Un año sin Camps

Con toda la que está cayendo ahora, recordar ahora que mañana se cumple un año desde la dimisión de Francisco Camps quizás pueda sonar hasta grotesco. De hecho, de este personaje, el más nefasto para la historia de la Comunidad Valenciana desde su existencia democrática, no me apetece hablar en absoluto. Pero es que hoy a primera hora de la mañana escuchaba en la Radio una noticia insólita.

En el municipio alicantino de Xábia, bello rincón de nuestra comunidad al que le tengo un especialísimo afecto, comienzan hoy unos cursos de verano. Digo yo que igual es por el subidón de temperaturas que tuvimos el miércoles y ayer jueves, que igual a alguien se le ha ido la olla, o directamente es que en la comarca de la Marina Alta ya es legal la marihuana y van todos como motos, porque de lo contrario no se explica. El curso, que como os digo, comienza hoy se titula "Responsabilidad Social en política" se inicia presentado por Juan Cotino, ese señor que preside el parlamento autonómico valenciano y que considera "ofensivo" para los miembros de la cámara llevar camisetas con lemas reivindicativos. Lo cual ha llevado a expulsar a Mónica Oltra varias veces del pleno o a hacer alusión a la paternidad de esta última, imagino que utilizando los conocimientos de los ficheros de los españoles cuando fue director general de la policía. Por no hablar, lo digo por lo de la responsabilidad "social", de los estrechísimos vínculos de este señor con SEDESA y y otras empresas que tienen a su cargo la gestión de decenas de residencias geriátricas en la Comunidad.

No siendo suficiente la edificante personalidad y comportamiento de Cotino, como ponente en estos cursos o conferencias, acudirá Francisco Camps Ortiz. Pero no es Ortiz el de las magdalenas, es Camps Ortiz, "el tío Paco", o como el mismo se autodenominó "El Sastrecillo Valiente". Porque al margen de los presuntos chanchullos, al margen de ser uno de los responsables de que aquí Urdangarín y sus fundaciones "sin ánimo de lucro" camparan a sus anchas y recaudasen más que en ningún otro sitio, Camps tendrá que explicar ¿cómo es posible que él esté dimitido desde hace un año y que once de los diputados que él puso en sus listas y ahora ocupan escaño en les Corts Valencianes, estén imputados o investigados por graves delitos, eso sí, presuntos? ¿Cómo es posible que su portavoz, Rafael Blasco, y la consellería que este último gobernaba, la de cooperación nada menos, se haya dedicado presuntamente a tejer una red de empresas para desviar esos fondos de cooperación, que tenían que ir a hospitales, niños enfermos y proyectos de ayuda humanitaria, a comprar pisos y coches de lujo en Miami?

Responsabilidad social no sé, pero judicial y política toda. Y nos vamos que es viernes y esto ya provoca demasiadas arcadas.

P.D. Por cierto, si sus señorías los compañeros del PP de Ibi lo tienen a bien, hoy tendremos comisión de hacienda para dictaminar los presupuestos, con las facturas de las visa (su soporte físico, es decir) sin entregarse todavía a la oposición y con la alcaldesa más preocupada de cuestiones de protocolo y de cómo y en qué fotos sale para enviar a la prensa. Pues eso, responsabilidad social. Por supuesto, si eso sigue así, nuestro voto en contra está asegurado. Aunque imagino que poco les importa.