¿Qué hacemos con el kioskillo?

El pasado 19 de enero, hace ya cuatro meses, dedicaba yo la entrada del blog titulada ¿Churros o porras? a la que al menos a mi me parecía y me sigue pareciendo inadecuada ubicación de un kiosko en una plaza de reducidas dimensiones, como es la plaza de la Tartana, restando así espacio para el Juego, para la vista, para el paseo. En definitiva, molestando.

Al hilo de lo anterior, hice una modesta encuesta en la que los seguidores de este blog demostraron tener un fino sentido del humor. Un 67% se decantaron por poner dentro del kioskillo una gaviota disecada. Un 21% opinaban que había que darle otra ubicación más adecuada. Un 8% directamente pensaban que era un derroche y que no hacía falta, y el resto, o sea, un exiguo 4%, pensaban que estaba estupendamente donde estaba. La participación en las encuestas que muy de cuando en cuando cuelgo al márgen derecho del blog es minoritaria, pero bueno, marca una tendencia. Pensaba y sigo pensando que hay negocios de todo tipo en las inmediaciones: Heladerías, farmacias, tintorerías, kioskos de prensa, papelerías, tiendas de ropa, etcétera, y que los negocios corresponden a la iniciativa privada, a la que el Ayuntamiento lo que tiene que hacer es apoyar y no hacer la competencia.

Sin perjuicio de las opiniones legítimas de los seguidores del blog, y de la de un servidor que ya he dicho cuál es, lo que verdaderamente pone de manifiesto la agudeza visual, la perspicacia y la claridad de ideas de los actuales gobernantes es que, cinco meses después de colocar semejante mamotreto (además caro según las fuentes consultadas), no tiene claro ni para qué lo puso, ni a qué lo va a destinar. Hace tres meses pregunté, y sigo sin obtener respuesta de qué pensaban hacer con el cacharro de marras. Gastarse la pasta de todos en chorradas, con la que está cayendo, es no solamente un insulto, sino además es de mala educación. Que este gobierno anda en otros menesteres, lo tenemos claro la mayoría. Que además la decisión UNÁNIME del Tribunal Supremo de reabrir el caso de los trajes contra Camps, les ha dejado más tocados aún, también lo sabemos. Pero no saber ni para qué quieren un elemento de mobiliario urbano que ha costado un pastón y que está estorbando, tiene narices.

Por si lo anterior no fuera suficiente, la planificación y la supervisión de las obras incluídas en el Plan "E", dentro de las que estaba la remodelación de esta plaza de la Tartana, arroja un balance cuanto menos preocupante. El Kiosko, no saben para qué lo han puesto. Las filtraciones que se producían desde la plaza a los garajes ubicados en el subsuelo, y que según dijo Miguel Ángel Agüera, eran uno de los motivos fundamentales de remodelar una plaza que se encontraba en bastante buen estado, siguen produciéndose, la fuente funciona a ratos, en la parte inferior de la plaza, se embalsa el agua cuando llueve. Las velas de acero que cubrían la zona de juegos junto a la Iglesia Santiago Apóstol, duraron apenas dos semanas, ya que el viento se las llevó. Afortunadamente, no mataron a nadie, pero a día de hoy seguimos sin saber si la empresa que las instaló ha reembolsado el dineral que costaron al Ayuntamiento.

En fin, unos artistas. Como sigan así, pronto puede venir un viento huracanado que se lleve otras cosas, con, o sin María Sarmiento.