El Estadio Climent y las promesas incumplidas

El pasado martes, mientras tomaba café en un conocido bar de la Ciudad deportiva, me plantaron una hoja de recogida de firmas para pedirme apoyo. Más o menos, cito de memoria, decía así "Para que la alcaldesa cumpla la promesa efectuada antes de elecciones de poner cesped artificial en el estadio Climent y arreglar los vestuarios. "

El riesgo de las promesas, especialmente las que son tan claras y tan concretas, es que si no las cumples, quedas con el trasero al aire. El Estadio Climent está ubicado en un barrio de Ibi, "la ciudad Deportiva" que debe precisamente su nombre, según tengo entendido, a la ubicación en el mismo de un campo de fútbol que vio llenos históricos en la época en la que el Rayo Ibense tuvo momentos gloriosos. Recuerdo cuando era sólo un crío, que todos los domingos tocaba seguir al Rayo por toda la geografía valenciana y, por supuesto, también cuando jugaba en Ibi. Los terrenos donde se ubica el Estadio, tengo entendido que fueron cedidos en su día por el propietario (o propietarios) de la fábrica Pilen, por ello lleva el nombre del que fue su administrador.

Mi padre hacía la crónica del partido para el diario "La Verdad", entonces de fuerte implantación en la provincia de Alicante, y luego, cuando llegábamos a casa, teléfono en ristre y en directo, para la cadena SER de Villena. Recuerdo que veíamos el partido en un mirador que estaba elevado sobre la piscina del Climent. Antes de comenzar el partido, entrábamos a los vestuarios donde en una libreta apuntaba las alineaciones: Amador, Román, Vives, Ortega, Carrión, etcétera. Recuerdo el fuerte olor a "Tío del bigot", que era como le llamaban entonces al linimento Sloan, que es lo que luego sustituyó el "Reflex". Me acuerdo de que había partidos donde llegaban a entrar dos mil personas al campo. Eran los tiempos del "Cuéntame", donde sólo había tele en blanco y negro (quien tenía) con dos canales la primera y la "uhf". Bajar a Alicante era una cosa que se hacía muy de cuando en cuando (a Galerías Preciados), ya que además de que no había autovía, los 800 metros de desnivel en 38 kilómetros, se salvaban con una carretera de 108 curvas. En aquél Simca 1200 marrón que tenía mi padre, entonces sin sillitas, ni cinturón, eran como mínimo entre 50 minutos y una hora.

Todo esto, sirva para apoyar la reivindicación de los vecinos del barrio de tener una zona deportiva en condiciones. Ahora, como en el Alamí han urbanizado 350.000 m2 a costa de humillar y machacar a los propietarios, a coste millonario y a cargo de los bolsillos de otros, donde en los próximos años no se construirá ni una sóla vivienda, hay que justificar aquello y cortar una cinta antes de elecciones, prometiendo un pabellón multiusos, y haciendo un campo de fútbol en frente del polideportivo municipal, que en teoría pagará GENERALA. Sin embargo, se deja caer (literalmente) en el olvido, un legendario estadio como el Climent, que con mucho menos dinero se podría haber rehabilitado, dotado de cesped artificial y arreglando unos vestuarios dignos. Así, habría dos zonas en Ibi con istalaciones deportivas, se haría ciudad y se vertebrarían los barrios. Mi firma ya está en la lista, pero creo que ni el Migue, ni su colegui la alcaldesa, ni el resto de coleguillas, no están para escuchar reivindicaciones. Bastante tienen con la que tienen.