Última entrevista en Radio Ibi correspondiente al 10 de ABRIL del año 2015

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miércoles, 16 de junio de 2010

ESA INMENSA CAJA DE MIERDA



Recogía el pasado viernes el diario El mundo, la noticia de que la Asociación de usuarios de comunicación, había pedido la retirada de "Sálvame Diario" del Horario Infantil.

En este caso, la tele pasa a cumplir una función que también es pública. Es la función retrete, pero con la peculiaridad de quien evacúa toneladas de mierda que directamente absorbe, deglute, traga o asimila el ciudadano/a, es la propia televisión. Tras algunos programas, la televisión debe quedarse especialmente a gusto. En esto, los espectadores, al menos los mayores de edad, no son inocentes. Me explico. Igual que el ciudadano que no sigue una dieta equilibrada, se atiborra de panceta, grasas varias, hamburguesas, no hace ejercicio ninguno y para completarlo pasa horas y horas delante del televisor, sabe que no se alimenta correctamente y por tanto no puede echar la culpa de su gordura, ni de su colesterol, ni se su candidatura al infarto a nadie, quienes degluten voluntariamente toneladas de porquería televisiva, tampoco pueden decir que no hay canales para elegir, o cientos de libros o buenas películas que escoger.

Conozco gente que presume, farda y se vanagloria de consumir programas del cotilleo, corazón, vísceras etcétera. Creo que son muy libres de hacerlo y que, cada cual se castiga como quiere. Ahora bien, como ciudadano pagano de mis impuestos y que trata de educar a sus hijos de un modo más o menos correcto (luego cuando crezcan ya probarán múltiples influencias, positivas y negativas) hay dos normas que jamás pueden romperse. Con dinero público ni un sólo programa de telebasura. Y en determinado horario, ni en televisiones públicas ni en televisiones privadas. La primera cuestión ha mejorado sensiblemente en los últimos años. Televisión española cada vez se parece más a lo que debe de ser una televisión pública. La calidad de sus programas en algunos casos es excelente y cumplen los horarios. Sin embargo, las televisiones privadas se pasan el código de Autorregulación por el forro.

Personalmente entiendo que los primeros responsables de que nuestros hijos accedan o no a según qué contenidos somos los padres, así como del consumo de horas de televisión, internet, o de a qué edad pueden comenzar a jugar a los videojuegos y de qué modo y tantas y tantas otras cuestiones si lo que pretendemos es educar y no que nos los maleduquen otros. Pero las televisiones, en tanto en cuanto que usuarias de una concesión que se rige por el derecho público y que es de libre acceso (cada vez más libre por fortuna y más variado), deben de cumplir las normas. Lo demás hace que la tarea de formar y educar sea cada vez más difícil. Conozco a varios profesores, especialmente de enseñanza secundaria, que se hacen cruces con las horas a las que los estudiantes se acuestan. Ya no digamos con los programas que ven. Quizás mañana lo lamentemos profundamente. Puede que nos divierta mucho ver a Belén Esteban diciendo que hace lo que le sale del coño o que por mi hija mato. También en eso los hijos no aprenden, imitan. Luego no pidamos peras al olmo.

8 comentarios:

  1. Alucino cuando a veces hay padres que con toda naturalidad comentan que sus hijos (te hablo de niños de 8 o nueve años, se quedaron viendo águila roja hasta el final. En este caso la serie no es inapropiada, pero el horario sí. Así que aquí no hay quien se aclare, porque a veces a las cuatro de la tarde hay programas basura donde gente se insulta y cuenta su vida sexual o la del vecino, y programas familiares terminan a las once y media de la noche, cuando ya hace rato que los niños deberían estar durmiendo
    Mare

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  2. Directamente me dan asco gentuza como Luis Mariñas, María patiño, Jordi Hurtado, Lydia Lozano y similares. Se han convertido en los nuevos inquisidores de la telemierda. El mismo asco que me dan los que se prestan al circo y se sientan en frente a cambio de un puñado de euros. Que la gente se entretenga con eso no es ni patético ni triste. Todos probamos alguna dosis de porquería. El problema es creerse a pies juntillas lo que se ve en esos programas.
    Por cierto, que en una radio pública se traiga un vidente también es, en este caso, radiomierda
    J.R.

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  3. Programas del estilo Gran Hermano son vomitivos. Fomentan un modelo de joven gandul, maleducado, machista y asilvestrao. Bueno, de joven y jovena, no se me enfaden
    jordi

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  4. Ufff... No hables de Tele5 que me enciendo. !Qué ascazo de cadena! Para postres, se nos quedan los derechos del mundial... ¿Qué mundial? Porque los partidos que hemos visto han sido en Cuatro, que es la cadena que se preocupa de mostrar las citas futboleras más importantes. Lo de Telecinco no tiene nombre, con la llegada de Paco González (ex-carrusel), muchos pensábamos que llevaríamos algo mejor tener que ver en Tele5 el mundial, pero... no, no lo ha mejorado. Ahí está JJ tan tontaco como siempre, intentando convencernos de que sabe algo de fútbol...
    Por favor que las adjudicaciones de estos eventos sean a cadenas que al menos pongan algo de ilusión, de trabajo, de tesón, de pasión, de ganas... Creo que todos nos contagiamos del buen hacer de Cuatro en la pasada Eurocopa, este año en cambio Tele5 no invita a hacer piña, ambiente, a creerque los nuestros nos pueden dar una alegría.
    Menos mal que siempre nos quedarán Los Manolos...

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  5. Muy buena la entrada. Los "inocentes" problamas rollo "talk-show" vespertino, generalmente con presentadoras aparentemente educadas e inocentes que inician sus entrevistas de telerrealidad con preguntas del estilo ¿Así que, cuando tu madre se tiraba a tu hermano, tú les escuchabas desde la habitación? ¿Qué sentías Maripuri? Lo verán después de la publicidad.
    Qué asco
    TÓFOL

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  6. Yo recuerdo que cuando me casé, en el año 1990, cada día de la semana había una buena película en alguna cadena de TV. A mi nunca me gustaron las teleseries y nunca he seguido ninguna, ni siquiera la famosa de "Cuéntame". De los realitys ni hablar y del resto de telebasura ya ni te cuento. Conclusión: no veo la tele, salvo algún Telediario y los monólogos de Buenafuente cuando no son muy tarde.

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  7. Se te nota a la legua que no ves los programas de telerrealidad. Belén Esteban ha actualizado su grito de guerra al que te refieres. Ahora ya no es "yo por mi hija mato", ahora es "yo por mi hija saco los ojos, me los como y los escupo".
    Todo un fenómeno (de cutrez).
    Ramón

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  8. Lamentablemente los hijos no solamente reciben educación de sus padres, el entorno también influye. Y aunque los padres seamos responsables y no les dejemos ver según qué programas, resulta que luego en el cole les hablan de ellos, y nuestros hijos, que quieren integrarse con su entorno, acaban pidiendo ver eso que tanto se comenta en su clase o en su grupo. Y como los padres debemos educar en la libertad, un hijo a una edad en la que está educando su criterio debe de poder ver más o menos lo que está a su alcance, y luego poder elegir lo que quiere o no quiere ver.

    Así que la función de los padres no está en elegir lo que deben o no deben ver nuestros hijos, sino en enseñarles a elegir según su criterio. Luego que consuman lo que prefieran, que para eso educamos personas libres (y en la utopía, comprometidas con su entorno).

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