Porque funciona...

En las últimas semanas, la actividad en las calles, barrios y plazas de Ibi es frenética. De repente, rincones de Ibi olvidados durante los últimos cuatro años, rebosan de actividad, de operarios, de albañiles, de jardineros. De repente, rotondas anunciadas para el primer trimestre de 2008 y que ya estaban en el rincón del olvido, surgen apresuradas. Y vallas, eso sí, muchas vallas por doquier, carísimas vallas, pregonando por todos los rincones de Ibi que la responsable de tanto apresuramiento es la alcaldesa.

Este fin de semana ha sido intenso en actividad. Diversos colectivos de Ibi organizan actividades benéficas, culturales, sociales, deportivas y tratamos de acudir a todo lo que podemos. El viernes por la noche, Asamblea de la Asociación de Reyes Magos. El sábado por la mañana, les Gelaors hacen su fiesta, una fiesta de generosidad donde organizan juegos en la plaza de la Palla, rifan juguetes y por la tarde reparten helados. El tiempo además acompañó. Daba gusto ver jugar a los niños a las sillas musicales, la sogatira o las carreas de sacos. A las 16 horas, el Rayo Ibense empataba ante un correoso equipo de La Vila, y mantenía una jornada más el liderato ante lo que sin duda tiene que ser -este año sí- el camino del ascenso a preferente. Después, en un atestado pabellón del colegio San Juan y San Pablo, la escuela de Danza de Pastora Soler, nos ofrecía un espectáculo donde participaban niños y mayores, a beneficio de ADIBI, desde donde el entusiasta equipo directivo con Fide Mirón conseguían movilizar a más de seiscientas personas en pro de una buena causa. Y casi a la misma hora, un poco más tarde, en el centro cultural de la Villa, la Asociación cultural andaluza conmemoraban su día también con bailes y cantes procedentes de las tierras de origen de cientos de familias de Ibi. Y también llenaban el teatro de nuestra entrañable casa de la Cultura.

Un fin de semana, en definitiva, pleno de actividad donde uno ha tenido que multiplicarse y llegar, aunque sea un poquito, a todo lo que ha podido. Mis hijos me preguntaban porqué "en Ibi había tantas cosas". Una sociedad ibense que se mueve por diferentes objetivos, por diferentes iniciativas, por diferentes inquietudes. En todos y cada uno de esos sitios la gente nos traslada sus diferentes inquietudes y nos preguntan prácticamente lo mismo " ¿por qué todo a última hora?". Parece mentira "no se han acordado del barrio en cuatro años y ahora deprisa y corriendo". Por no hablar de la polémica -y empecinada- decisión de construir un tercer campo de fútbol mientras abandonan el Estadio Climent a su suerte, haciéndonos tragar con las ruedas de molino de que "vale más hacer un campo nuevo en el Alamí, que remodelar el Climent". Hablamos con presidentes de asociaciones, con asociados y con ciudadanos en general y el comentario se repite. ¿Pero qué está costando todo ésto? ¿Si aún debemos el parque de Giravella entero? Algunos concejales, aún nos manifiestasn incrédulos que no pueden creerse lo que los ciudadanos nos dicen, porque ellos "han hablado con todos y estaban convencidos". Pues les aseguro que los hombres y mujeres que nos trasladan sus inquietudes son de carne y hueso, y muchos están más que enfadados y más que hartos.

A todos los ciudadanos, tratamos de escucharles y de explicarles -hasta donde llegamos-, porqué cada cuatro años es lo mismo. Pues porque les funciona. Sólo hay un modo de que se cambie el chip, trasladarles un mensaje claro, diáfano, contundente e incontestable en forma de papeleta. Pero eso sólo está en manos de los ciudadanos. Los mismos que les han puesto ahí.