Un sistema podrido...

Desbandada de diputados que salen corriendo para no perder el tren en el puente del 1 de noviembre de 2013

Hoy a las 19 horas tendrá lugar el pleno ordinario del mes de noviembre, donde como es público y notorio, se hará efectiva la renuncia de Mayte Parra como alcaldesa de Ibi y como concejal. Pero convendría que entre tanto jaleo mediático los árboles no nos impidieran ver el bosque. Porque hay problemas infinitamente más graves que el excesivo personalismo de algunos líderes eventuales.

Si en Ibi, por poner el ejemplo más cercano, se han cometido desmanes de todo tipo en los últimos diez años, no nos equivoquemos, ha sido fundamentalmente porque detrás de una líder más o menos desnortada (como élla los hay a cientos en toda España y de varios colores) había un partido político, una gran maquinaria electoral, tremendo entramado de influencias, componendas y mamoneo, que en este caso tiene unas siglas muy concretas, Partido Popular. Cuando a la maquinaria del "partido" ya no le sirve una persona en concreto, se le deja caer.

Lo anterior es perfectamente extrapolable al otro gran partido nacional, el PSOE, que donde ha gobernado largas temporadas , veamos lo que está sucediendo en Andalucía, todo lo justifica, todo lo ampara, todo lo tolera y nada persigue. Más del 80% de españoles que a lo largo de varias generaciones han ejercido su derecho al voto, han dado su apoyo a uno de estos dos partidos. Ahora, cuando en el horizonte se atisba la emergencia de otras formaciones que pueden hacer temblar los cimientos de las dos maquinarias más grandes de gestionar poder en este país, se demuestra cuánto se parecen y cómo están dispuestas a mirar hacia otro lado y darse la mano para lo que haga falta, no sea que el cotarro se les desmonte. En ambas formaciones hay honrosas excepciones, gente que ha entrado a trabajar, que cree en la democracia y que ha sacrificado hasta su vida por la democracia, todo hay que decirlo. Pero la partitocracia ha engullido y ocultado las buenas intenciones de los mejores de ambos partidos, propiciando el hartazgo de una gran parte de sus simpatizantes y votantes.

Lo que ha sucedido la semana pasada en el principado de Asturias es sólo una muestra. La formación UPyD, minoritaria en dicha comunidad con un único diputado, ha dicho que deja de apoyar al presidente actual porque se niegan a reformar la ley electoral. Menuda osadía tienen estos de UPyD, nada menos que pedir listas abiertas y un sistema más proporcional, entre otras cosas. Y para eso, el PP, que está en la oposición en esa comunidad, se ha mostrado presto a dar su apoyo al actual gobierno asturiano del PSOE. En el fondo, es lo que tienen los enemigos íntimos, se quieren tanto como se necesitan.

Listas abiertas, algo que si se pregunta en la calle recibe una abrumadora respuesta. Que la gente ponga cara, trayectoria y nivel de exigencia a los diputados que elige. Que estos, como en el Reino Unido, tengan que dar cuentas en sus circunscripciones respectivas de qué hacen por su distrito, provincia o demarcación electoral. De cuál es su trabajo parlamentario, de qué apoyan y qué no y por qué. A los cientos de diputados provinciales, autonómicos y nacionales de ambos partidos mayoritarios esta palabra les provoca tembleque. Mejor seguir como hasta ahora, siguiendo las consignas de partido, yendo en la mayoría de los casos a calentar asiento, cobrar dietas por desplazamiento o residencia y no teniendo que dar cuenta más que al gerifalte de sus siglas al que tuvieron que lamerle el trasero para tener escaño y sueldo. Sólo falta que muchos cientos de miles nos pongamos de acuerdo para cambiar esto. Ya sería hora