Lo siento Antonio...

No puede asistir al pleno del pasado lunes. Motivos profesionales me habían obligado a excusar mi no asistencia y ayer por la noche me llamaba mi compañera Ana Tello para anunciarme la dimisión y entrega de acta de concejal de Antonio Martos.

Cuando allá por febrero o marzo de 2003 tú y yo dábamos el paso de meternos en política, ambos nos dábamos la mano encomendándonos la tarea, cada uno en su respectivo puesto y formación política, de que más allá de las diferencias ideológicas teníamos que comportarnos con dignidad y evitar que situaciones poco edificantes se repitiesen. Lamentablemente, no lo hemos conseguido Antonio, y no sabes lo mal que me sabe que una excelente persona como tú hayas tenido que probar la cara más amarga de la política. Hemos coincidido en multitud de ocasiones en nuestros planteamientos y, en algunas otras, las menos, hemos discrepado. Siempre nos hemos dicho las cosas a la cara. Recuerdo como en la primera campaña electoral, yo todavía demasiado inexperto e impulsivo, hice una crítica demasiado dura y fuera de lugar sobre una compañera tuya de lista y familiar. Me lo dijiste de inmediato la mañana de la romería de San Pascual. Para mí tu opinión y tu criterio eran importantes, a pesar de ir entonces en la lista del partido que llevaba veinte años en el poder, con aciertos y errores. Sabes que me disculpé contigo y con tu familia. Yo tenía - y sigo teniendo - mucho que aprender y tú me aportaste en ese momento la pátina necesaria de reflexión para no abundar en la crítica innecesaria y el tono demasiado duro y, a veces, injusto.

Asumiste la portavocía del PSOE en una época complicada, donde te ha tocado asumir el desgaste que sufrió el partido a nivel local después de veinte años de poder, y luego el rodillo de la peor mayoría absoluta de la historia de Ibi por parte del PP, donde los gobernantes, han hecho del ataque personal, la búsqueda del desprestigio gratuito del adversario, la difamación y el insulto su santo y seña. En los últimos años me he sentado detrás de tí en el pleno y he visto como intentabas con tu tono pausado y tu maravilloso acento de Porcuna, convencer a nuestra primera edil, pedir la palabra cuando tocaba e intentar que se cumpliera la ley. He asistido también a los constantes pisoteos de la alcaldesa sobre tu persona, he visto cómo te ha quitado la palabra sin motivo, cómo te ha atropellado y lamentablemente, ahí sigue. Como dijo Unamuno en la Universidad de Salamanca delante del atrabiliario Millán Astray, "venceréis pero no convenceréis".

Tras unas últimas elecciones donde sinceramente creo que el pueblo se manifestó por un cambio de gobierno que, de momento, no ha sido posible por la combinación de diversos factores, unos aritméticos y otros políticos, has dado el paso de retirarte y volver a ejercer a tu profesión de maestro. Lo agradecerán tus alumnos, tu familia, tu querida Maria Luisa, tus amigos que recuperarán horas de tiempo libre, fiesta y tertulia en tu compañía y tú mismo. Espero que alejado de los pasillos del Ayuntamiento, recuperes parte de la vida y la tranquilidad que estos años has sacrificado por tu pueblo.

Has estado a las duras, a las duras y a las duras, porque sólo has probado la hiel de la política y nada de la miel, que es más bien escasa. No has podido ejercer el poder y estoy seguro de que habrías sido un magnífico alcalde de Ibi y que, en una legislatura como esta, en que la administración, la austeridad y la sensatez son más necesarias que nunca, te vamos a echar de menos. Pero al menos lo has intentado y ahora, en tiempos también especialmente duros para maestros, médicos, para la sociedad en general y especialmente para los que prestan servicios esenciales, te reincorporas a la dignísima tarea de la enseñanza, donde tu buen criterio y tu vocación ayudarán a muchos. Puedes irte con la cabeza bien alta y sabes que en mí tienes y tendrás siempre un amigo además de todos los has dejado tras tu paso por el Ayuntamiento. Hasta siempre Antonio y, como decía Ovidi Monllor : Au adéu, comence el meu comiat, a tot el temps passat, Bon vent i barca nova!