Un gran día para Ibi y su futuro...

Pascual Martínez, Director General de la planta de Smurfit-Kappa en Ibi

Ayer tuvo lugar la inauguración oficial de las nuevas instalaciones de la Multinacional Smurfit-Kappa en nuestra localidad. Aunque desde aproximadamente finales de junio, la factoría ya se encuentra plenamente operativa. Esta empresa, líder mundial en el sector del embalaje de papel, cuenta con aproximadamente 350 factorías en todo el mundo (casi 30 en España), y alrededor de 42.000 trabajadores.

La apuesta de la multinacional papelera por asentarse en nuestra localidad, debe de valorarse y ponerse en su justo contexto, máxime si tenemos en cuenta que la inversión se hace en un momento de crisis mundial (especialmente Europea) y ha supuesto una inversión aproximada de 28 millones de euros, posibilitando el incremento de la plantilla que en la actualidad ya supera los 120 trabajadores y que proyecta ir incrementando a medio plazo. La factoría de Ibi se dedica a la producción del bag-in-box, envases para líquidos y producto alimenticio fundamentalmente, constituyendo una de las divisiones de producción de esta multinacional que es mundialmente conocida por la producción de embalajes de cartón.

Esta importante inversión ha generado unos 500 puestos de trabajo indirectos durante todo el proceso. Como el propio director general manifestó con orgullo, ha dado trabajo no solamente a los empleados de la propia planta, sino a empresas de diseño, arquitectura, construcción, fontanería, electricidad, informática, etc.. en su gran mayoría de Ibi y su comarca. En el contexto actual, eso es literalmente oro puro para el presente y el futuro de Ibi y de sus empresas. Porque al tejido empresarial de Ibi, fundamentalmente compuesto por pequeñas y medianas empresas que llevan años haciendo las cosas muy bien, se añaden multinacionales que aportan también elementos que fomentan una mayor y mejor competitividad y que obligan a otras empresas de su entorno a mejorar sus procesos, sus inversiones y su tecnología para poder ser proveedores.

Pero más allá de todo lo anterior, detrás de las cifras, de los proyectos, de las inversiones, fundamentalmente hay personas. Y en este caso, la creencia en este proyecto, y sobre todo el interés en que sólo sería posible si se hacía en Ibi, como así lo reconoció y manifestó el CEO del grupo Tony Smurfit, ha sido posible por el amor y la fé incondicional de Pascual Martínez en su pueblo y sus gentes. No soy imparcial en este caso, en absoluto, pero la coincidencia de todo el mundo es unánime. Más allá del afecto fraternal y la relación familiar que me une al máximo responsable de esta factoria en Ibi, todos los actores implicados en este proceso, comenzando por su equipo, continuando por los responsables municipales, la Generalitat y los directivos de la propia multinacional, son conocedores de que Pascual ha luchado contra viento y marea para superar todas las dificultades que se han tenido que vencer, y que no han sido pocas, para que esto terminara siendo una realidad en Ibi y no en otra parte.

Ha habido otros ayuntamientos que han ofrecido suelo (en algunos casos prácticamente gratis). Ha habido otras trabas que ahora no vienen a cuento, porque afortunadamente todo ha salido bien. Pascual tuvo que convencer a una multinacional que tiene el 95% de sus factorías en régimen de arrendamiento, para que invirtiese casi 5.000 millones de las antiguas pesetas en este valle y en este pueblo de sus amores. Ha ido a Holanda, a París, a Dublín y a todos los puestos de dirección del grupo para defender apasionadamente esta inversión, para que el grupo creyese que en esta comarca y con una población de trabajadores y empresarios emprendedores y eficientes sería posible y les haría crecer en ventas y en productividad. Y lo ha conseguido. Yo ayer, como todos los que hemos conocido este proyecto desde sus inicios y conocemos a su principal protagonista, me emocioné especialmente. Porque como siempre nos han inculcado en nuestra familia, querer es poder. Ayer la emoción embargaba a Pascual en su intervención porque sabe lo que ha luchado para llegar hasta aquí. Porque mucho antes de esto, desde los dieciséis años prácticamente, como otros tantos emprendedores de Ibi, se pateó las carreteras de media España para ofrecer los productos que aquí fabricaban muchas empresas. Porque más allá de unas instalaciones magníficas que serán un Escaparate perfecto de nuestra villa, hay detrás muchísimas horas de trabajo y mucho esfuerzo. Porque poder dar trabajo en su pueblo y a su gente es lo que más le enorgullece. Por todo eso y mucho más, ¡enhorabuena!