Las circunstancias me obligaron ayer, día 8 de junio, en el que había convocada una huelga de la función pública, a tener que estar en Madrid para asistir en un juicio representando un cliente. Concretamente, el juicio se celebraba en el Tribunal Central de lo Contencioso Administrativo sito en la Gran vía nº 52.
No hablo nunca de mi trabajo en este blog, pero la actualidad del tema de la huelga y los asombrosos datos y más asombrosas guerras de cifras que leo en los distintos diarios digitales me obligan, como testigo directo, a dar mi punto de vista al respecto. Madrid es una de las ciudades de España que cuenta con más alta proporción de funcionarios, debido a que un gran número de órganismos oficiales se encuentran ubicados en la capital. Entre ellos, el Juzgado al que antes he hecho referencia. Por tanto, si algún sitio podría servirnos de termómetro del seguimiento de la huelga, sería la villa y corte. Por cierto, abro un paréntesis, algún día hablaremos de la "maravilla" del Estado de las autonomías y la cantidad de anacronismos y atavismos que aún padecemos y que obligan a un modesto ciudadano cualquiera a tener que demandar en Madrid a una administración, cuando hay Juzgados de lo contencioso administrativo en todas las capitales de España. Cierro paréntesis.
A lo que íbamos. Un servidor llegó con normalidad al Juzgado. Estando situado en la principal arteria de Madrid, no observé ningún signo de anormalidad. Ni una sola pancarta, ni gente gritando alterada por las calles, ni nada por el estilo. Una vez llego al Juzgado, el preceptivo control de seguridad. Subo a la sala de togas y el funcionario en su sitio me hace entrega de la toga y me hace firmar la hoja correspondiente. Le pregunto por el seguimiento de la huelga y me dice que "allí está trabajando todo el mundo". Puedo confirmar, al firmar la hoja, que varias decenas de compañeros (letrados y procuradores), han firmado previamente su casillero, señal de que están celebrándose juicios toda la mañana.
Dicha circunstancia la corroboro minutos después, cuando bajo a la planta del Juzgado correspondiente y observo que tanto en la Sala de Vistas se van celebrando los juicios con normalidad (había doce fijados para esa mañana), incluído el mío, y que en las oficinas judiciales está todo el mundo currando. Es decir, al menos en un área concreta de la función pública, a la que yo tuve que acudir, trabajó prácticamente todo el mundo. Únicamente pude observar que en los ascensores y en algún pasillo, había algún poster llamando a la movilización, y una asamblea convocada para esa misma mañana a las 14 horas.
Luego, de vuelta, cogí un taxi que me llevó a la estación de Atocha. Normalidad en las calles. En la estación de tren, recordemos que RENFE sigue siendo administración, total normalidad. Unicamente algún cartel indicando leves modificaciones por servicios mínimos. Mi tren salió a su hora, lleno, y llegó con cinco minutos de demora a la estación de Villena donde seguía la normalidad. Si el seguimiento ha sido igual en todos los estamentos (me consta que en el Juzgado de Ibi también trabajaron, y en los institutos), me parece una barbaridad que los sindicatos digan que ha tenido un seguimiento del 75%. Otra cosa será la asistencia a las diferentes manifestaciones convocadas la mayoría por la tarde. Da la impresión de que la gran mayoría de los funcionarios, o se venía venir este recorte y asume que con cuatro millones de parados no está el horno para bollos, o bien asume que aunque hagan huelga lo único que conseguirán es perder un día más de salario. Aunque como siempre digo, unas breves líneas es poco espacio para analizar algo tan complejo. Quizás otro día.
