Errare humanum est

Equivocarse es de humanos, decía el viejo aserto latino con el que encabezo la entrada de hoy. La semana pasada dediqué una entrada a unas palabras que en teoría había dicho la alcaldesa en su entrevista en Radio Ibi. Ya dije en su momento que no había escuchado la entrevista. Primer error de un servidor. Si algo me ha enseñado la política, es que si vas a opinar de algo, al menos que sea de algo de lo que has podido informarte directamente y no a través de terceros.

Alguien que estaba convencido de la certeza de su afirmación, me contó que la alcaldesa se había referido a los miembros de la oposición diciendo que teníamos la "cabeza podrida", o algo así. La propia alcaldesa, al finalizar el pleno del pasado viernes me dijo personalmente que eso no era cierto, que en ningún momento había hecho esa referencia, es más, que no habló de mi persona ni del partido al que represento. Me pidió que escuchase la entrevista. En ese mismo momento ya le dije que si eso era así, ya le pedía disculpas por adelantado. Y ahora rectifico y lo hago públicamente. Además he esperado al lunes, ya que el fin de semana el blog baja en visitas y seguimiento, para que mi rectificación tuviese la máxima difusión. Además he procedido a retirar la entrada en cuestión y todos los comentarios alusivos. Pido además disculpas a los seguidores habituales de esta bitácora y a quienes, movidos por un error del que soy el único responsable, ya que mi obligación era contrastar aquella información, dejaron algún comentario colgado al respecto dándola por buena.

Después de casi 800 entradas, que yo recuerde, es la primera vez que me toca rectificar. Mis discrepancias en la actividad política y en las formas con las que habitualmente se conduce nuestra primera edil no justifican que yo no tenga la obligación para con ella o con cualquier persona, de intentar ser lo más escrupuloso posible en las mías, en la información que transmito a través de esta bitácora o en las opiniones que vierto en lo que no pretende ser más que un humilde canal de comunicación, intercambio de opiniones e información sobre la vida política local, sobre todo. Si a lo largo de estos casi tres años hemos subido en audiencia llegando a alcanzar en algunos momentos las casi mil visitas diarias imagino que será, entre otras cosas, porque hemos intentado mantener una línea de respeto y de veracidad, más allá de que mis opiniones sean totalmente subjetivas. Mis opiniones sí, pero los datos deben de ser datos, más allá de las valoraciones.

A lo largo de estos más de nueve años, sin embargo, he sido objeto de cientos de descalificaciones gratuitas, tanto en plenos, como en comunicados, como en los medios propios -como lo es su panfleto del partido al que representa-, como en los medios de comunicación, en algunas ocasiones, atribuyéndome monstruosidades tan falsas como "que yo me metía con sus hijos", y haciendo del insulto y la descalificación a un concejal que estaba en "minoría absoluta" y que no gestionaba ni tenía responsabilidades de gobierno, simplemente por que para ella todo valía en la contienda política. Jamás he recibido por su parte ni una sola disculpa y ni siquiera una rectificación, y menos pública.

Ya le digo que para mí no todo vale. Metí la pata atribuyéndole unas palabras que usted no pronunció y rectifico. Del mismo modo que hice una fotografía al grupo popular en el último pleno mientras levantaban la mano para votar la subida del agua de AQUAGEST, y en ese mismo momento les pedí disculpas, borré la fotografía y ahí terminó todo. Somos personas, por encima de todo, con nuestras vidas, con nuestra actividad profesional y muchos de nosotros, por encima de nuestra rivalidad política, somos amigos o conocidos. Si rectificar cuando uno se equivoca contribuye a que la sociedad nos respete aunque sea un poco, no seré yo quien se empecine en los errores. No espero que nadie tome nota. No todos somos iguales.