Última entrevista en Radio Ibi correspondiente al 10 de ABRIL del año 2015

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lunes, 24 de marzo de 2014

Suárez, un medio para un fin


Dimisión Adolfo Suárez (1981)

No voy a ser original. Hoy hablaré de Adolfo Suárez. Entre otras cosas, porque este hombre ha sido para mí un referente, políticamente hablando, en muchos sentidos. Si bien yo aún no había cumplido los 10 años cuando dimitió, tengo vivos y nítidos en mi memoria los recuerdos de una época que sin duda fue apasionante, pero que por ser un niño entonces sólo alcanza uno a retener las cosas esencialmente buenas. Y digo que, a pesar de ser niño, recuerdo perfectamente muchos detalles de aquella época, porque entonces sólo había una televisión, en mi casa aún en blanco y negro, donde todos los españoles veíamos y escuchábamos lo mismo, y en aquella época Suárez y la UCD salían mucho en la tele.

Los seguidores habituales de esta bitácora son conocedores de mi afición por la lectura. He de confesar que hay dos temas que literalmente he devorado, libros y documentales sobre la segunda guerra mundial y sobre la transición española. Indudablemente, si a la transición debe asociarse un nombre, ese es el de Adolfo Suárez. En estos días se ha escrito y se escribirán ríos de tinta sobre la figura y las distintas facetas del hombre que tuvo que hacer frente la titánica tarea de capitanear la transición de una dictadura que fue el colofón a la guerra civil más cruenta de Europa, a una democracia.

Se ha dicho que era el hombre ideal porque venía de dentro del régimen, porque reunía las condiciones adecuadas, especialmente una unánimemente reconocida habilidad como hombre dialogante, buscador de consensos y encantador de serpientes. Porque en una era en la que, como antes me refería, había una única televisión, la imagen era ya fundamental, y Suárez tenía seguramente la mejor imagen, en el sentido amplio de la palabra, que ha podido transmitir un político en los últimos 35 años en este país. Pero personalmente pienso que, además de todo lo anterior, que es cierto, Suárez tuvo una gran virtud: la clase media española se sentía identificado con él.

Suárez no provenía de las élites económicas ni intelectuales de la derecha conservadora española, algo que fue a la postre lo que acabó con él, ya que muchas de esas élites, de las que se rodeó en la extinta UCD, fueron las que le menospreciaron casi desde un principio. Le consideraron un medio para un fin. Al país no podía convencérsele de votar una reforma política ni por alguien marcadamente conservador ni por nadie representante por la incipiente izquierda que veía en Felipe González un lider a medio plazo. La clase media que magníficamente ha representado la familia Alcántara en cuéntame, la del pisito pequeño sin ascensor, la de los pluriempleos, la que después de varias décadas desde la guerra civil miraba de reojo y con sana envidia al resto de Europa y buscaba de una vez por todas aspirar a ser un país normal, es la que dejó de un lado el cainismo y el guerracivilismo tan intrínsecamente grabados en nuestros genes, y fue capaz de hacer esa transición encarnada en la figura de un hombre.

Pero como todo lo bueno, duró poco. Así y todo, aquellos cinco años de Adolfo Suárez fueron sin duda magníficos y todo el mundo, sin fisuras, hoy se lo reconoce. En los libros de ciencia política se seguirá estudiando como un enigma el paso de un partido, la UCD, de 166 diputados a los 2 en que quedó su franquicia sucesora, el CDS, en tan poco tiempo. Quizás somos un país especial. Quizás en aquella época Suárez, el hombre, el representante de las clases medias, fue más hombre y más conciencia y menos partido político y nada Maquiavelo. En un contexto donde los partidos priman sobre las personas, donde el tacticismo más vil y más cruel y la navaja afilada son la norma, aún su figura se hace más grande. En mis recuerdos de quien era un niño cuando la transición, yo por eso le doy las gracias y espero que al menos su memoria, en estos tiempos nuevamente aciagos, nos hagan tener presente su memoria para que este país y sus gentes saquemos lo mejor de nosotros mismos. Solamente con lo mejor se construye un país. El resto destruye.

2 comentarios:

  1. Los políticos y dirigentes actuales tienen muchísimo que aprender de Adolfo Suarez,este señor es un político profesional de los que hicierón política de verdad,y de los que cambiarón la historia de este país,no se si te acordaras el año que visito Ibi,recuerdo perfectamente que era el dia del Avis,y aparte de ser un político de los que ya no quedan,era una gran persona,siempre quedara en el recuerdo y la memoria.DEP.

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  2. yo en esa epoca tenia 10 años pero siempre vi en el a una persona muy correcta,sosegada en su forma de hablar,un gran politico y un señor..D.E.P.

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