Como en su momento dije, para los seguidores habituales de esta bitácora, cuando llegué a las mil entradas de este blog, si algún día o alguna semana como ha sido el caso de ahora, no actualizo, es únicamente debido a la imposibilidad material de hacerlo. Uno se debe a sus obligaciones profesionales y, en ocasiones, lo que no puede ser no puede ser y es imposible.
Los periodos sin actualizar también dan más perspectiva. La casualidad ha querido que el miércoles por la tarde, en una escala entre avión y AVE, tuviese tres horas para estar en Madrid paseando por las calles del centro y contemplar, en vivo y en directo, toda la parafernalia de calles cortadas, palcos, banderas y sobre todo, medios de comunicación preparados con sus respectivas unidades móviles para retransmitir la que al día siguiente iba a ser la ceremonia de proclamación del Rey Felipe VI.
El otro día comentaba con un amigo que en poco tiempo estamos asistiendo a hechos que seguramente se reflejarán como fechas señaladas en los libros de historia. Hemos visto en menos de cuatro años la dimisión de un Papa y la abdicación de un rey. Este último hecho podemos enclavarlo además en otro momento sin duda complicado y que también puede ser histórico, en que en Cataluña hay un fuerte sentimiento independentista apoyado por una importante parte de los catalanes - no sabemos si mayoritario o no -, y todo ello enmarcado en una crisis de las instituciones generalizada a la que han contribuído indudablemente 2 aspectos: la corrupción instaurada en los partidos políticos que han tenido ocasión de tener responsabilidades de gobierno y una crisis económica que ha golpeado muy fuerte a la sociedad española provocando 6 millones de parados y unos recortes en derechos acompañado de aumento de impuestos.
Si alguien piensa que en contexto anterior van a ser la algarada y el conflicto permanente la solución y el camino, la historia nos demuestra que lo de "revolución o guerra" acaba mal, muy mal. He tenido la suerte de crecer en un periodo de democracia y prosperidad económica que no me gustaría que fuera un espejismo. Como dije en su día, jamás he sido republicano ni tampoco especialmente monárquico. Durante décadas hemos visto al rey como una figura que de algún modo, generaba un respeto mayoritario y que estaba por encima del desgaste que podían tener otros políticos. Cuarenta años de democracia y la madurez, mayor formación y mayor información del pueblo español, hace que seamos más críticos y más exigentes, pero no deberíamos de ser menos razonables.
Solamente pude ver anoche a última hora un resumen del discurso del nuevo rey. Todo dentro de lo previsto, nada se salía del guión. Quizás por la empatía que me provoca pertenecer a su misma generación y haber seguido prácticamente desde pequeño todas sus evoluciones, su periodo de formación, dónde ha estudiado, las novias que ha tenido, su matrimonio y su descendencia y haber coincidido en muchas de esas etapas con lo que uno vive en su propio acontecer, trato de desearle la mejor de las suertes al nuevo Jefe del Estado. Creo que ayer, detrás de un discurso estudiado al milímetro, había mucha verdad y mucha trascendencia y consciencia, en las palabras del Rey Felipe, del delicado y complicado momento en que le toca acceder a la corona. Cuando su padre accedió al título de rey, este venía concedido por un dictador y había "ruido de sables". Aquél momento tuvo sus complicaciones y mucha gente que tenía un legítimo dolor acumulado tras cuarenta años de dictadura supo tener la altura de miras para buscar consensos.
Si hoy no somos capaces de ver que hay que volver a sumar, a ceder, a escuchar al otro, la historia nos recuerda que la fragilidad de las democracias, de los Estados y de la convivencia, puede irse al garete si los mejores no están a la altura. Creo en la democracia y sobre todo en la esperanza. Si este rey, a pesar de su papel meramente institucional, es capaz de liderar -desde el papel que la constitución le otorga- un necesario proceso de cambios, habrá ganado muchísimo. Y si los partidos políticos, todos, no saben tampoco estar a la altura de las complicadas circunstancias que vivimos, quizás tengamos que lamentarlo durante mucho tiempo. Quiero que también mis hijos puedan vivir en un país en paz, en libertad y en DEMOCRACIA. Y creo que ese es el deseo y la preocupación de la mayoría. Para eso, habrá que sumar y escuchar, escuchar mucho.
Nico tienes razón,pero olvidas que estamos gobernados por una mayoría absolutista del PP,y con esta gente no se puede sumar nada,ellos están llevando a cabo sus políticas neoliberales,en las que priman la Banca,los empresarios,la manipulación mediatica con sus medios afines,y cargándose el estado del bienestar y fulminando a la clase media trabajadora,donde se castiga al trabajador y se ampara al corrupto y chorizo,estamos gobernandos por esta gran mentira y estafa llamada Partido Popular,para empezar como si fuera una dictadura prohibe exhibir signos republicanos,etc...Lo peor es que nos traten como imbéciles y que lleguen las elecciones y te das cuenta de que realmente somos imbéciles.
ResponderEliminarNo entiendo algunas de las posturas de Cayo Lara, por ejemplo, un líder de izquierdas al que considero un hombre sensato. Carrillo aceptó la actual banderá y la legitimidad de la monarquía. Estoy de acuerdo en que, desde sus posturas de izquierdas, reivindiquen cambios profundos en el sistema. Pero sin duda alguna ahora mismo el Rey Felipe puede ayudar mucho más que perjudicar. Eso desde la izquierda deben también saber verlo.
ResponderEliminarA.
Porque hay en este País tanto miedo a celebrar las consultas o referéndum,que tiene de malo que la gente opine en las urnas,porque hay tanto miedo a la Democracia,y no lo digo por el tema soberanista Catalan,porque creo que eso solo es fanatismo de estos políticos independentistas burgueses,liderados por el Sr Mas que han llenado la cabeza de los catalanes de tonterías y mentiras sobre el resto de España,lo digo por el tema de Monarquia o Republica,que pasa por ver que opinan los ciudadanos,esos ciudadanos de los cuales tanto dice el nuevo Rey que desea que se sientan orgullosos de el,seria mejor para este nuevo Rey sentirse apoyado por una gran mayoría de ciudadanos,que tiene de malo consultar al pueblo.
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