Eructo censurador

Termino de leer el enlace a la noticia del diario El Mundo, y no he podido por menos que dedicar una entrada, desde la humilde voz que me permite este blog, para denunciar una actitud que me provoca náusea y, sobre todo, una tremenda vergüenza ajena. Gracias a la retirada de determinadas imágenes en el Museo Valenciano de la Modernidad y la Ilustración, por orden del diputado provincial de cultura de la Diputación de Valencia, toda España se ha enterado de cómo se las gastan por estos lares los gobernantes que ya van para dieciséis años con mayoría absoluta.

Siendo lamentable lo anterior, y que ya fue objeto de una entrada por mi parte hace tres semanas, más grave ha sido todo lo que ha venido después. Vaya por delante mi solidaridad con el director del Museo citado, don Román de la Calle, a quien no tengo el gusto de conocer pero que, en un alarde de dignidad y decencia no habitual en nuestros días, presentó su dimisión por la censura padecida y a la que se vio obligado, en el museo que él dirigía. Dimisión que ha provocado una auténtica ola de solidaridad en toda España, especialmente en el mundo de la cultura y que pone más aún en evidencia si cabe, la brutal actitud de los gobernantes valencianos, al menos, en este tema en concreto.

Semanas después, el presidente de la diputación de Valencia, Alfonso Rus, ha puesto la guinda con un comentario -refiriéndose al lamentable suceso- del siguiente calado: "en el museo manda el PP, la retira y punto" . El comentario, asimilable a un eructo de alguien ebrio de poder, pagado de sí mismo, convencido de que su ideología y su verdad son "la ideología y la verdad", y que detrás del PP no hay nada, es toda una muestra de la deriva a la que está abocándonos la mayoría absoluta demasiado prolongada de un partido que otrora se definía como "liberal y de centro". Personalmente no doy crédito. Este personaje, ya censuró en la localidad de Xátiva la actuación del cómico alcoyano Xavi Castillo. Tot ho arreglen igual.

El problema es que esta deriva, nos puede conducir a actitudes, comportamientos y consecuencias de las que quizás nos tengamos que arrepentir en el futuro, si seguimos riéndoles las gracias a semejantes personajes elevados a la categoría de personajillos, porque en su día tuvieron el respaldo democrático de las urnas. Insisto, obtener mayoría absoluta tras mayoría absoluta, es algo que conseguían personas como Jesús Gil, con porcentajes superiores al 70%. A dónde se llegó después, es por todos conocido. Aquí llevamos el mismo camino