La importancia de los símbolos

Hace unos días leía la noticia en la edición digital del DIARIO INFORMACION de que la peña Barcelonista de Ibi va a visitar la población natal del jugador Andrés Iniesta, y como recuerdo de la visita le harán entrega de una réplica del monumento a los Reyes Magos. Dicha réplica, al parecer, la habría facilitado el ayuntamiento de Ibi, para lo cual había sido recibido el presidente de la peña en el despacho de alcaldía. No voy a entrar en si este tipo de rendez vous son propios de otras épocas. Allá cada cual.

Por otra parte, los seguidores de esta bitácora y quienes me conocen, saben de mis simpatías para con el Barça, y creo que no soy el único que piensa que Iniesta está ahora mismo entre los mejores jugadores del mundo. En su puesto desde luego, es el mejor. Seguramente lo valoramos menos porque es un chaval que ha surgido de la cantera, que en ningún momento ha sido motivo de un traspaso millonario y porque no suele aparecer haciendo el hortera y ni mucho menos haciendo declaraciones altisonantes. Más bien todo lo contrario, es un tipo normal, sencillo, humilde y además de ser como digo el mejor en su puesto, metió el gol que nos hizo campeones del mundo. Eso hace que por donde va, seas del equipo que seas, sea objeto de afecto y simpatía.

Hechas todas las anteriores consideraciones, a lo que vamos. Claro está, se le va a llevar una réplica del monumento a los reyes magos, que ya no está en la plaza de los reyes magos. Lo que hay ahora mismo en la plaza, como dije en su momento, es una "COSA" de metracrilato, que con mejor intención que acierto trata de ocupar el hueco que únicamente tendría que estar ocupado por el monumento que con tanto cariño dedicó el pueblo de Ibi, sufragado mayoritariamente con las aportaciones de empresas, negocios y algún particular, hace ya casi cuarenta años. Del deterioro de dicha efigie todos conocemos la historia, y de su restauración en las instalaciones de la fábrica Rico también. De lo que no sabemos nada es de qué piensan hacer a corto plazo. Si van a encargar una réplica, si lo están dejando para vísperas de elecciones o si de momento vamos a seguir con el triste metacrilato que ocupa su lugar. Eso sí, cuando de agasajar a un visitante ilustre o a alguien a quien visitamos, le entregamos una réplica de ese monumento que, sin embargo, el agasajado no podría visitar en su sitio ni en su plaza, porque esta "roto".

El otro símbolo de nuestra población, la Tartana de hojalata, réplica del primer juguete que se hizo allá a primeros del siglo XX y que constituía incluso uno de nuestros reconocimientos protocolarios para cualquier visitante ilustre, o para cualquier reconocimiento institucional, también está en el olvido. A día de hoy, fruto de las brillantes gestiones de nuestro gobierno en la última década, el museo del juguete en la fábrica de Payá está cerrado. La Tartana de hojalata junto con otra colección de réplicas que se fabricaban en la extinta cooperativa, han dejado de fabricarse. Se supone que los moldes y matrices para preservar tan insigne pasado deberán de estar catalogados, archivados y a buen recaudo, pues son también propiedad municipal y por tanto, del pueblo de Ibi. Pero a día de hoy, es prácticamente imposible adquirir dicha tartana que, durante décadas, algunos teníamos a bien llevar como regalo y recuerdo de nuestra villa cuando queríamos "quedar bien". Puedo deciros que cuando he regalado una Tartana, ha ocupado siempre un lugar privilegiado en las estanterías de amigos y gente que la han recibido de buen grado. Era un regalo entrañable, que tenía sabor. Que recordaba a los tiempos en que el juego era eso, juego, imaginación. Si este gobierno sigue preservando así los símbolos, pronto todo aquello será sólo eso, recuerdos de un pasado que fue, pero del que no se ha cuidado lo más mínimo. Aún estamos a tiempo de hacer un poco mejor las cosas