Cayó el jefe de los antisistema...

Cuando ayer por la mañana todos los informativos y medios digitales se hacían eco de la caída de Rafael Blasco, ex conseller de cooperación y ex de no se cuántas cosas más, miembro activo y destacado del partido popular de la Comunidad Valenciana durante los últimos 20 años, no puedo ocultar que, sin forzarlo lo más mínimo, se me ponía una sonrisa de oreja a oreja. Solamente una cosa empañaba tamaña alegría, el hecho de que esto no hubiese salido, como sí salió lo de Lola Johnson, un par de días antes de las elecciones europeas.

El PP autonómico valenciano está percibiendo en sus carnes las consecuencias de la inmensa estafa que fue concurrir a las elecciones autonómicas con una lista plagada de imputados e investigados. Posponer, alargar o directamente no llevar a cabo en algunos casos, la expulsión fulminante del partido y de cualquier cargo de todos y cada uno de ellos y ellas desde el primer minuto, es una de las causas fundamentales por las que cientos de miles de votantes ya tienen tomada la decisión de no volver a votar a este partido en mucho tiempo. Si el desastre en las europeas ha sido de proporciones considerables en todos y cada uno de los municipios de esta comunidad para esta formación, en mi opinión no es nada con lo que sucederá en autonómicas y en municipales, salvo en aquellos municipios donde los alcaldes tengan un fortísimo respaldo por su gestión, su talante y su compromiso real de personas honradas y capaces que, como en todas las formaciones, también las hay.

Esta condena de Rafael Blasco a la nada desdeñable pena de 8 años de cárcel, teniendo en cuenta además, que aún faltan 2 piezas separadas del denominado "caso cooperación", en las que también es el principal imputado y cabecilla de la trama organizada desde su consellería y con él al frente, para ROBAR, SAQUEAR Y APROPIARSE de millones de euros que tenían que dedicarse a cooperación con el tercer mundo, y se dedicaron intencionadamente a comprar pisos y a fines lucrativos de la trama, pone frente al espejo a los que tildan a las nuevas formaciones emergentes de "antisistema" ¿Alguien se extraña de que haya mucha gente que de un modo u otro estemos frente a este "sistema"?

Porque los verdaderos antitistema, los que han provocado y siguen provocando que por todos los rincones de la geografía española surjan antisistema, cabreados, indignados y hastiados de toda tendencia, edad y formación, son los Rafael Blasco de turno, los Eduardo Serra, los Díaz Alperi, las Sonias Castedo, los dirigentes del caso de los ERE de Andalucía, los Bigotes, los Gürtel. Toda esa cuadrilla son los auténticos antisistema. ¿De verdad el empresariado, la banca y el Establishment están más "tranquilos" con toda esta tropa gobernando? ¿De verdad nos quieren convencer que toda la tropa que no teniendo bastante con sus sueldos de cargo público, complementaban con sueldos en sobres "B" de a veces más del doble de su remuneración oficial? ¿De verdad nos quieren convencer de que populismo es lo que hace el líder de PODEMOS, y sin embargo no es populismo llenar un pabellón deportivo con mil doscientas personas para una gala del deporte en el que se invitaba a cenar y se hacía de todo menos deporte? ¿De verdad nos quieren convencer de que populismo es proponer que desaparezca el senado y las diputaciones y no es populismo repartir diez mil macetas antes de elecciones? ¿cómo es posible que Rajoy siga manteniendo un sólo día más en su cargo a Ana Mato como ministra de Sanidad, cuando día sí y día también se revela que se pegaba la vida padre disfrutando de viajes, coches y de un nivel de vida a costa de la Gürtel?

Yo, sin embargo, qué le voy a hacer, y habiendo comprado ya la mercancía de los "partidos tradicionales" durante muchos años, me inclino por pensar que ser antisistema es robar a un país y a los ciudadanos a los que juraste y prometiste defender y hacer respetar sus leyes. Me inclino por pensar que ser populista es que alcaldes, diputados y cargos de medio pelo presidan los palcos de los clubes deportivos - por ejemplo - acudan a todos los entierros, repartan besos y abrazos y sin embargo no atiendan y se ocupen de las necesidades de los ciudadanos,entre otras cosas porque se está demasiado entretenido en robar a manos llenas. Así que a Blasco y a toda su tropa de antisistemas y populistas que han hundido este país, que les vayan dando un pijama de rayas en la cárcel y que devuelvan lo robado. Y a mí como ciudadano, que no me traten más como si fuera un imbécil y sigan insultando a mi inteligencia desde un lado y desde otro. Que ya somos mayorcitos y que no cuela...