Es inevitable. Camps dimitió ayer a eso de las 17'30 horas. Ha sido la noticia más comentada en todos los medios, tertulias y foros en las últimas semanas y al final el desenlace ha sido inevitable. Algún medio de comunicación, como el diario El Mundo, viene predeciendo en su línea editorial este inevitable colofón. Lo que son las cosas. Los dos enemigos irreconciliables, Ripoll y Camps, han dejado de ostentar sus respectivos cargos con menos de tres semanas de diferencia. La alegría o la tristeza, ya lo veis, va por barrios.
La política deja lecciones de este estilo con mucha frecuencia, pero los políticos tendemos a olvidar, especialmente cuando se está en el poder rodeado de pelotas y aduladores que sólo te cuentan lo que quieres oir. Un político como Camps, que hace solamente tres años era considerado el barón con más proyección del PP, que apoyó a Rajoy cuando le iban mal dadas después de perder las elecciones generales de 2008, que tenía la edad perfecta para poder aspirar a miras más altas en el futuro, ha quedado ahora totalmente defenestrado. Y lo que es peor, que su defenestración ha sido después de tener que soportar ir de boca en boca de toda España y de permitir ser el hazmerreir en tertulias y circunloquios políticos. En una cosa ha puesto de acuerdo a medios conservadores y progresistas. Tenía que haber dimitido mucho antes y no haber alargado su propia agonía política y la de la Comunidad Valenciana.
Podemos ahora recordar la dimisión del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, allá por 2009, por aparecer en una fotografía cazando con el entonces Juez Garzón. Fueron pocos días los que mediaron entre aquella fotograría y la dimisión del ministro. A Bermejo no se le acusaba de ningún delito. No se le imputaba nada. Simplemente se consideraba poco estético y del todo inadecuado que estuviese de cacería con un ministro que investigaba a importantes cargos del partido popular. Qué cosas tiene la vida. Al final el destino de todo este triunvirato estaba ligado. Ni Bermejo es ministro ya, Garzón está suspendido en la carrera judicial y ahora uno de los investigados del PP, Francisco Camps, ya no es presidente de la Generalitat
Pero la diferencia está en que Camps debió, en mi humilde opinón, de haber dado este paso en el mismo momento en que se desveló que una trama corrupta le había regalado trajes y otros obsequios a miembros de su familia y de su partido. Que después de llamar a el Bigotes "amiguito del alma", defender primero que no lo conocía, luego que sí, luego que se pagaba sus trajes y luego que se los regalaban en función de su cargo de presidente del PP, era hundirse más en sus propias arenas movedizas. Su posición habría sido mucho más digna, más gallarda y sobre todo, el gobierno de la Comunidad valenciana habría puesto sus cinco sentidos en sacar adelante a nuestra Autonomía de la crisis.
La política deja lecciones de este estilo con mucha frecuencia, pero los políticos tendemos a olvidar, especialmente cuando se está en el poder rodeado de pelotas y aduladores que sólo te cuentan lo que quieres oir. Un político como Camps, que hace solamente tres años era considerado el barón con más proyección del PP, que apoyó a Rajoy cuando le iban mal dadas después de perder las elecciones generales de 2008, que tenía la edad perfecta para poder aspirar a miras más altas en el futuro, ha quedado ahora totalmente defenestrado. Y lo que es peor, que su defenestración ha sido después de tener que soportar ir de boca en boca de toda España y de permitir ser el hazmerreir en tertulias y circunloquios políticos. En una cosa ha puesto de acuerdo a medios conservadores y progresistas. Tenía que haber dimitido mucho antes y no haber alargado su propia agonía política y la de la Comunidad Valenciana.
Podemos ahora recordar la dimisión del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, allá por 2009, por aparecer en una fotografía cazando con el entonces Juez Garzón. Fueron pocos días los que mediaron entre aquella fotograría y la dimisión del ministro. A Bermejo no se le acusaba de ningún delito. No se le imputaba nada. Simplemente se consideraba poco estético y del todo inadecuado que estuviese de cacería con un ministro que investigaba a importantes cargos del partido popular. Qué cosas tiene la vida. Al final el destino de todo este triunvirato estaba ligado. Ni Bermejo es ministro ya, Garzón está suspendido en la carrera judicial y ahora uno de los investigados del PP, Francisco Camps, ya no es presidente de la Generalitat
Pero la diferencia está en que Camps debió, en mi humilde opinón, de haber dado este paso en el mismo momento en que se desveló que una trama corrupta le había regalado trajes y otros obsequios a miembros de su familia y de su partido. Que después de llamar a el Bigotes "amiguito del alma", defender primero que no lo conocía, luego que sí, luego que se pagaba sus trajes y luego que se los regalaban en función de su cargo de presidente del PP, era hundirse más en sus propias arenas movedizas. Su posición habría sido mucho más digna, más gallarda y sobre todo, el gobierno de la Comunidad valenciana habría puesto sus cinco sentidos en sacar adelante a nuestra Autonomía de la crisis.
