Encantados de habernos conocido...

Cuando hace once años un grupo de entusiastas decidimos formar un partido con vocación exclusivamente local, una de las cuestiones que denunciábamos por aquél entonces es que el pleno era utilizado por los partidos con implantación nacional, especialmente los mayoritarios, para traer cuestiones a votación para las que la competencia de nuestro Ayuntamiento era absolutamente nula. O lo que es lo mismo, que los partidos nacionales utilizan las corporaciones locales, SISTEMÁTICAMENTE, para hacer de correa de transmisión de un sinfín de mociones "de partido", la gran mayoría de las cuales lo único que pretenden es defender sus postulados nacionales en los pueblos, o lo que es lo mismo hacer campaña durante cuatro años, o bien lo que pretenden es desgastar al adversario, o lo que también es lo mismo, hacer campaña.

Eso que hace once años era un problema, hoy no solamente se ha corregido, sino que se ha agravado sensiblemente. Sé que a mis compañeros de la oposición no les gusta que les saque este tema, porque saben que es tan cierto como lo acabo de explicar. Y no es que yo esté absolutamente en contra de que haya determinadas cuestiones que, por su gravedad o por su especial trascendencia requieran del pronunciamiento de todos los estamentos, incluidas las corporaciones locales, para hacer visibles situaciones injustas, para reclamar a los parlamentos nacionales o autonómicos más fuerza o más insistencia en algunos temas. Creo que en algunos casos es hasta obligado. Pero en demasiadas ocasiones, la mayoría en mi humilde opinión, lo que se trae al pleno son cuestiones que está absolutamente claro que no nos competen, han sido debatidas ya en otros foros y lo único que hacen es sobrecargar los plenos para abundar en intervenciones infumables, eternas y no nos dejan el tiempo suficiente para debatir más a fondo cuestiones que sí afectan a la gobernabilidad y a la gestión de nuestro pueblo.

Yo soy un humilde concejal de pueblo, de un partido pequeño, que a base de mucho esfuerzo llevamos manteniéndonos tres legislaturas consecutivas con representación de un partido con intereses exclusivamente locales. Hemos apoyado muchas de las mociones que otros compañeros traen a pleno. Hemos buscado el consenso siempre que ha sido posible y cuando eran temas trascendentales para Ibi. Y nos hemos opuesto con rotundidad y denunciado las que hemos considerado perjudiciales o injustas. Como cualquier otro, acertamos y nos equivocamos. Pero sigo pensando que seguir trayendo pleno tras pleno, sistemáticamente, cuestiones en las que no tenemos absolutamente ninguna competencia y que las mismas formaciones que las traen a pleno, ya las han debatido y discutido en las cortes valencianas o en el congreso de los diputados, pervierte la función del pleno del ayuntamiento y, por lo que se me transmite, hasta cabrea a los ciudadanos.

El pasado pleno sin ir más lejos se trajo una moción para pronunciarnos en contra del impacto ambiental, así directamente, que pueden tener las prospecciones petrolíferas en las costas mediterráneas. Y no es que esté a favor de que haya prospecciones, es que en esta cuestión ya hay otros foros que se han pronunciado, hay técnicos que han informado y hasta en las cortes valencianas ya se ha debatido y votado la cuestión que yo sepa. Y luego vino otra moción para pedir la modificación del artículo 135 de la constitución, que se modificó hace cuatro años con el voto de los dos partidos que representaban casi al 80% en aquél momento del congreso de los diputados, y que era relativo a la necesidad - impuesta desde Europa- en aquél momento, de dedicar los recursos financieros a amortizar deuda como primer objetivo. Y no es que estemos en contra de esta cuestión. Es que entendemos, modestamente, que estas mismas formaciones que traen esto al Pleno del ayuntamiento deben de llevarlo al congreso de los diputados. De lo contrario, con razón, mucha gente nos dirá que pasamos horas discutiendo cuestiones que no nos competen, mientras en Ibi hay muchos temas que abordar urgentemente, que necesitarían de debates más amplios en los plenos, y que por dedicar demasiadas horas a discutir estas otras, no se profundizan como es debido. Es, insisto, mi humilde opinión.