Hasta siempre Don Antonio...

Tal día como hoy, hace ahora un año, tuve que escribir la entrada más amarga que jamás he escrito en esta bitácora, dedicada a mi abuela Carmen Valls García, quien tal día como hoy nos dejaba. La huella que nos ha dejado a toda su familia en especial sigue y seguirá presente. Sepas abuela que estamos todos bien, que seguimos luchando, como nos enseñaste. Te gustará saber también que tu casa, donde hemos vivido tantos momentos felices, ha quedado en la familia. Que te seguimos echando de menos. Que el mes que viene todos tus nietos hemos vuelto a quedar para celebrar la reunión anual de primos y que brindaremos por tí. Que tus biznietos se siguen acordando de la "abuelita". Que cada vez que entramos en tu casa, la nostalgia nos invade y que ya no huele a pastissets ni a panquemao, pero que procuraremos aprender para que ese aroma nos siga trayendo recuerdo. Y que no sigo, pero que te queremos mucho.

Hoy, mira tú por donde, nos deja también don Antonio Esteve Seva, quien ha sido el cura párroco de la Transfiguración del Señor durante los últimos 8 años al menos que yo recuerde. Hasta el último minuto (el pasado fin de semana aún celebró la eucaristía)se ha aferrado a la vida con todas sus fuerzas. Para los que deseen acercarse, la capilla ardiente está instalada en la iglesia parroquial de la Transfiguración del Señor.

He tenido la suerte de poder llegar a conocerle, aunque no a fondo. Seguramente ha sido uno de los sacerdotes con mejor formación intelectual que ha pasado por Ibi. Formación que, a mi modo de ver, solamente era superada por lo que ha sido su gran pasión y vocación, su compromiso con los más necesitados. Esa era para él la mayor tarea, a la que ha dedicado tiempo y esfuerzo con denuedo. No estaba para pamplinas. Desde el punto de vista cristiano volcarse con los más necesitados, especialmente en medio de una sociedad "rica", era una tarea fundamental. Y de ahí el enorme vuelco que ha dado el funcionamiento de Cáritas en los últimos años

En los últimos años, su voz cada vez más queda, ha tenido homilías sencillamente brillantes, y ha sido de los sacerdotes que ha insistido una y otra vez sobre el respeto que los creyentes nos debemos entre nosotros, y también para con quienes no lo son, en la plena y normal aceptación de una sociedad cada vez más laica y donde hay muchas personas ateas o agnósticas y en ese sentido entendía la parroquia como sede de acogida para todo el mundo. Firme defensor del bilingüismo, se ha esforzado porque una de las celebraciones religiosas más importantes del año, como es la Misa Mayor, se hiciese íntegramente en valenciano, normalizando así lo que en nuestro acaecer cotidiano es -o debería de ser- perfectamente normal. Mi más sincero pésame a su familia, amigos y allegados, y en especial a toda la comunidad de las Parroquias de Ibi. Descanse en Paz