Última entrevista en Radio Ibi correspondiente al 10 de ABRIL del año 2015

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jueves, 1 de noviembre de 2012

La generación del supositorio


El día 29 de octubre publicaba la edición digital del diario "El Mundo" un artículo con el siguiente título "¿Qué fue de los supositorios?". Podéis acceder al artículo íntegro pinchando AQUÍ. Ahora que a los que estamos inmersos en el inicio de la cuarentena, nos da con bastante frecuencia por la nostalgia, esto de los supositorios como medida terapéutica podríamos añadirlo a las teles en blanco y negro, la sintonía de Mazinger Z, los payasos de la tele o, si somos de Ibi, los paseos por la plaza de la palla, la sesión infantil del cine Río, el "kiosko de Fernando" o lo que para cada cual sea su imaginario de la nostalgia.

Sinceramente, más que el hecho de ser cuarentones, evocar tantos recuerdos de la infancia o la adolescencia procede de que fueron épocas bastante felices. Esto de los supositorios me hace gracia. Creo recordar que hasta en aquella época había una especie de negociación con el médico y con la mamá, que era la que solía acompañarnos al pediatra. O te ponías los supositorios o tocaba inyección. Por cierto, ¿qué ha sido de las inyecciones? Porque tengo dos hijos y, salvo las vacunas de rigor, pincharles, lo que se dice pincharles, no les han pinchado nunca. Ahora somos los papás los que tenemos que preparar el antibiótico y la jeringuilla es para introducirlo por vía oral, en lo que suele ser un tira y afloja de presión que puede acabar "estucando" la cocina o el dormitorio. Mucho más efectivas las inyecciones, dónde va a parar.

Si me permiten la broma, era un proceso de acojone del niño en cuestión, que tenía su ritual. Al menos, cuando yo era pequeño y el resfriado o las anginas eran importantes había poca discusión. Las visitas al "practicante", que en ocasiones solía ser alguna persona a la que sólo conocías por eso, eran harto habituales. Por seguir con el imaginario de la nostalgia ibense, personas como Laurita, Pepito el de la farmacia y, posteriormente Fabián, que aún sigue siendo el que mejor pincha de Ibi, con permiso del resto de disc-jockeys, es algo que todos los que tienen mi edad más o menos, hemos vivido como algo habitual. Cuando llegabas a tu practicante de referencia, cada cual el que tuviera, ya se olía el miedo. Ese olor que desprendía el cuartito en cuestión a alcohol. Aquellas bandejas plateadas (metálicas por lo menos), el algodón, la jeringuilla y esa sonrisilla malévola del practicante en cuestión. ¿eres valiente? ¿cómo que si soy valiente, pero si mi madre me lleva diciendo toda la mañana que es un pinchacito y que no va a doler? Al final, enseñabas un cuarto de nalga y, dependiendo de lo que te pinchasen, dolía más o menos. Ríete tú de Halloween.

Estoy por llevarlo al programa de Iker Jiménez, "Cuarto milenio". ¿Porqué ya a los niños no se les pincha como antes? ¿y lo de los supositorios? ¿Será esa la causa por la que nuestra generación esté algo así como anestesiada y prácticamente no proteste a pesar de haber tenido durante décadas el peor gobierno autonómico de España? Es por tomárnoslo con humor. Sinceramente, creo que tantos años de inyecciones y supositorios nos han dejado inmunizados ante casi todo. Pero aquí estamos. Y preparémonos para lo que viene, porque este país o lo levantamos entre la generación del supositorio, o no hay nada que hacer. Mejor tomárselo con humor.

4 comentarios:

  1. Eres el puto amo. Quins records. Molt bona la escenografía de la punxada
    Jordi

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  2. Amigo Nico: Como bién me nombras, te diré que como profesional de la enfermería, personalmente he considerado, en términos generales, que la inyección IM. suponía el fracaso de la otra via ideal de introducir el medicamento, la enteral. No hay que tener nostalgia de otras épocas, pués cualquier época pasada fué mejor, sinceramente No. La cirujía es inevitable cuando fracasan las otras técnicas, o no hay otra alternativa. Los supositorios, en aquella época del Kiosko de Cuiro, ya se estaba cuestionando. En fin, a pesar de los copagos, repagos y demás zarandajas muy cuestionables, y algunas trampas, la efectividad terapéutica de los medicamentos en la actualidad, casi no es cuestionable. La mejor época de la Historia de la Medicina. No había sonrisa maligna cuando estábamos frente a la criatura a la que tratábamos, solo había la actitud de desdramatizar el momento agresivo, por otra parte, mi experiencia a lo largo de muchos años, los niños son muy agradecidos, nada rencorosos, sabian al motivo de la mala faena que les hibas a hacer. Saludos. Pepito

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  3. Nostalgia ibense: hace treinta años la biblioteca y Casa la Cultura estaba muy lejos; pero,el único instituto que había,el Fray Ignacio Barrachina,se encontraba lejísimos. Parecía que querían alejar la cultura del pueblo. Otro tanto ocurría con el deporte, porque el polideportivo estaba emplazado igual de alejado.Los dirigentes de aquella época no estaban muy por la labor de "men sana in corpore sano".
    Pero recuerdo que caminar por la Pl la Palla, era una actividad de alto riesgo, con el nuevo pavimento cuando no te resbalabas, tropezabas o a alguna el tacón se le quedaba encajado en la ranura o huecos entre las baldosas.
    Además, tuvimos el nuevo mercado de Mirasol, todavía hoy me pregunto que estudio económico se tuvo que hacer, porque no tiene esplicación que se emplazara un mercado en una zona de viviendas unifamiliares, donde la densidad de población es menor.
    De aquellos polvos estos lodos, tenemos un pueblo mal diseñado.

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  4. Nico, esta entrada està molt bé, un poc d'humor mai ve malament, però note a faltar en tota la oposició una reacció clara i contundent a l'absència de Juan Valls en el plenari de l'aigua, més encara quan al dia següent se'n va anar a Madrid.

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