CARTAS MARCADAS

El otro día hablaba yo en esta misma bitácora de VISITAS POCO INOCENTES refiriéndome a la clara instrumentalización de las visitas a la nueva instalación del Teatro Río, cuya finalización (provisional), se ha hecho coincidir a propósito con las semanas previas a la campaña electoral, de un modo similar a lo que ha sucedido con el aeropuerto de Castellón (sin licencia para volar y sin aviones) o en tantos otros municipios, obligando a las respectivas juntas electorales a ir dando pescozones y apercibimientos a los partidos políticos gobernantes.

No obstante, la ley electoral sigue teniendo muchas lagunas y los jueces no dan abasto. Cuando amigos o familiares te hacen esta o aquella sugerencia sobre lo que debes de hacer o decir, me gustaría que muchas veces se adquiriera consciencia del tremendo esfuerzo que supone enfrentarse a un partido con mayoría absoluta. El desmedido uso y abuso de los medios que tienen a su alcance, el descontrol de dinero público y medios también públicos que utilizan en sus respectivas campañas hasta el paroxismo y lo complicado, por tanto, que supone revertir situaciones de mayoría absoluta.

Hace unos días me contaban la siguiente anécdota:"El otro día mi madre, con otro grupo de amas de casa, fueron gratis a Valencia a visitar les Corts Valencianes". Autobús gratis, luego comida gratis en el restaurante de las Cortes y día de excursión, por supuesto institucional y nada instrumentalizada, para visitar el parlamento valenciano. Que esto coincida mes y medio antes de elecciones, por supuesto, es purita casualidad. Al final, por si acaso alguna no captaba el mensaje, se les repartían unas inocentes invitaciones a la presentación de la lista electoral del Partido popular en Ibi. Y por si alguna tampoco lo acababa de captar, en el tarjetón había una gran foto de la alcaldesa y el logo del PP.

Esa obscena utilización y mezcla de lo institucional, lo pagado con fondos públicos y el partido, es moneda común desde que estos gobernantes acamparon por estos lares. Porque el autobús para ir a las Cortes se financia con dinero público, la comida de ese día (lo de menos es para quién) también, los recursos públicos utilizados, por tanto, vienen de los impuestos de todos nosotros. Pero quienes están dispuestos/as a utilizarlo todo para hacer campaña, son solamente unos y lo peor, es que esta sociedad que a veces parece anestesiada y ebria de falsa inocencia, traga con todo. Así, unos concurren a unas elecciones con las cartas marcadas y al resto, nos toca apechugar para ir adivinando y denunciando las trampas, añagazas y abusos de quienes pretenden seguir hundiendo cuatro años más al pueblo en el más absoluto de los desgobiernos y los derroches y están dispuestos -ya lo veréis- a utilizar todo tipo de trampas, difamaciones, abusos y dinero público para no perder la mayoría absoluta. Pero como siempre digo, ya somos todos mayorcitos. Sólo hace falta abrir los ojos un poco.