Última entrevista en Radio Ibi correspondiente al 10 de ABRIL del año 2015

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martes, 15 de noviembre de 2011

Personas con alma (a la meua avia, Carmen Valls)


Escribo esta entrada con el nudo en la garganta, tras escuchar las condolencias, abrazos y gestos de ánimo y apoyo de familiares, amigos, conocidos y vecinos que querían y apreciaban a mi abuela, Carmen Valls García, que falleció la noche del lunes a los 90 años de edad. El próximo 26 de diciembre habría cumplido 91. Gracias en nombre de la familia a todos y cada uno de los que os habéis acordado, a los que han podido venir y a los que no.

Perder a un ser querido es una experiencia por la que, tarde o temprano todos acabamos pasando. Es inexorable, ley de vida, como suele decirse. Perder a una abuela o abuelo, o incluso a un padre o una madre cuando son personas de avanzada edad es algo que, aunque doloroso, podemos procesar más fácil en nuestra mente porque entendemos que es el ciclo natural de la vida. Las personas de edad avanzada llega un día en que nos dejan. En el caso de mi abuela Carmen así ha sido. Ha vivido más que la media. Ha conservado la lucidez hasta el último momento. Ha podido valerse por sí misma hasta bien entrados los noventa años. Ha visto crecer a hijos, nietos y biznietos. El pasado sábado aún pudimos disfrutar juntos con ella en la boda del último nieto que se le ha casado y, dos días después, su último hálito de vida le ha permitido dejar este mundo sin sufrimiento y rodeada de los suyos. Por todo ello damos las gracias a Dios, pero especialmente por cómo ha vivido y por la suerte que hemos tenido de disfrutar de su vida y su manera de transitar por ella.

La generación de mi abuela, nacida en 1920, es la de toda una generación de "superabuelas", que nacieron después de la primera guerra mundial, en su juventud padecieron la Guerra Civil y posteriormente una durísima posguerra. Es una generación de mujeres que, con mucha frecuencia, perdían muy jóvenes a sus madres (así le sucedió a mi abuela) y tenían que hacerse cargo aún siendo niñas, de una casa, acudir a una fábrica para aportar ingresos y hacer frente a una vida de ninguna comodidad y mucho e ingrato trabajo. Ahora que nos quejamos de crisis, conviene recordar a estas mujeres que acudían a lavar la ropa al "llavaor", asumían íntegramente y sin ayuda las tareas del hogar y no gozaban en definitiva de los mismos derechos que los hombres, a pesar de aportar tanto o más. A pesar de todo, mi abuela jamás se quejó. Sacó cuatro hijos adelante. Era la auténtica administradora de una casa en las épocas en las que administrarse era la norma y de las que ahora deberíamos aprender. Y de ella jamás hemos escuchado ni una queja, ni un lamento. Al contrario. Ha sembrado el bien por donde ha ido.

Los vecinos del carrer San Josep han desfilado por el tanatorio recordando como Carmen Valls era la alegría de la calle. Siempre tenía lista una bandeja de buñuelos, o una saginosa, o una coca de frare para visitar a un enfermo, acudir a felicitar a alguien o simplemente acompañar a alguien al que hacía tiempo que no veía. Acudía cuando se la necesitaba, sabía escuchar, ser confidente. Sabía, a pesar de su avanzada edad, ser comprensiva y tolerante con quien pensaba diferente y no hacer reproches gratuitos. Tenía siempre las puertas de su casa abiertas para todo el mundo y toda su familia, especialmente sus nietos, hemos vivido allí las mejores navidades de siempre, donde la comida que se iniciaba el 26 de diciembre para celebrar el segundo día de nadal y su cumpleaños, se prolongaba hasta el 6 de enero. Hemos recibido en el pequeño balcón de la calle San Josep nº 6 nuestros regalos de la noche más hermosa para los niños de Ibi, la noche de reyes y hemos acudido en fiestas a dejar nuestras mantas de masero, nuestro gaiato después de la entrada o simplemente a sentarnos un rato. Y siempre la sonrisa, el ofrecimiento presto y el deseo de que fuéramos felices. Contaría y no acabaría. Y seguramente en este blog contaré en un futuro algunas de sus historias.

