Foto, ESCAPARATE digital
Leo la semana pasada en la edición digital del diario ESCAPARATE, la noticia con el siguiente titular "Clausurados los contenedores subterráneos en Ibi para homologarlos a la nueva normativa de seguridad". Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia completa.
Seguía diciendo la noticia, que "El Ayuntamiento ha clausurado los contenedores soterrados hasta que finalice el trámite administrativo para homologarlos a la nueva normativa sobre seguridad laboral, tanto para trabajadores como usuarios.La medida se adopta tras haberse producido varios accidentes laborales, en algunas localidades del país, durante el manejo y vaciado de los cubo". Uno, tras diez años siendo concejal de este ayuntamiento, está bastante acostumbrado a que insulten a la inteligencia del personal, la propia y la ajena que presumo a la mayoría de mis conciudadanos. Pero esta es de Gila
En su momento, y durante la época del boom urbanístico, cientos de poblaciones de toda España apostaron por la fórmula de los contenedores soterrados como una manera de compatibilizar la estética, el mejor aprovechamiento del espacio y la necesidad de seguir fomentando el reciclaje entre los ciudadanos. Práctica esta que, dicho sea de paso, cada vez está más extendida -afortunadamente- a pesar del esfuerzo que esto supone. En mi familia, como en muchas otras de Ibi, sacrificamos en ocasiones nuestra propia estética doméstica y la falta de espacio en cocinas más bien pequeñas, con el necesario hábito de reciclar todo lo reciclable. Hábito que inculcamos en nuestros hijos desde bien pequeños y que ya saben qué cosa va a cada contenedor, puesto que la excursión a los contenedores más cercanos, que en nuestro caso están a más de quinientos metros, es ya práctica habitual al menos un par de veces por semana.
Así y todo, y teniendo en cuenta el volumen de especulación urbanística que hubo en nuestro pueblo entre finales del siglo pasado y hasta el 2011 aproximadamente, y la cantidad de construcciones que se prodigaron, la inversión en estas infraestructuras fue más bien mínima. Prácticamente se redujeron a dos fotos electorales previas a sendas campañas y a seis contenedores casi de muestra. Los del Alamí, que veremos si funcionan el día que comiencen a utilizarse, no cuentan porque son obras que aún no se han recepcionado. Pero del tema del Alamí, y de la "velocidad" conque se está llevando, hablaremos otro día. Que yo recuerde, en Ibi tres contenedores soterrados en la infame "zona verde" denominada plaza de la Libertad y otros tres en la plaza de los Reyes magos. Vamos, prácticamente de muestra. Ahora nos cuentan que los han clausurado de momento por la explicación del primer párrafo, presuntos accidentes en otras localidades de España.
A mí, lo que me da la sensación es que estos contenedores, que estéticamente resultan menos molestos que los de superficie, llevan un mayor mantenimiento. Solución, los clausuramos y a otra cosa mariposa. Así es como funcionan las cosas en nuestro pueblo. Pero milongas, ninguna. En localidades con más civismo y un urbanismo más armónico que el que hemos padecido en nuestra villa, especialmente del norte de España, este tipo de contenedores son la norma, funcionan perfectamente y evitan tener un casco urbano lleno de contenedores de superficie, que no siempre son usados del modo más correcto. Para eso, además de mantenerlos como es debido, hace falta un comportamiento cívico de los ciudadanos y equipos de gobierno que actúen con criterio y previsión a medio y largo plazo. Aquí cuando se rompe el autobús, nos quedamos sin autobús. Ahora, por lo visto, cuando los contenedores se rompen, se clausuran. Y así todo, absolutamente todo.
Cruz Roja y la concejalía de Medio Ambiente acuerdan emprender acciones
conjuntas para la conservación del entorno
-
La concejala de Medio Ambiente, Blanca Navarro, y Cruz Roja han acordado
colaborar en diferentes acciones destinadas a conservar el entorno natural
del m...
Nico, conozco un grupo de gente que a la "zona verde" la llaman "zona cero", en recuerdo a la de Nueva York...
ResponderEliminar