Kafka se instala definitivamente en Ibi

Cuando algo nos parece surrealista, incomprensible o ilógico, solemos decir que es algo "kafkiano", adjetivo procedente del apellido del escritor y pensador Frank Kafka, ya que los estudiosos de su obra, la clasifican en diversas corrientes, desde el surrealismo, el existencialismo o el realismo mágico. De ahí que, cuando se produce una situación que nos resulta difícil de comprender, digamos que es "kafiana". Hecha esta breve nota aclaratoria, trasladémonos a Ibi, año 2012 y a la noticia que publicaba la semana pasada el diario INFORMACIÓN, "Ibi refuerza la seguridad del Teatro Río para legalizarlo". Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia completa.

Las cosas que vienen sucediendo en Ibi desde que Mayte Parra rige los destinos de nuestra pequeña y querida población, están alcanzando ya cotas en unos casos de gravedad, en otros de ridículo y como en este, de ambas cuestiones. Pero vayamos por partes y puntualicemos. Que en una obra de esa envergadura haya "flecos pendientes", es algo que podría estar dispuesto a entender y comprender e incluso, a título personal, yo puedo asumir que acudo al Teatro sin que tenga esta barandilla, o aquélla luz de emergencia y que no constituya ningún drama personal para mí. El problema está, en que a esta situación llegamos después de un transitar en la gestión de la obra absolutamente desastroso, comenzando por los más de tres millones de euros en sobrecostes que ha implicado y por los que incluso hay investigaciones por presuntos delitos en los juzgados. En segundo lugar, que al arquitecto director de la obra se le han pagado más de SETENTA MILLONES DE LAS ANTIGUAS PESETAS por los respectivos proyectos y la dirección de una obra destinada a ser un Teatro, por tanto un espacio público y que una vez entregada y en la que este mismo arquitecto nos contaba maravillas del proyecto en el vídeo inaugural, NO CUMPLE LA NORMATIVA. Es que es para mear y no echar gota.

En tercer lugar, porque el Ayuntamiento tenía además un técnico (funcionario de la casa), competente para revisar y controlar todo el proceso de ejecución de la obra. Técnico que además ha firmado todo lo que se le ha puesto por delante y ha avalado gran parte de los sobrecostes, tanto de esta obra como en su día la de la piscina. Técnico que está además imputado por otras historias relacionadas con el urbanismo ibense y que en su día tuvo estrechísimas vinculaciones con una empresa que construyó muchos pisos y casas en Ibi. Porque aquí responsabilidades tienen los políticos, pero también los técnicos, especialmente porque hay mucho funcionario honrado y competente que no tiene porque verse metido en el mismo saco que otros que ejercen su trabajo como mínimo de un modo altamente cuestionable. En cuarto lugar, porque el Ayuntamiento es quien, desde sus servicios técnicos y administrativos, debe de velar y exigir que los particulares, empresas y comerciantes cuando montan un negocio cumplan con la normativa existente. ¿Con qué cara vamos a exigir si es el Ayuntamiento el primero que no cumple y que lleva dos años programando en un Teatro que no cumple normativa, nada menos que de seguridad?

Este muerto es uno más de los que ha heredado la concejala Amparo Pina, pero me parece inexcusable que no se hayan acometido las obras en verano, como habría sido lógico y normal y antes de dar comienzo a la temporada. Pero lo dicho, Kafka se ha instalado en Ibi, y creo que para quedarse...