Última entrevista en Radio Ibi correspondiente al 10 de ABRIL del año 2015

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martes, 30 de septiembre de 2014

Atracos cotidianos...


Ayer vino al despacho un cliente de esos a los que da gusto atender. Es una excelente persona, tiene unos modales exquisitos, agradece el servicio que le prestamos y prácticamente no se queja nunca. Por eso me extrañó sobremanera que entrase con una actitud y unos ademanes que denotaban un enfado aparente: ¿Qué le pasa "X"? (no daré nombres, porque la historia es verídica). "Nicolás, esto no puede ser, después de tantos años y a mi edad (tiene 76 años), me han atracado".

Mi reacción lógica fue preguntarle si había ido a denunciarlo a la autoridad competente, e incluso me ofrecí a acompañarle si no lo había hecho. "Calla, calla, si ha sido en el Banco". Tampoco nombraré la entidad financiera en cuestión, aunque debería de hacerlo. ¿Cómo dice?. "Les he pedido un certificado donde conste que soy titular de mi cuenta bancaria y me han dicho que me tenían que cobrar 30 euros". Cuando me lo dijo, yo tampoco daba crédito.

Es decir, que el banco de este señor, donde tiene abierta una cuenta para que, mes tras mes, puntualmente, le ingresen su pensión. Donde tiene domiciliados sus recibos, no para su comodidad, sino sobre todo para la comodidad del banco. Cada recibo domiciliado ahorra un montón de empleados a las entidades financieras, que evitan tener que atender por ventanilla y contar el dinero como antiguamente se hacía. El mismo banco que con el dinero de este señor y con el de otros millones de humildes impositores, jubilados, pensionistas y trabajadores, maneja, hace y deshace operaciones, invierte y desinvierte, compra y vende participaciones en compañías de todo el mundo, le iba a cobrar treinta euros por darle un papel diciéndole que tiene una cuenta en ese banco con un número de veinte dígitos. Tuvieron la "deferencia" de aconsejarle que pidiese las claves de la banca electrónica, así desde su domicilio podría sacarse esos certificados. El señor, a sus 76 años no tiene ordenador en casa, ni impresora y afortunadamente para su salud mental, ni pensamiento de tenerlo. El señor lo único que percibe es que las comisiones que su banco le cobra se han triplicado y el servicio es mucho peor que antes.

El señor, una vez sintió la "ficticia" pistola en su sien, se puso chulo, que es lo que deberíamos de hacer el 100% de los clientes cada vez que pretenden cobrarnos por un servicio un precio abusivo o, lo que es peor, cuando pretenden cobrarnos por algo que ya debería ir en el precio de dejar nuestro dinero para que lo manejen a su antojo. Y una vez se puso chulo, el atracador, vamos, en este caso, el bancario en cuestión, le dijo que en fin, que en atención a "la relación de tantos años que le une con esta entidad", sólo le cobrarían 3 euros. Vayan multiplicando, 3 euros por imprimirle una hoja de papel donde consta que usted, y no otra persona, tiene una cuenta en esa entidad donde cada mes ingresa su pensión y le cargan varios recibos. Ni comentario tiene que te cobren, como también sucede, cuando acudes a una entidad financiera a ingresar efectivo en la cuenta de otro. ¡¡A INGRESAR!!

Así podríamos seguir con la retahíla de cobros de todo tipo que las entidades financieras se han inventado para mantener su cuenta de resultados. A todo esto, hay que añadir que esta entidad financiera en cuestión donde virtualmente mi cliente se sintió atracado, ha sido rescatada con los impuestos de este amable jubilado al que ahora le quieren cobrar por darle un certificado de tener allí su cuenta. Ni Curro Jiménez ni Luis Candelas habrían perfeccionado tanto el sistema. Al menos aquellos personajes de Sierra Morena tenían su gracia y su banda sonora. Hoy en día ya vemos como está el patio

1 comentario:

  1. Mira como estamos de engañados. Ponemos todos el grito en el cielo porque el Sr.Gallardón (como tantos otros) ha conseguido acomodo en un organismo inútil por 85.000 euros brutos al año, y nos indignamos. Y le decimos nada al director de la sucursal del banco donde tenemos la cuenta, que cobra ese mismo dinero..... Pues tanto uno como otro nos roba, pero parece que uno tenga más derecho a hacerlo que otro.

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