Cruz Roja y la concejalía de Medio Ambiente acuerdan emprender acciones
conjuntas para la conservación del entorno
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La concejala de Medio Ambiente, Blanca Navarro, y Cruz Roja han acordado
colaborar en diferentes acciones destinadas a conservar el entorno natural
del m...
miércoles, 25 de julio de 2012
20 años no es nada...(o sí)
El vídeo que encabeza la entrada de hoy corresponde a la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos de Barcelona en el año 1992. En el momento en que el tirador con arco paralímpico, Darío Rebollo, lanzaba su flecha y encendía la antorcha dando comienzo a los primeros juegos olímpicos que organizaba España y que en aquél momento fueron calificados como los mejores de la historia. De hecho, los posteriores de Atlanta no los superaronfueron muy inferiores.
España era una joven democracia, era un destino preferente como país que había ingresado en la Unión Europea (entonces mercado común) hacía pocos años,los fondos europeos llovían a espuertas, y desde Barcelona, los juegos olímpicos nos daban una magnífica oportunidad para enseñar España al mundo como una ventana a la modernidad, demostrando que podíamos ser un país de "primera división", y capaces de superar con nota un reto como suponía organizar unos juegos olímpicos. Aquél año además se organizó también como muchos recordamos, la expo de Sevilla y, en definitiva, da la sensación que había una sensación de euforia colectiva, de sentimientos compartidos, de aunar voluntades por un proyecto común. Para Barcelona, sin duda, los juegos olímpicos supusieron una auténtica revolución social, urbanística y económica sin parangón, dando la vuelta a la ciudad como un calcetín en poco más de seis años, y posteriormente sabiendo rentabilizar unas instalaciones y unas infraestructuras que convirtieron a Barcelona en uno de los principales destinos turísticos de Europa y del mundo.
Nuestro país vendió al mundo capacidad de organización, diseño, modernidad y todo con ese aire de alegría que podemos aportar los mediterráneos con respecto al resto de países de Europa. Luego, después de las olimpiadas y la expo vino una crisis económica, que duró un par de años escasos y que, ni de lejos, se parecía a la que vivimos actualmente. Viendo aquellos momentos desde la perspectiva de hace veinte años y comparándolos con la situación que vivimos ahora, más que nostalgia, me gustaría extraer algo positivo de todo aquello, porque falta nos hace.
Me gustaría pensar que si en otros momentos hemos sido capaces de lo mejor a todos los niveles, ahora más que nunca sea necesario demostrarnos a nosotros mismos como país que con esfuerzo, organización y con trabajo, mucho trabajo, todo es posible. Y cuando menos a los que teníamos veinte años entonces y recordamos ese día nítidamente, nos dé para un momento de nostalgia. Qué rápido han pasado veinte años y cuántas cosas nos han pasado.
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