Una vez cada quince días, más o menos, sonaba el timbre del despacho. Abríamos y esperábamos. Poco a poco subía las escaleras. En los últimos meses, cada vez más poco a poco. Era Claudio, que venía a traer la lotería de Cáritas de la parroquia de abajo. Igual que a nosotros, lo hacía por decenas de domicilios del pueblo, para colaborar con las necesidades de la parroquia de abajo, y sobre todo, de los más necesitados a los que Cáritas ayuda haciendo una ingente labor social. Daba igual que hiciera frío, calor, viento. Siempre venía, desde hacía muchos años. Hace dos semanas fue tu hijo Claudio quien vino.
Como siempre ayudabas en la parroquia de Santiago. Tu querida parroquia. Como siempre tenías una palabra amiga, el recuerdo para la familia, el interés por los demás. Como colaborabas en los cursillos prematrimoniales y en tantas y tantas actividades, pequeñas, medianas y grandes, de la vida de tu barrio, de tu pueblo, pero sobre todo de tu parroquia. Amante esposo y padre de familia, siempre tenía a sus hijos en la boca. Y siempre, con sentido del humor, con ese tono de voz entre socarrón y chocante, que recordaba en ocasiones al genial Antonio Ozores. Muchas personas podrían hablar de Claudio Madrid Gambín, un buen hombre, un buen esposo, un buen padre, un buen vecino.
La vida está llena de ángeles, pero de ángeles como Claudio, de carne y hueso, con dos piernas para andar por todo el pueblo buscando ayuda, con dos manos para ofrecerse y con una palabra amiga siempre en la boca. Hoy San Pedro tendrá en el cielo un fiel escudero. Nos has dejado a los 76 años, demasiado pronto. Pero dejas el testigo de tus hijos, en los que pusiste todos tus esfuerzos, tu ilusión, tus anhelos y de los que se te llenaba la boca siempre, hasta cuando te preocupabas. Ahora en el cielo, pasarás la bandeja,como aquí, darás conversación a los amigos, escucharás, y pedirás por todos los que nos quedamos aquí. Y seguro te reencontrarás con mucha gente a la que quieres y que has ayudado. No te olvidaremos
Descanse en paz, Claudio Madrid Gambín
No conocía a este buen hombre, al que tan bonitas y sinceras palabras dedicas. Conozco a su hijo (ahora cobra más sentido que nunca ese refrán de "de tal palo, tal astilla). Desde aquí le mando el pésame a toda la familia.
ResponderEliminarEspero que por cada uno de estos que se vaya vegan al menos dos. Necesitamos "ángeles de carene y hueso", muchos.
ResponderEliminarUn sentido recuerdo a la familia.
Es un alivio saber que estamos rodeados de tan buena gente, muchos anónimos, que hacen que vivir sea algo que merezca la pena. Muchos conocíamos a Claudio y a su familia. Ibi y todos los que conformamos la comunidad Parroquial de Santiago Apostol nos acordamos de él.
ResponderEliminarA.
Efectivamente, San Pedro tendrá un buen escudero. Gracias por acordarte.
ResponderEliminarC.
has dejado un vacio muy muy grande imposible de llenar
ResponderEliminaresta muy bien que se acuerden de una persona asi
ResponderEliminarMuchas gracias Nico por acordarte de mi padre, en el sepelio pude comprobar lo que ya sabía: que lo quería muchísima gente. El que siembra recoge. Muchas gracias Nico de parte de la Familia Madrid-Moltó.
ResponderEliminarsin duda era el mejor en todo.este sabor tan amargo que a dejado no se si se curara algun dia . voy por la calle y espero encontrarlo por alguna esquina y reirme o sonreir viendo esa cara de nobleza que tenia, sin duda no va a poder ser !!!te echare mucho de menos """ mi chache guapo """"el mas guapo del mundo mundial como yo te decia siempre!!!!jamas te olvidaremos as dejado un vacio muy grande, tu sososobrina nunca te va a olvidar!!!
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