El final del verano...

Cada vez que llegan estas fechas, no puedo resistir evocar aquél último capítulo de la archirrepetida serie "Verano Azul", donde la canción del dúo dinámico "El final del Verano", acompaña las despedidas de aquél grupo de niños, cuyo vídeo encabeza esta entrada. Y no porque el final del verano, para el que por cierto, aún faltan tres semanas, sea algo que me de pena, sino porque este año, matemáticamente, los últimos días de agosto han venido acompañados de tormentas, lluvias y bajada de temperaturas. El jueves por la tarde, el mar era todo un espectáculo. Las diferentes tonalidades de azules y grises, las olas, el cielo que amenazaba con una tormenta que comenzase a marcar que se acerca el cambio de estación y por la noche, truenos y relámpagos. Todo un espectáculo que a muchos nos encanta contemplar. Especialmente después de un verano sofocante en temperaturas y agobiante por demasiadas noticias malas.

Aunque ya hace varios días que me he ido incorporando progresivamente al trabajo, me prometí a mí mismo no reiniciar esta bitácora hasta concluir el mes de agosto. Motivos para escribir alguna entrada los ha habido, desde luego. Pero se avecina un otoño caliente, también en nuestra localidad, y necesitaba renovar fuerzas. Mucha gente nos ha dejado y especialmente quiero recordar aquí a dos personas como han sido por una parte Sor Isabel, religiosa franciscana y superiora de la Residencia Asilo de San Joaquín durante muchos años. Ahora hacía ya unos cuantos que estaba muy mayor y era ella quien necesitaba cuidados. Al servicio de Ibi a través del cuidado, amor y total dedicación a los más mayores. Desde la hermosura de sus ojos azul grisáceo y la ternura de su voz ha acompañado durante décadas a las personas mayores que pasaban sus últimos días en la única residencia de nuestra localidad. En una sociedad cada vez más individualista, cada vez más egoista y cada vez más ensimismada en el "yo", conviene recordar a personas que han hecho del servicio a los demás su modo de vivir. Desde donde esté, sor Isabel, Gracias, siempre Gracias.

Por otra parte, el brigadista fallecido en el incendio de Torremanzanas, casado con una ibense y residente en nuestra villa desde hace varios años, Ernesto Aparicio, nos sobrecogía a todos en una de las varias olas de calor sahariano padecidas este mes de agosto. Porque cuando la mayoría andamos de vacaciones, muchos trabajan por seguir protegiendo la naturaleza y lamentablemente, Ernesto padeció la cara más amarga del servicio público, dejandose la vida tratando de salvar parte del monte. Alicante es la segunda provincia más montañosa de España y tenemos muchos pulmones verdes que proteger, por los que han respirado nuestros antepasados y queremos seguir respirando nosotros y nuestros hijos. Toda nuestra gratitud a las personas que velan por preservarlas, tanto voluntarios como profesionales. Como su hija leyó en la petición de la eucaristía celebrada por su padre, "Te pedimos Señor, por la Naturaleza". Gracias Ernesto, allá donde estés

A la vista de la pérdida de personas tan dedicadas al servicio público, da hasta reparo hablar de otras cosas que parecerían nimiedades. El lunes volvemos.