Prostituir un acto (la penúltima de la alcaldesa) 1ª PARTE

Según el diccionario de la Real Academia de la lengua española, en su última edición PROSTITUIR, dicho de una persona, significa Deshonrar, vender su empleo, autoridad, etc., abusando bajamente de ella por interés o por adulación.

Ayer, 6 de enero, festividad de la Epifanía del Señor, tuvo lugar como cada año desde hace muchos, uno de los días más importantes institucionalmente hablando de nuestra población. La mañana del 6 de enero, la corporación municipal asistió a las 11 de la mañana a la misa en la que se celebra dicha Festividad, acompañando a los personajes que encarnaron la noche anterior a sus majestades los Reyes Magos de Oriente y a toda su asociación. Posteriormente, como cada año, nos dirijimos a celebrar el acto institucional de reconocimiento que efectua la corporación municipal (en nombre de todo el pueblo de Ibi), en el que se otorgan diversos galardones: los premios del concurso de narrativa infantil ANAYA-Villa de Ibi, los premios a diversas iniciativas de nuestro comercio local, el reconocimiento a una entidad o persona por su actividad cultura (este año recayó en el grup de teatre "ni pa hui, ni pa demá" y, finalmente, los reconocimientos a diversas asociaciones por su trayectoria. Este año, dichos reconocimientos fueron al Colegio Salesiano, en su 50 aniversario. Al Centro Ocupacional San Pascual y finalmente al Grupo Escolar Cervantes, que celebra el 75 aniversario de su fundación.

Por primera vez, dicho acto se celebró fuera de la casa consistorial, en el salón de actos del Centro Cultural de la villa, dada la cada vez mayor afluencia de público a este acto y el mayor número de galardones, lo que dejaba pequeño nuestro salón de Plenos del Ayuntamiento. Hasta aquí, todo más o menos normal Aprovecho la presente entrada, para felicitar a todos los galardonados.

La nota de anormalidad, y juro que he contado hasta donde he sido capaz antes de hablar de la ínclita, la puso una vez más la que en teoría es la máxima representación institucional por decisión mayoritaria de todos los ibenses que la votaron. No saber dónde se está, no saber para qué es cada acto, no llegar nunca a su hora, o ser directamente maleducada, es algo que es difícil de corregir si no se tiene hábito, si no se ha adquirido con los años. Si como ahora la maleducada tiene poder y todo el mundo te ríe las gracias y no te afea la conducta, va a más. Algo así como Belén Esteban, cuando dice "hago lo que me sale del c..."

Que los alcaldes de turno (Vicente García ya abusaba de ello en los últimos años de mandato) aprovechen la masiva presencia de público y la difusión del acto por televisión, para arrimar el ascua a su sardina, y convertir un acto de reconocimiento en un mitin, glosando sus pretendidos logros y omitiendo cualquier atisbo de autocrítica o asunción de errores, es algo que lamentablemente muchos ya damos por sabido aunque no compartimos. Mayte Parra ha venido multiplicando el tono mitinero de este acto por mil en los últimos años y, seguramente sus asesores, si es que los tiene, le dirán que siga así, ya que electoralmente hablando le ha ido de cine. Si los ciudadanos que acuden a acompañar a un amigo o familiar que es objeto del reconocimiento y no a un mitin no se lo reprochan, el político, como la cabra (que me perdonen las cabras), tira al monte.

Pero lo de ayer superó ya todo lo inimaginable, cuando la alcaldesa se permitió traspasar cualquier barrera de la ética al aludir a la labor de los concejales de la oposición, lógicamente no para compartir sus pretendidos logros, sino para achacarnos una especie de persecución política acudiendo a los juzgados contra ella y sus "coleguis", persiguiendo -según ella- lo que las urnas nos han negado. Las caras de TODOS LOS QUE ESTÁBAMOS ALLÍ, no sólo los concejales aludidos, fue de tal asombro y la incomodidad que sintió hasta el último de los presentes, excepto la impresentable que acababa de proferir semejante infamia por la boca, fue de tal calibre y tan fuera de lugar, que me da la sensación que el tiro le salió por la culata.

Como esta elementa vive de la educación de los demás, ninguno de los aludidos silbamos, ni nos levantamos, ni le tiramos tomates ni nada por el estilo. Nos limitamos a no aplaudir su discurso. Como la entrada del blog no puede ser un capítulo del Quijote, prometo mañana un segundo capítulo en el que trataré de hacer un resumen de las cosas que omitió la alcaldesa.