No hablo nunca de mi trabajo en este blog, pero la actualidad del tema de la huelga y los asombrosos datos y más asombrosas guerras de cifras que leo en los distintos diarios digitales me obligan, como testigo directo, a dar mi punto de vista al respecto. Madrid es una de las ciudades de España que cuenta con más alta proporción de funcionarios, debido a que un gran número de órganismos oficiales se encuentran ubicados en la capital. Entre ellos, el Juzgado al que antes he hecho referencia. Por tanto, si algún sitio podría servirnos de termómetro del seguimiento de la huelga, sería la villa y corte. Por cierto, abro un paréntesis, algún día hablaremos de la "maravilla" del Estado de las autonomías y la cantidad de anacronismos y atavismos que aún padecemos y que obligan a un modesto ciudadano cualquiera a tener que demandar en Madrid a una administración, cuando hay Juzgados de lo contencioso administrativo en todas las capitales de España. Cierro paréntesis.
A lo que íbamos. Un servidor llegó con normalidad al Juzgado. Estando situado en la principal arteria de Madrid, no observé ningún signo de anormalidad. Ni una sola pancarta, ni gente gritando alterada por las calles, ni nada por el estilo. Una vez llego al Juzgado, el preceptivo control de seguridad. Subo a la sala de togas y el funcionario en su sitio me hace entrega de la toga y me hace firmar la hoja correspondiente. Le pregunto por el seguimiento de la huelga y me dice que "allí está trabajando todo el mundo". Puedo confirmar, al firmar la hoja, que varias decenas de compañeros (letrados y procuradores), han firmado previamente su casillero, señal de que están celebrándose juicios toda la mañana.
Dicha circunstancia la corroboro minutos después, cuando bajo a la planta del Juzgado correspondiente y observo que tanto en la Sala de Vistas se van celebrando los juicios con normalidad (había doce fijados para esa mañana), incluído el mío, y que en las oficinas judiciales está todo el mundo currando. Es decir, al menos en un área concreta de la función pública, a la que yo tuve que acudir, trabajó prácticamente todo el mundo. Únicamente pude observar que en los ascensores y en algún pasillo, había algún poster llamando a la movilización, y una asamblea convocada para esa misma mañana a las 14 horas.
Luego, de vuelta, cogí un taxi que me llevó a la estación de Atocha. Normalidad en las calles. En la estación de tren, recordemos que RENFE sigue siendo administración, total normalidad. Unicamente algún cartel indicando leves modificaciones por servicios mínimos. Mi tren salió a su hora, lleno, y llegó con cinco minutos de demora a la estación de Villena donde seguía la normalidad. Si el seguimiento ha sido igual en todos los estamentos (me consta que en el Juzgado de Ibi también trabajaron, y en los institutos), me parece una barbaridad que los sindicatos digan que ha tenido un seguimiento del 75%. Otra cosa será la asistencia a las diferentes manifestaciones convocadas la mayoría por la tarde. Da la impresión de que la gran mayoría de los funcionarios, o se venía venir este recorte y asume que con cuatro millones de parados no está el horno para bollos, o bien asume que aunque hagan huelga lo único que conseguirán es perder un día más de salario. Aunque como siempre digo, unas breves líneas es poco espacio para analizar algo tan complejo. Quizás otro día.
Pues eso. Que como bien dices, mejor estarse quietecitos. Ya quisieran los cuatro millones y medio de parados ver sus sueldos rebajados un 5%. Como todo en la vida, la generalización es injusta. Conozco a funcionarios disciplinados, que llegan diez minutos antes de su hora y se van diez minutos después. Que procuran hacer bien su trabajo. Que atienden a la gente con amabilidad. Conozco otros, tantos o más como los primeros, que hacen de llegar tarde e irse antes de la hora la norma, que practican el escaqueo y que los ves a media mañana haciendo la compra en el Mercadona y ahora los ves ufanos quejándose de que pisotean sus derechos. Así que, como siempre, la generalización es injusta.
ResponderEliminarJ.R.
