals per a paralitzar la recepció de tots els senyals en tots els repetidors, vetant els valencians la possibilitat de veure estes emissions, que són d'una TV pública i de qualitat.
ResponderEliminarPos aixó. Matxo hércules i, com diu Xavi Castillo, Canal 9, bufam un ou. El pitjor ens que mentre falten places d'escoles infantils, a residéncies geriátriques o a centres de DIA, ens gasten la pasta de tots els valencians a la seua campanyeta personla i ja no les veu ningú.
ResponderEliminarTófol
Y mientras tanto sus telediarios tratando de ocultar el caso Camps y demás verguenzas... ¡¡pero si no los ve nadie!!!!
ResponderEliminarPor ejemplo: ayer domingo por la tarde (en horario infantil), toros. Interminable, por cierto.
Casi que sería mejor cerrarla y re-emitir TV3 en toda la comunidad... al menos así recibiríamos una televisión de calidad.
Marchando una de tele-basura. Tele Ibi es lo mismo pero a escala iberuda.
ResponderEliminarGaviota