Y el niño malo se enfadó...

Este fin de semana, por si alguien no se había enterado, ha tenido lugar en Sevilla el congreso del PP nacional. Lo sucedido ha entrado dentro de lo previsible, sobre todo después de ganar por mayoría absoluta unas eleciones, y de mandar prácticamente en todas las Comunidades Autónomas de España y estar a punto de hacerlo, salvo vuelco de última hora, en un feudo tradicionalmente socialista desde hace treinta años, como es Andalucía.

De lo anterior se han escrito decenas de artículos, editoriales y valoraciones de lo más sesudo. Pero por la parte que, como ciudadano de la Comunidad Valenciana me corresponde, me gustaría detenerme en el penúltimo esperpento protagonizado por una gran parte de los compromisarios de nuestra Comunitat, que hicieron el feo a Rajoy y a su designado -sucesor- Alberto Fabra, haciéndole un vacío totalmente intencionado. Uno de los encargos que según la mayoría de los analistas hizo Mariano Rajoy a este último, fue SANEAR DE CORRUPCIÓN el PP valenciano, limpiar hasta el último rincón de esta bellísima comunidad que sus antecesores y jefes de la franquicia de centro derecha valenciana, han convertido en un hediondo erial de vergüenza, trinque, manipulación y ridículo.

Al parecer, eso no les gusta nada a Rita Barberá, Alfonso Rus, y por supuesto al "sastrecillo valiente" Francisco Camps y a toda su cohorte de pelotilleros criados y amamantados a su sombra durante los últimos nueve años. Por cierto, si alguien tenía alguna duda de que el PP habría preferido la condena de Camps y Costa, baste ver que los han enviado al exilio pirenáico del valle de Arán y les han dicho que "por Sevilla, ni se os ocurra aparecer". Alberto Fabra ha redactado una ponencia de estatutos donde el régimen disciplinario para los afiliados al PP, y especialmente para los que ostentan cargos públicos de cualquier índole, sube el diapasón de la exigencia. Si estás investigado, apertura de expediente, si estás imputado, el expediente se convierte automáticamente en disciplinario y si te acaban condenando, a la calle de inmediato con patada en el culo incluida. Claro está, con el panorama de concejales/as, alcaldesas y alcaldes, diputados y asesores de todo pelaje con causas judiciales revoloteando a su alrededor, el panorama de expedientes disciplinarios que puede atisbarse en el horizonte del pp valenciano es de órdago.

Porque no se equivoquen. Si Rita Barberá ha sido como muchos dicen, una alcaldesa que ha dado la vuelta a Valencia, ha sido a base de absorber gran parte del presupuesto que habría correspondido a decenas de ciudades y pueblos de nuestra comunidad, que no hemos rascado ni bola. En la Mancha, con su particular retranca, tienen un conocido refrán que dice que con buena p.. bien se jode. Si en los últimos años han repetido mayoría absoluta tras mayoría absoluta, ha sido a base de corrupción y manipulación a partes iguales. De miles de millones de dinero público que, además de arruinar la Comunidad en mayor grado que las diecisiséis restantes de nuestro país, han alimentado decenas de miles de estómagos agradecidos que -ellos y sus familias- no se han olvidado de poner la papeleta al partido popular. De un Canal 9 y varios medios de prensa afines y también alimentados con dinero público, que han manipulado hasta el tuétano a las mentes menos formadas de nuestra comunidad. Rus, Barberá y los pelotilleros de Camps, incluyendo a los gobernantes de nuestro pueblo, saben que sin dinero público para alimentar estómagos agradecidos, y sin manipulación, son pasto de oposición a pesar de que el partido mayoritario del otro bando, está aún lamiéndose las heridas de enfrentamientos y de diecisiete años de oposición, que castigan y desgastan mucho. Como muestra, tenemos todo lo que se está destapando a poco que se ha abierto el expediente de FGV (Ferrocarriles de la Generalitat), donde estamos observando que las casi setenta personas que declararon habían sido instruídas para decir lo mismo (encima por un gabinete pagado con dinero público), donde su principal responsable, era una maestra de adjudicar con dinero público contratas a dedo. O el caso EMARSA, donde la depuradora encargada de filtrar la mierda de Valencia y alrededores, parece que filtraba mucha más mierda y ha salpicado a tirios y troyanos dentro del PP.

Eso a Barberá, Rus y los pelotilleros de Camps no les gusta, porque saben que tarde o temprano les llegará su turno. La espada de Damocles pende sobre más de una alcaldesa que anda nerviosa por los rincones barruntando cuando llegará su expediente disciplinario. O limpian la Comunitat Valenciana de corruptos, o la corrupción será el tumor que infecte a todo el PP y haga que la mayoría absoluta pueda ser un espejismo. Ya tiene tarea el Molt Honorable Fabra.