Yo no me callo (por Ana Tello)

230€, zasca! Sin pasar de 19º grados y solo encendida unas horas al día. Bienvenida la subida de gas y luz, gracias gobierno por permitir estos atropellos… y los de Bruselas apretando para que nos bajen (aún más) los sueldos. Indignada es poco”.Ayer escribía este post en mi muro de facebook, al descubrir la “sorpresa” que incluía la factura de gas que acababa de recoger en el buzón. De inmediato los comentarios no se hicieron esperar y la indignación nos invadió aún si cabe más. Una indignación que de silenciosa, empieza a quemar y se contagia.

Denunciar aquellas cosas que no nos parecen bien, dar un paso al frente para señalar las injusticias que nos tragamos a diario, se va a convertir en la única salida a las situaciones que vivimos día a día. Es responsabilidad de todos, alzar la voz, en la medida en la que podamos para poner freno a lo que nos estamos encontrando por el camino. Y cuanto antes lo asumamos y escenifiquemos, antes (espero) se nos escuchará. Este es mi particular “Remugue vostè”, una de las minisecciones que incluimos en la radio al inicio de esta temporada.

Me da la impresión de que elegir, será la tónica habitual. Si comes, no estás caliente, si estás caliente, no esperes comprar los libros de tus hijos, si compras los libros, olvídate de las medicinas… y así en bucle. Pues yo elijo NO CALLARME.
Me pongo en la piel de quien no tiene trabajo, tenga hijos, mayores o dependientes a su cargo y elegir sea su minuto a minuto. Se me abren las carnes.

Cuantas veces escuchamos aquello de – Y dando gracias porque tenemos trabajo!- Yo misma lo digo muchas veces. Trabajos con los que pagamos todas las facturas. Luz, agua, gas, la hipoteca de un piso (en mi caso de 68 m2), la letra de un coche que nos sirve para ir a trabajar y que cambiamos el año pasado, porque el coche de mi marido, sobrepasaba los 17 años y la seguridad es lo primero. El móvil, los seguros, la comunidad, el teléfono y solo aquellas cosas que se necesitan para vivir y ser un ciudadano responsable. Comer y vivir, sin grandes lujos, un par de salidas al mes y como mucho algún viaje, generalmente a casa de un amigo.

La nueva forma de salir, es preguntar en casa de qué amigo quedamos esta semana y si uno lleva el vino, el otro la tortilla de patata. Y todavía se preguntan por qué los jóvenes no tenemos hijos…, pero… o pagamos las facturas o los pañales, las dos cosas son muy difíciles de asumir. Los padres con sueldos discretos que estén leyendo se harán cargo de lo que digo. Elegir. Ahí es a donde nos empujan, elegir en cada momento. Que alguien como yo a quien le hace ilusión ser madre, tenga que pensar en cómo hacerlo, hacer números y cábalas, porque si traes un hijo al mundo no sabes si podrás seguir en tu trabajo, es lamentable. Por eso elijo NO CALLARME.

Vidas sencillas, sin grandes lujos, sin fastuosos viajes que contar, ni cenas o comidas en restaurantes de estrellas michelín, ni ropa de marca, ni tan siquiera salidas al cine… No voy a dar más veces las gracias por tener trabajo, porque yo no he vivido por encima de mis posibilidades, ni nada de esos argumentos con lo que nos bombardean día sí y día también quienes nos gobiernan y se empeñan en convencernos de que tenemos que apretarnos más el cinturón y que nos fijemos bien, que la recuperación está llegando, que los brotes verdes están ahí… pues yo no veo nada, ni brotes, ni recuperación ni nada que se le parezca.

NO ME CALLO, porque parece que tengamos que dar las gracias por cada día que pasa. Y animo a todos los que, como yo, están enfadados a que den un paso al frente y se quejen, o “remuguen” una expresión muy nuestra. Que “remugar” sirva para mostrar el descontento generalizado que pesa, pesa tanto que casi no nos deja ni movernos. Otros deberían asumir, que a esta situación se ha llegado en España porque se ha robado, mangado, afanado, sustraído, malversado, trapicheado, atracado, sisado, desvalijado, expoliado, usurpado, sisado y choriceado mucho, tanto que ahora los de treinta años flipamos para mantener nuestro trabajo, ser padres, pagar las facturas, mantener el coche, hacer una ñapa en casa o hacernos una puñetera cerveza con los amigos o familia. Que devuelvan todo lo que se nos ha quitado, porque los bárcenas, sindicalistas, presidents, directivos, urdangarines y demás maleantes profesionales nos han abocado a lo peor que nos podía pasar, conformarnos y desanimarnos. La “generación pasmada” nos llamarán en unos años, porque por mucho que nos hagan, seguimos pasmados, callados, dormidos…

Pues yo, ELIJO NO CALLARME. A remugar, en veu alta!!! Puede que no sea una propuesta brillante, pero si el murmullo se convierte en un mensaje directo, tendrán que tomarnos en consideración. Protesta, remuga en casa, con los amigos, en familia, en tu muro de facebook, twitter, escribe artículos, pon una pancarta en el balcón de tu casa, asiste a las manifestaciones, lo que sea… pero no te calles. Que no nos callen.

P.D_ Y para los que no lo sepan y les pique la curiosidad, mi retribución como Concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Ibi es de 380€ y el de la Radio en la que trabajo a jornada completa, 764€. Poco más de mil euros por dos trabajos que me ocupan todo el día y por los que estoy disponible las 24 horas.