Se estrecha el cerco hacia Alí Babá...

Ayer hablábamos de una noticia tremendamente positiva para Ibi. Hablábamos de emprendedores, de creación de empleo, de ilusión, de inversiones para Ibi. Hoy, lamentablemente, toca volver a hablar de la misma canción, la misma música y, cómo no, los mismos mariachis de la ranchera que nos lleva acompañando desde que Mayte Parra y su fiel escudero (o viceversa), se hicieron con el poder del ayuntamiento de Ibi hace once años y medio. Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia publicada en el diario Escaparate.

En las diligencias del caso AVE, se amplía la nómina de imputados. Han bastado un par de semanas de tomar declaración, para que su señoría haya decidido citar en calidad de testigos IMPUTADOS a tres concejales más de las corporaciones que presidía la exalcaldesa más nefasta de la historia de Ibi. Ahora le toca el turno a Antonio Granero, Ana Sarabia y Rosa Ibáñez. Y por si alguien tenía alguna duda, creo que a día de hoy ya no, miles de ciudadanos habrán entendido y comprendido perfectamente porqué una fría tarde de febrero del año 2005, los concejales de ADIi nos levantamos de un pleno y rompimos amarras con un gobierno que, a lo que se está viendo, estaba lleno de IMPUTADOS, trincones o presuntos trincones. Desde ADIi hicimos lo que hoy sí que exige la sociedad a sus políticos: contundencia, reacciones rápidas e inmediatas y coherencia. Expulsamos a un concejal poco transparente y, como luego se ha visto, también imputado, antes de que nos rozara lo más mínimo. El PP lo acogió en su seno y, por lo que se vé, se valió de empresas que facturaban millones de euros en sobrecostes al ayuntamiento, para pagarle unos honorarios de imposible o difícil justificación.

De aquél gobierno de ocho concejales están imputados nada menos que cinco: Rosa Ibáñez, Miguel Ángel Agüera, Ana Sarabia, Antonio Granero y José Antonio Onsurbe. La ciudadanía no entendió en aquél momento nuestra salida del gobierno. Lo interpretó como un gesto de altanería, de chulería o de capricho de un servidor y su grupo. Mayte Parra y sus secuaces disponían de media docena de empresas que recibían obras y dinero a dedo y a punta pala en cantidades millonarias y que ahora están también imputadas o investigadas. En aquéllos momentos, el PP estaba en la cresta de la ola, se hacían galas del deporte con cena y espectáculo gratis (a lo José Luis Moreno), que costaban decenas de miles de euros. Se invitaba a todo el mundo, se colocaba a todo el mundo, se regalaban macetas y se prometía lo que hiciese falta. Y venía Camps a Ibi y pedía (manda huevos) que los que de buena fé habían votado a los "independientes" diesen su voto al PP. Contra todo eso era difícil, imposible competir. Nuestra voz y nuestro grito se ahogó como un hilo, y más de dos tercios de nuestros votantes en 2003 nos retiraron su apoyo. Nada que decir, lo que el pueblo te da, el pueblo te lo quita.

Ahora, salta a la vista, que teníamos motivos para salir corriendo de aquélla cloaca, donde no solamente estábamos rodeados de compañeros que, en su mayoría, eran unos presuntos trincones, sino que además creían que el ayuntamiento era su cortijo. Unos por convencimiento de que la política es pasajera y tenían que "ponerse las botas" antes de que el chollo se acabase. Otras, porque espoleadas por la jefa de la banda, hacían, compraban y contrataban sin mirar y sin pensar que hay leyes, procesos administrativos y normas que cumplir. Pero por el voto todo valía. Ahora el cerco se va estrechando. Porque nadie a estas alturas se cree ya, que la que presidía, elegía, espoleaba y alentaba a todos los que ahora están imputados, no tuviese conocimiento de cómo se hacían las cosas, unos para su provecho, y otros para seguir obteniendo votos con derroche y despilfarro de dinero público sin justificar.

También algunos funcionarios de la casa están imputados y otros, que aún no lo están, ya van a tener que declarar como testigos, por tanto con obligación de decir verdad y sin asistencia letrada. Van a tener que explicar por qué le justificaban con su firma todos los sobrecostes a Intersa, entre otras. Y esto, no es una comisión de investigación. Aquí va a tener delante un juez, un fiscal y media docena de letrados con ganas de investigar y aclarar. Definitivamente, si Alí Babá viniese ahora a Ibi, tendría dudas entre buscar su cueva en el ayuntamiento o en alguna mesa de la antigua casa de peones camineros. En ambos sitios estaría como en familia. Hoy Antonio Granero debe de estar pensando, que el día que le dio al "rec" de la grabadora, para el montaje que le ordenaron sus jefes, Mayte Parra y Miguel Ángel Agüera, más conocidos como "la banda de interior de Ibi", como todo en la vida, se cumpliría aquello del "revierte Karma". Y el Karma, ha vuelto. Lo que haces en la vida, tarde o temprano, se vuelve a tu favor o en contra.