Una de las argumentaciones que dan muchos funcionarios a los que entrevistan por televisión, es que si bien tienen la seguridad de un trabajo de por vida, su sueldo es bajo. Esa realidad será cierta en otras zonas de España, porque en Ibi, currando con sueldos base de setecientos, ochocientos y novecientos euros la hora, los hay a miles. Conozco poquísimos funcionarios que cobren menos que eso, y además con la ventaja de terminar a medio día y poder dedicar las tardes a otros trabajos, a formarse o a su familia y su ocio. Así que, en esta coyuntura, creo que deben de contribuir a reducir el déficit. No es la única medida, pero es la que están tomando en toda europa como una de las más importantes.
ResponderEliminarTófol
Dentro del funcionariado, los que están en la órbita de los partidos políticos, por ejemplo, gran parte de los que trabajan para canal 9, para mí no son funcionarios. Son amiguetes y colegas que hacen de la voz de su amo. No solamente se merecen ese recorte, sino que directamente tendrían que irse a la calle, por lo prescindible de su trabajo, lo hiperdeficitario de la empresa y por ser los voceros de quienes los colocaron. Como esos hay a cientos en los ayuntamientos y autonomías de toda España.
ResponderEliminarJordi
Flipo con la peña. Cada vez que he llegado al centro de salud y el médico no estaba a su hora. no tienen que estar a las 8 de la mañana. Muchos vemos como llegan pasadas las 9 o pasadas las 10. No tienen que dar explicaciones a nadie. Luego por la tarde, consultas privadas. Eso lo podemos trasladar a los cientos de miles de dependencias que dependen de las diferentes administraciones. Luego los días para "asuntos propios", conocidos en el argot como "moscosos". El resto de trabajadores no podemos deprimirnos, ni tener asuntos propios, ni llegar un minuto tarde al trabajo, ni la tarde libre para educar mejor a nuestros hijos o estudiar para aspirar a un trabajo mejor. Está claro, si quieres ser funcionario, "oposita". Pues yo digo, si quieres tener un trabajo fijo, asume que cuando las cosas van mal, hay que recortar.
ResponderEliminarA.
Gracias a todos y cada uno de los funcionarios que ayer siguieron en su puesto de trabajo. Gracias a los que han asumido el recorte, cabreados pero responsablemente, sabiendo que vivimos una crisis como nunca. Gracias a los funcionarios que hacen su trabajo responsablemente y atendiendo a la gente lo mejor posible. Entre todos, funcionarios, currantes, empresarios, estudiantes, jubilados, hemos de tirar de este carro. Echándonos los trastos a la cabeza no hacemos nada. Sólo suspendo a unos en esta historia, o mejor a dos: Políticos (del gobierno y la oposición) Y SINDICATOS, viven en el pleistoceno. Ayer la mayoría de los que hicieron huelga son liberados
ResponderEliminarCurrante
En Alemania van a echar a 80.000 funcionarios a la calle. Que aquí llegue esa medida es cuestión de tiempo. Hay lugares de la administración donde probablemente falte gente, pero hay otros muchos donde sobran y donde hay un montón de gente todo el día haciendo más bien poco. En la época de vacas gordas era inaceptable, pero ahora, con mis impuestos y con dos parados en mi casa, me niego a mantener gente que no hace nada. Ah, y para los susceptibles, sólo va para la minoría que no hace nada.
ResponderEliminarIberut Fotut
Cuando venga lo que queda por venir, todo esto de bajar el sueldo a los funcionarios un 5% lo echaremos de menos. Ahora viene la "BURBUJA ADMINISTRATIVA". Esto no se sostiene. Somos muy pocos trabajando en economía productiva para sostener una estructura administrativa y burocrática como la que tenemos. Sobran la mitad. Y no es broma. Queremos los servicios de suecia y noruega cuando allí pagan el doble de impuestos y no hay economía sumergida. Se acabó el café para todos
ResponderEliminarKeynes
Me acaba de comentar un compañero que tenía un juicio en Valencia, que eran 7 partes (7 abogados y 7 procuradores), con sus peritos y testigos, en total 30 personas, todos presentes y citados después de varios intentos. Estaba el Juez y la Secretaria, pero como el "oficial" estaba de huelga, se suspendió la vista. Estaba cabreadísimo y con razón.
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