Ayer hubo pleno...(Y Juan pidió la dimisión de la alcaldesa)

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Ayer a las 18 horas daba comienzo un pleno que concluía pasadas las 21'50 aproximadamente. Pasaron muchas cosas y, entre otras, hubo varios debates y cruces de discusiones sobre la imposición, una vez más y a la trágala, del capricho de la alcaldesa en volverse a saltar la obligación de convocar pleno el primer lunes de cada mes, hacerlo en vísperas de fiestas mayores y volver a recordar, por si alguien lo olvidaba, que eso es competencia suya.

Podríamos entrar en la absurda argumentación que la alcaldesa, en un alarde de cinismo y falsedad, utilizó para justificar su decisión, aludiendo que claro, como para convocarlo para el primer lunes de septiembre, tenía que haberlo hecho el jueves 29 de agosto, pues que no podía ser. Agosto, como ayer le recordé, a diferencia de otras administraciones como la jurisdicción civil, no es inhábil en los ayuntamientos ni en el resto de administraciones. Los concejales con dedicación, incluida la alcaldesa, no tienen vacaciones en fecha fija, como por otra parte nos sucede a la gran mayoría de autónomos de este país. Una cosa es convocar un pleno un 17 de agosto, por poner un ejemplo, y otra cosa es convocarlo, como se tendría que haber hecho, para el 2 de septiembre. Para lo cual no hay problema ni impedimento legal, máxime cuando todo lo que iba a pleno estaba previamente dictaminado en comisiones informativas del mes de julio. Pero utilizar el razonamiento, la lógica y el sentido común con quien preside la corporación en Ibi es absolutamente estéril.

Pero todo tiene un límite. Y ayer el concejal del CDL, Juan Valls, quien ostenta la delegación de fiestas y tradiciones y por tanto tiene delegación de gobierno, se plantó. Al inicio del pleno, en una brevísima intervención, recordó a la alcaldesa que esta había incumplido su palabra de convocar cómo y cuando tocaba el pleno. Que por tanto, esto lo digo yo, le dejaba a él en mal lugar puesto que estuvo a punto de levantarse en el anterior pleno junto al resto de concejales de la oposición, y que le prometió que no volvería a repetirse. Y acto seguido le espetó "le pido que dimita porque usted está haciendo mucho daño a Ibi", se levantó seguido de un grupo de seguidores de su formación que le acompañaban en el salón de pleno y que, con aplausos incluidos, salieron detrás él abandonando el edificio consistorial.

Este incidente hace que todo el resto de cuestiones que se debatieron en el pleno pasen a un segundo plano. Personalmente comprendo el hartazgo de Juan aunque tengo que decirle que llega tarde, muy tarde. Le avisé a principios de legislatura que esto le iba a suceder. Mayte utiliza a los concejales y a las personas como un kleenex y los considera de usar y tirar. Lo ha hecho con concejales propios y ajenos. La lista de cadáveres políticos que ha dejado en el camino con tal de seguir manteniéndose en la poltrona es interminable. Le dije claramente que permitir la investidura de Mayte sería un error que lamentaría el resto de su vida como yo lo hice, y que además iba a causar un daño irreparable al pueblo de Ibi y a depararnos cuatro años más perdidos para enmendar la situación en que esta dirigente está dejando a esta villa. En mi caso yo contaba con 32 años cuando accedí y ninguna experiencia en lides políticas, ni en gobierno ni en oposición. Desde ADIi aguantamos 19 meses. Sin embargo, Juan ya era conocedor en 2011 de quién era Mayte Parra, de cuál era su trayectoria como gobernante, de toda la retahíla de imputaciones y escándalos en que había sumido a Ibi, fruto de su gestión, y a pesar de todo, decidió aceptar delegaciones de gobierno. Ese fue su segundo gran error, aceptar el regalo envenenado. Mayte iba alardeando de que no se preocuparan, que iban a tener una legislatura más plácida que con mayoría absoluta.

Ahora la tesitura política que se plantea a ambos tendrá consecuencias. Lo que no está claro es si estas consecuencias tendrán mucha o poca trascendencia. Un concejal con delegaciones de gobierno conferidas por Mayte Parra, PIDE A LA ALCALDESA QUE LE HA CONFERIDO ESAS DELEGACIONES QUE DIMITA. El tema está claro, o Mayte dimite, cuestión esta que ni vosotros ni yo veremos, o dimite Juan. Por otra parte, por mucho que Mayte es consciente de que si cesa a Juan en sus delegaciones la posibilidad de moción de censura sería algo más que una utopía, si Juan Valls tampoco dimite en sus delegaciones, será ella, la alcaldesa de una población de 24.000 habitantes y diputada autonómica, quien se verá en la tesitura de aguantar públicamente el escarnio de que un concejal de su gobierno en un pleno, constando en acta y ante público y medios de comunicación, le haya pedido públicamente su dimisión. Si no hace nada, ella no solo quedará muy tocada frente a la opinión pública, sino sobre todo frente a los suyos que aún a regañadientes y con la boca muy pequeña, aguantan a su lado y en silencio sus desmanes esperando un desenlace judicial que no llega. Yo por mi parte aplaudo la decisión de Juan. Lo que no tengo claro es si lo ha hecho convencido y consciente de que las consecuencias son las que acabo de exponer, o lo ha hecho porque el colectivo de simpatizantes que están en el CDL de Ibi han llevado a ello, conscientes de que esto no daba más de sí y abocaba a esta formación a la autodestrucción segura, cuando en las próximas elecciones municipales y autonómicas, prevén incrementar su representación en decenas de municipios tomando como referente a Gema Amor, la edil de Benidorm.

A partir de hoy veremos qué sucede, aunque probablemente la alcaldesa intentará poner paños calientes y "aquí no ha pasado nada". Pero sí que ha pasado, y mucho. Y si por una cosa de esas, esto hubiera quedado en la escenificación de un puñetazo en la mesa de cara a la galería, a Juan sin duda sus acólitos le pedirán toda clase de explicaciones. Me consta que en su entorno hace tiempo que le piden que mande a la alcaldesa a hacer puñetas. Espero que no haya sido demasiado tarde y que esto vaya mucho más allá. Ibi no merece tener ni un sólo día más una alcaldesa que nos lleva avergonzando mucho tiempo