Y aquí seguimos esperando...

Tras el dato hecho público ayer de que el déficit de nuestro país supera el 8'5%, y por tanto, las medidas de ajuste adoptadas hasta la fecha serán insuficientes, en nuestra población estamos a punto de entrar en el mes de marzo sin disponer siquiera de un borrador de presupuestos.

Según nos consta, los concejales con delegación sí han presentado la mayoría sus planes de "recorte", pero a la oposición no nos han dicho oficialmente nada. Lo anterior puede obedecer a varias justificaciones. La primera es que no sepan ni por dónde van, cuestión bastante plausible en un ayuntamiento donde el ocultismo ha sido la práctica habitual en los últimos años. La segunda es que estén planeando un ajuste tan duro, que ese secretismo se justifique para no destapar la liebre, sobre todo por lo tocante a materias de personal con contrato laboral, por lo que en el Ayuntamiento los rumores vuelan y la gente anda bastante preocupada. La tercera razón, perfectamente compatible con las dos anteriores, es que ya cuenten con los votos suficientes para sacar su presupuesto adelante, lo cual también nos dará una medida de dónde estamos, cosa que por otra parte un servidor tiene claro desde hace bastantes meses.

Claro está, este gobierno tiene ante sí varios problemas serios. Por un lado, como he comentado en alguna entrada anterior, una parte importante de los problemas financieros del Ayuntamiento estaría solucionada en parte, si la Generalitat nos pagase los más de CUATRO MILLONES DE EUROS que nos debe. Tengamos en cuenta que estamos cargando con el préstamo del palacio de Justicia, o que nos adeudan el equipamiento del Teatro Río, como dos botones de muestra de otras muchas cosas que nos deben. Antes de hacer el palacio de Justicia Ibi tenía dos juzgados sitos en la Caller 9 d'octubre por los que consellería pagaba sendos alquileres y el ayuntamiento no pagaba nada. Es y era entonces un servicio que corresponde prestar -Y PAGAR- a la consellería de Justicia. El servicio prestado por nuestra diputada autonómica a las arcas municipales ha sido espléndido. Por otra parte, hay iniciadas y sin terminar varias obras que no sabemos si se van a poder poner en funcionamiento y que, llegado ese caso, poner en marcha costará un dinero importante: Casa de los Reyes Magos y museo del Juguete. Aún estamos esperando, y lo llevamos pidiendo hace más de un año, la comisión correspondiente monográfica para que se nos explique cómo piensan mantener ambas infraestructuras, el coste estimado y quién lo va a asumir.

Eso sí, en este contexto, en diciembre se firmó un decreto para pagar los honorarios correspondientes al proyecto de la pista de atletismo, que ni se ha construído, ni se ha comenzado ni se va a hacer, todo lo cual es un modelo de gestión y de eficiencia. Por otra parte, si el Ayuntamiento quiere adherirse al plan para pagar a los proveedores recientemente aprobado por el gobierno central, ya puede olvidarse de prácticas oscurantistas. Los números bien claritos y el plan de pagos detallado sin omitir una coma. Alguien debe de estar poniéndose nervioso en el área económica del ayuntamiento, especialmente Miguel Ángel Agüera al que, como a las subvenciones de consellería, ni está ni se le espera. Con este panorama, que hayan guardado en el cajón la propuesta por los cuatro grupos políticos que representamos once concejales en el Ayuntamiento, de efectuar una REVISIÓN FINANCIERA sobre las últimas cuatro anualidades, sobre los contratos adjudicados a dedo y sobre los aspectos más relevantes de las cuentas municpales, es todavía un reflejo más claro de que a la alcaldesa y a Miguel Ángel Agüera no les interesa nada, de nada, de nada, que revisemos números, contratos y la ausencia de éstos. Por cierto, si el presupuesto no sale adelante, según la ley, en un mes la alcaldesa debería de someterse a una moción de confianza. ¿Llegaremos a ese punto?