Mientras tanto, los cargos del gobierno valenciano en lo que han puesto los cinco sentidos en los últimos tres años es en tapar las vías de agua de este escándalo de corruptelas y en arropar a su presidente. Al final, el muerto olía tanto que no podía taparse más la pestilencia. Ahora muchos de los que se han hecho fotos con él renegarán y otros buscaran otros paraguas que les proteja. Si Camps y Ripoll con una dilatada trayectoria política y habiendo ostentado cargos de mucha relevancia en el partido han caído, qué pueden estar pensando ahora otros con menos poder e influencia. Hora sería ya de que los dirigentes de la Comunitat Valenciana pusieran todo su esfuerzo en crear empleo, cuadrar las cuentas, sanear la economía y controlar los desfases. Pero hasta para dimitir, no ha tenido gallardía, aún suenan sus palabras de la rueda de prensa "no podrán demostrar nada, porque no hay nada". Basta leer el auto para comprobar que hay mucho contra él, y que se ha demostrado. Sólo falta que un Jurado opine lo mismo que el Juez instructor y sentencie. Por eso le han obligado a dimitir.
Leo despues de este blog el Escaparate digital y las declaraciones de la Alcaldesa de Ibi, y militante del partido popular, indicando que un Juez no puede cambiar los resultados manifestados por el pueblo, y medito dos cuestiones:
ResponderEliminar1º.- El Juez no cambiado nada, se ha limitado a juzgar, el Presidente Camps, ha dimitido libre y espontaneamente, tal apreciación es una palabra y una manipulación mas sin contenido, a la que nos tienen acostumbrados los politicos profesionales.
2º.- Lo que considero mas grave, es si el pueblo con la manipulación mediatica de la información, la autoridad vertical de los partidos, y las listas cerradas, expresa realmente su verdadero sentir. Creo que no..., y creo tambien que esto va a tardar en cambiar, porque a los partidos politicos, especialmente los mayoritarios, les interesa que siga asi.
Ya veremos que opinan otros compañeros lectores de este blog al respecto. Buenas noches a todos.
YO SOLO SE QUE ES UN GRAN DIA DE FIESTA.
ResponderEliminarNO NOS MERECIAMOS ESTE PRESIDENT, ESPERO QUE NO SEA EL ULTIMO.
PAGA EL PABELLON ANTES,PACO.
Pues no pides tú ni na: "Hora sería ya de que los dirigentes de la Comunitat Valenciana pusieran todo su esfuerzo en crear empleo, cuadrar las cuentas, sanear la economía y controlar los desfases".
ResponderEliminarEso sería dar un giro de 180 grados a su política. Y eso me barrunto que no va a ocurrir. Por desgracia. El PP valenciano está tan convencido que lo hacen bien que no van a cambiar su política.
No es de extrañar que hayamos coincidido en el tema del día, incluso en considerar que esta dimisión llega tarde. Además, usamos algunos ejemplos similares de lo que se hace en otras latitudes ante situaciones de este estilo.
ResponderEliminarPor cierto, me parece vergonzosa la actitud de los responsables de Canal9 al impedir la retransmisión en directo de las imagenes. Me parece vergonzoso que en el Canal 24 horas valenciano no se haga referencia a la dimisión (ya hablan del nuevo Presidente como si hubiera estado toda la vida).
Por cierto, en todo este asunto de la Gürtel queda todavía mucho por decirse. Como dice Escolar hoy, Camps se marcha, pero la Gürtel se queda.
Todo esto es una vergüenza. Pero más vergonzosas son aún las declaraciones de una de sus "protegidas", nuestra alcaldesa, diciendo que lo que se votó el 22 de mayo no lo cambia un Juzgado. Es verdaderamente frikismo político lo de esta tía. Espero que ella vaya detrás con todo lo que tiene a sus espaldas ella y su colegui.
ResponderEliminarRascayú
Rascayu, estoy de acuerdo contigo. Las urnas son soberanas pero el poder judicial está para controlar un poco a los políticos y que no puedan hacer todo lo que les de la gana. Volveríamos a la monarquía absolutista y dictatorial.
ResponderEliminarY la mayte y su colegui que se echen a temblar, ya no está papá Paco para protegerles, aunque el colegui ya te prou, con sus dos ex, le van a hacer un despachito en el palau de justicia na mas que pa el