Mi abuela era mujer de fe y sé seguro que en el cielo están ya deleitándose con sus pastisets de moniato, sus empanadillas, sus canciones y sus historias que contaba a cientos con la exquisita memoria de la que conservaba todos los detalles. Mi abuelo que se fue hace 22 años la habrá recibido con los brazos abiertos y le habrá dicho, ¡qué guapa estás Carmen! ¡Cuánto te he echado de menos! I recordan aquella cancó de Nadal que sempre cantaves el día de Nochebuena "En el día de Nadal, les dones son matineres, unes per matar el gall i altres per ferse les trenes..." Hasta sempre avia, et trobarem a faltar.

10 comentarios:

  1. Una buena persona de la que sentirse orgulloso. Mis más sinceras condolencias.

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  2. Hasta sempre, hasta sempre. El segón día de Nadal tornarem a felicitarla.

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  3. Aparte de la relación familiar, pues tu abuela era prima hermana de mi padre, con el que compartía el apodo "Timoteo", mi vida está llena de recuerdos sobre ella. De pequeño, en la calle San José, jugando con tus tíos, entrando y saliendo de su casa. Más mayor, de Masero, ni te cuento (creo que habría que nombrarla festera de honor). Recuerdo que cuando nacieron mis hijas, tu abuela nos hizo un "biscuit" de almendra que todavía estoy saboreando. Siempre sonriente, siempre activa, una gran mujer.

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  4. De la teua neta Elenanoviembre 16, 2011

    Com vaig a tirar-te de menys abueleta... La quantitat de moments viscuts amb una persona tant especial com tú, seràn imborrables. Carinyosa, feliç, oberta, sincera, familiar, amiga, pacient, discreta, comprensiva, prudent... podria dir tantes i tantes coses de tú... Et vas mantindre hasta l'últim instant.
    Qui anava a dir-me després de la nostra "xarraeta" en la boda de Pere que estaves acomiadan-te de mi?

    Espere que descanses en pau amb l'avi Pepe al que tant estimaves i amb el que tantes voltes em digueres que desitjaves trobar-te.
    Un últim adéu de la teua neta que et vol moltíssim i mai t'oblidarà.

    Elena.

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  5. Buena vecina y mejor persona.

    La conocí desde bien pequeño, por la relación de amistad que me une a tu familia.. también recuerdo cuando iba a su casa a recoger las alpargatas de masero los días previos a las Fiestas Mayores, y lo bien que nos trataba y lo contenta que estaba siempre..

    Muchos años después, compré una casa pared con pared con ella, y el primer día que fui a limpiar la casa, nada más oir ruídos, le faltó tiempo para venir a llamar a mi puerta, obsequiarme con unas empanadillas y decirme que ahí estaba para lo que yo necesitara.. y así fue, durante 3 años y pico (hasta que se tuvo que ir a vivir con la familia) nos saludábamos por el patio interior, y teníamos "charraes" de lo más entretenidas...

    Hasta este sábado, en la boda, en la que estuvimos hablando y riendo unos minutos, y en la que la encontré tan risueña como siempre, qué suerte poder estar así hasta el final!

    Lo dicho, todos debemos sentirnos orgullosos de nuestros mayores, pero en este caso con más motivo, pues Carmen era una persona, como bien dices, con mucha alma y con cariño "para dar y regalar".

    Descansa Carmen, y si tratas a la gente de ahí arriba la mitad de bien que lo hacías aquí abajo,pronto se darán cuenta de la joya que les ha llegado. Un beso.

    Ángel Añover.

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  6. Recuerdo en la capitanía de tu padre, todas las pastas y cocas que había, las hizo tu abuela. Un comentario de basseta ilustró como eran aquellas " Xe, en la almerla que porta esta coca, Batiste en fa 10 ".
    Todos hemos disfrutado de ella y siempre la recordaremos

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  7. Emilio Jose Mariel Albertnoviembre 16, 2011

    La recuerdo con tanto cariño como ella nos dio siempre. En el cielo tienen una nueva cocinera. Me siento muy orgulloso de haber podido conocerla. Siempre la recordaré.

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  8. Enhorabuena por haberla podido disfrutar tantísimos años con la cabecita en su sitio... Es una gran suerte, y podéis estar toda la familia orgullosos por ello. Siempre lista, hasta ver a su nieto Pere casado.. es increible tanta fuerza hasta el final... Envidiable, de verdad. Besos a toda la familia.

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  9. Mi mas sentido pésame a ti y a toda tu familia.
    Fernando Pérez Gisbert.-

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  10. Descanse en pau y hasta sempre Carmen.

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