Razones para una censura en Ibi

Ayer el órgano ejecutivo de ADIi aprobaba por unanimidad el voto favorable a una moción de censura en el Ayuntamiento de Ibi. Lógicamente, para presentar una moción de censura hacen falta, además de nuestros dos votos, nueve votos más de otros nueve concejales. No obstante, desde ADIi no exigimos ni cargos, ni delegaciones específicas, ni dedicaciones ni nada por el estilo. Como venimos manifestándonos en los últimos días, la firma de la moción de censura, para la que concurren circunstancias más que sobradas prácticamente desde el inicio de la legislatura, pasa por un acuerdo de mínimos que ponga por delante las necesidades reales del pueblo de Ibi y deje de lado los personalismos e intereses políticos y/o partidistas de cualquier formación.

Cuando para sacar adelante una moción de censura es necesaria la firma de once concejales que pertenecen a cuatro formaciones diferentes, ninguna puede imponer a las demás su criterio, y debe de prevalecer la suma y la necesidad de buscar soluciones a problemas reales de la población y los ciudadanos. Como manifesté en la emisora municipal y no me he cansado de hacerlo en los diez años y media de existencia de nuestra formación, con carácter local y marcadamente independiente, el óptimo funcionamiento de la administración local, con la definitiva implantación de criterios de administración electrónica, cercana al ciudadano, que permita acceder a expedientes en tiempo real y que evite burocracia y acelere gestiones, no es una cuestión ni ideológica ni partidista, es cuestión de organización y eficiencia.

Y lo mismo podemos decir de la limpieza de un pueblo, la seguridad, la necesidad de promover Ibi como marca industrial y aglutinar intereses de la necesaria promoción de empresas y suelo industrial en nuestra villa. No son cuestiones ideológicas. Son, o mejor dicho, deberían de ser, exigencias ineludibles para cualquier partido que quiera gobernar Ibi. Recuperar el servicio de ambulancia 24 horas en Ibi, como principal población de la comarca donde se generan más del 70% de las asistencias, no es una cuestión ideológica, es una cuestión de sentido común. Reabrir el Museo del Juguete que lleva más de cuatro años cerrado sin explicación lógica alguna, es una cuestión prioritaria si Ibi realmente quiere tener algo que ver, algo que visitar y quiere ser honesto con sus orígenes y con una de las escasísimas marcas que identifican por más de cien años a nuestra villa y nos pone en el Mapa: Ibi, ciudad del juguete.

Poner en primera línea las necesidades de organizaciones y fundaciones que atienden necesidades prioritarias de la sociedad (taller ocupacional, Alzheimer, por ejemplo) es inexcusable. Sin buscar fotos ni propaganda electoral. Buscando que se atiendan las necesidades reales de colectivos que deberían ser atendidos por otras administraciones y que solamente ven sacar adelante sus proyectos a trancas y barrancas y a base de protestas. El acceso a los expedientes y a TODA LA DOCUMENTACIÓN (copias incluidas) es un derecho que ahora se ve frustrado y al que se interponen constantemente informes dirigidos desde alcaldía para poner obstáculos. Los 21 concejales de la corporación tenemos el mismo derecho a acceder a la documentación, expedientes, contratos y hasta el último albarán que entra y sale de esta corporación. Algo que, a día de hoy, sigue siendo una carrera de obstáculos y, en demasiadas ocasiones, imposible.

Por seguir poniendo cuestiones sobre la mesa, el ayuntamiento no puede pagar, ni un sólo día más, al mismo abogado que defiende los intereses de Miguel Ángel Agüera, quíntuple imputado y concejal que ha sido el responsable de la mayor época de oscurantismo y malas prácticas en el ayuntamiento de Ibi. El atrevimiento de la alcaldesa y, por acción u omisión, del resto del equipo de gobierno en este tema, ha mantenido esta auténtica afrenta y desvergüenza para el pueblo de Ibi. Es el colmo de los colmos. Todas estas cuestiones, todas y cada una, ya se daban a los pocos meses de iniciarse la legislatura. Hoy siguen dándose. Cambiarlas es una obligación y ahora mismo está en nuestra mano. Sólo falta querer hacerlo y creer que podemos hacerlo. Que la ciudadanía tenga claro que si, después de todo lo sucedido y ante esta tesitura no se termina haciendo una moción de censura, no será porque ADIi no la ha apoyado. No nos vamos a justificar ni en personalismos, ni en excusas, ni en tácticas partidistas ni en agravios previos o presuntamente previsibles.