Aunque parezca mentira, hoy 9 de septiembre, séptimo día de novena, última noche de entraetes, inmersos en los previos de fiestas mayores, hay pleno ordinario del mes de septiembre. La mayoría de los asuntos que vienen a este pleno, están dictaminados en las respectivas comisiones informativas desde antes de agosto. La norma aprobada a principio de legislatura, incluido el propio partido en el gobierno, determina que hay que convocar un pleno ordinario al mes y que este debe de ser el primer lunes de septiembre. O lo que es lo mismo, que se tendría que haber convocado el pasado lunes 2 y además a las 19 horas.
Porque aunque hoy sea un día laborable para la mayoría, incluido un servidor, aunque sea el primer día de cole, este pleno se ha convocado para una semana después y además a las 18 horas para demostrar que la primera edil no cuenta con nadie. Así, una vez más, y ya no sé cuántas van esta legislatura, la alcaldesa que preside esta corporación sigue demostrando que hacía lo que le daba la gana antes del verano, durante el verano y después del verano. Así, la alcaldesa que malmanda esta villa, vuelve a reírse de sus propios concejales - más de uno/a ha mostrado su estupefacción ante esta absurdez- y ante Juan Valls, al que prometió en el último pleno que "no lo haría más", que la bravuconada y la chulería de convocar el último pleno si respetar el acuerdo de inicio de legislatura había sido algo "puntual y extraordinario" y que en los siguientes se recuperaría la "normalidad".
A los diez concejales de la oposición este comportamiento ni nos decepciona ni nos sorprende. Aquí lo que en otros municipios sería objeto de reproche y de escándalo es la "normalidad", nuestra particular "normalidad" que es la de una alcaldesa desnortada y solamente pendiente de hacer todo lo posible para repetir como candidata y que los múltiples escándalos que han poblado su gestión no le impidan conservar cargo público a toda costa. Y ya cada vez me sorprende menos, cómo es posible que algún concejal o concejala de los que la acompañan en esta legislatura, a los que no solamente conozco, sino por los que tengo un sincero aprecio y un excelente concepto como personas, se lo siguen consintiendo todos, asistiendo en algunos casos a situaciones de verdadera humillación.
Lo he repetido en varias ocasiones en esta bitácora. Una persona pública que ejerce su cargo con verdaderos visos de tiranía y despotismo, en una democracia, solamente puede seguir haciéndolo si alrededor hay muchos que consienten, por acción o por omisión, cuándo no por complicidad.
P.D. Como español, no me siento ni humillado ni decepcionado porque no nos hayan dado los juegos olímpicos. Está bien claro que la prensa internacional ve con mucha más objetividad cuál es la situación de nuestro país, y que algunos olvidan que vivimos en un planeta de 7.000 millones de habitantes donde en los últimos años, los diferentes gobiernos de nuestro país, han demostrado ser líderes en despilfarro, corrupción y desempleo a partes iguales. Por cierto, ¿soy el único al que le parece raro que llevemos diez años presentándonos para organizar unos juegos olímpicos que España organizó hace solo 21 años? Volvamos a la realidad que aquí hay mucho tajo
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