Escoria. Crónica del PIXORRO COMÚN

Últimamente, con esto de la globalidad de la red y las facilidades que da el anonimato a los cobardes, ha surgido una nueva especie. No es ni animal, ni vegetal, tampoco es un ente gaseoso, aunque apesta. No tiene alma, pero sí capacidad de almacenar odio, de hecho, se alimenta con el odio. Pero las últimas investigaciones han revelado que además tiene un coeficiente intelectual similar al de la babosa y que, aunque puede escribir, sus razonamientos no sobrepasan el intelecto de un bebé.

En un concurso para nombrar a esa clase de sujetos, yo me inclino por escoria. Aunque ya que tenéis la posibilidad de opinar, se admiten distintos tipos de nombre: bazofia, guiñapo, lametraserillos, abrazafarolas o simplemente un tío o tía mierda, que aunque sencillo, es bastante identificativo. Curiosamente este ser o personajillo, suele disfrazarse en los foros donde se le permite insultar y difamar a discrección con pseudónimos o alias, siempre eso sí, defendiendo al poder (el que sea) y se permite hacer deducciones que nunca tienen base científica.

Como el objeto único y finalista, es mantener al que tiene el poder, y frenar a toda costa a los que osan desafiarlo o contradecirlo, la escoria suele utilizar las más burdas tácticas, aun a riesgo de quedar como un débil mental por hacer teorías lógico-deductivas que le hacen pasar de Escoria a directamente un PIXORRO. El pixorro, es una variante del gilipollas, que se da bastante en esta comarca nuestra y que tiene algunas particularidades, la más característica, ser muy poco inteligente o directamente estúpido.

Yo, que me tenía por un tipo normal, resulta que ahora tengo la habilidad de TRANSMUTARME, y por un proceso científico que debe de haber patentado la NASA, participar de los éxitos de mis familiares, o de sus fracasos. La última que la escoria o el pixorro (como preferáis llamar a semejante bazofia) se ha sacado de la manga, es que como un presidente de asociación ha dejado una gestión bastante desastrosa a sus espaldas, y yo tengo la suerte de ser familia suya (y digo bien, la suerte), pues yo que no tengo nada que ver soy responsable de esa gestión. El basurilla, escoria, bazofia o pixorro, se ha permitido hasta opinar que un servidor no tenía que haber aparecido por una cena en la que entre otras finalidades el objeto era recaudar dinero para esa asociación y coadyuvar a que salga de la maltrecha situación económica en que se encuentra. Y claro, un servidor, que entre otros delitos, ha cometido la osadía de ser socio y pagano de dicha asociación desde hace siete años, y por tanto perjudicado por la gestión de la directiva saliente, no tiene derecho a nada. El mierda seguramente no ha pagado cuota en su vida, y encima se permite dar lecciones a los demás que hemos contribuido a sufragar los gastos de esa asociación.

El Pixorro, curiosamente no dice nada de que algunos acreedores de esta asociación también son familia mía y por tanto directamente perjudicados por dicha gestión. Ni tampoco ha dicho nada de otros familiares que han dedicado más de veinte años de su vida a la misma, sin pedir nada a cambio, ni figurar, ni cobrar, y llevando las cuentas al céntimo. Ni seguramente la escoria tampoco pedirá explicaciones a algunas autoridades locales que en su vida han puesto un euro para que dicha asociación salga adelante. Estos mierdas, lo que no se merecen es que un grupo de valientes se hayan hecho cargo de la misma, a los que no solamente les deseo suerte, sino que además les apoyo con hechos.

Pero eso sí, yo firmo con nombre y apellidos, y no como la escoria, que de tanto tener la lengua metida en el ojete del poder que le alimenta, y de tanto odio que tiene, prefiere escribir sandeces aún a riesgo de parecer un gilipollas (o un pixorro).

Este gilipollas no me pretende atribuir según su imbécil teoría, los éxitos de mis familiares, ni los de mis amigos, solamente pretende atribuirme los errores, ignorando que hasta en la más calenturienta de las elucubraciones, tanto una cosa como otra serían materialmente imposibles. Pero claro, explicarle a un tío mierda que eso sólo cabe en una mente enferma, es como intentar sacarle la lengua del orificio donde siempre la tiene metida. Pues que tenga cuidado, porque como siga con esa teoría de que los errores de los familiares son asímilables a los de uno mismo, a lo mejor algunos/as tienen que salir corriendo de la vergüenza y callarse la boquita. Como decía el gran Harry el sucio, lo malo de las opiniones es que son como el culo, todo el mundo tiene uno.