Vuelve el cine. Vuelve el Cine club Layndon

Como sabéis el cine es una de mis aficiones favoritas. La penúltima reactivación del Cine club Layndon, de la cual he tenido noticia recientemente, es un motivo de alegría del que podemos congratularnos todos los que de algún modo apreciamos el 7º arte.

La mayoría solemos acercarnos al cine a través de aquellos elementos más comerciales o más convencionales, aunque no me gustan los estereotipos. Con el cine me sucede igual que con la música. Me gusta de todo tipo, si es buena. Y habiendo tanta música buena y tanto cine bueno, a veces uno se pregunta porqué ponen cosas tan malas, especialmente ahora que hay una variedad de canales tan grande. No obstante, el Cine club layndon me dio la oportunidad de acercarme a algunas películas que de otro modo no habría acudido nunca a ver, bien porque pronto salían de los circuitos comerciales, bien porque la propia inercia nos hace acudir en masa a lo fácil de ver. En una de las resurreciones de este cine club, allá por finales de los noventa y principios del 2000, tuve la posibilidad de acceder a auténticas obras maestras como Fargo, Rompiendo las Olas o El Guateque. Creo que hay muy buen cine comercial, y muy buen cine fuera de lo estrictamente comercial. Y creo que hay auténticos bodrios también en ambos tipos de cine.

Como pequeño homenaje al colectivo de personas que han decidido retomar la actividad, a los que aprovecho para desearles suerte, hoy me permito recomendaros la que para mí fue una de las mejores películas de 2009: "Grand Torino", dirigida e interpretada por Clint Eastwood. No es una película divertida, aunque tiene momentos divertidos. No es una película de acción, aunque te mantiene toda la película en tensión. No es una película fácil de ver, aunque recomiendo verla a cualquier generación, especialmente a los jóvenes. Es, en suma, la penúltima obra maestra del maestro Eastwood, más en forma cuanto más mayor. La grandeza del retrato de un "viejo", sin disfraces, sin maquillajes, en toda la grandeza de la palabra viejo, que se encuentra fuera de lugar en una ciudad cualquiera del medio Oeste Américano. Lo que con desdén y desconocimiento solemos llamar "América profunda", como si no hubiera rincones "profundos" en cualquier lugar del mundo. Sin efectos especiales, sin trucos. Con un guión soberbio y un desenlace sorprendente.

Una crónica descarnada sobre el racismo en todas sus formas, que tiene su origen en el miedo al diferente, y en nuestra propia desubicación. Racismo y rechazo a la piel diferente, al idioma diferente, a una cultura diferente y racismo entre los propios diferentes. Crónica de la violencia entre bandas y crónica de la violencia (soterrada) entre padres e hijos. Una película que habla de la posibilidad de cambiar, de sobreponerse a los prejuicios, en definitiva, del ser humano en su mejor y peor vertiente. En fin, una película soberbia. Espero os sirva de algo mi recomendación.Como aperitivo os dejo el trailer