Día de la carta

Cuando era pequeño, el 4 de enero lo conocíamos sin más como el "día de la carta", y el que venía era "el mensajero" de sus majestades los reyes. Recuerdo las antorchas y ese olor especial que tenían, pero era algo mucho más sencillo, eso sí, con bolsa de caramelos para cada niño. Con los años, la figura del Heraldo y su propia cabalgata han ido cogiendo más empaque y marcan el preludio al que para mí es sin duda el día más bonito del año en Ibi, el 5 de enero, día de la cabalgata de los reyes Magos. Este año, la figura del Heraldo estará representada por la persona de Alejandro Beltrá Vilaplana, empresario juguetero y persona que ha desempeñado diferentes papeles en esta entrañable fiesta y que, con total seguridad, sabrá recibir en nombre de sus majestades los anhelos en forma de carta de tantos niños y niñas. Será un momento que, sin duda, no olvidará jamás.

Desde hace ya bastantes años son miles los niños que se acercan a dejar sus cartas a los pajes de sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar. El día 4 se repiten las colas que llegan desde la Plaza de los Reyes Magos hasta la Avenida de la Paz y año tras año, uno contempla a muchos amigos y conocidos que hace años se fueron de Ibi por motivos laborales pero que cada 4 y 5 de enero, vuelven a Ibi para que sus hijos vivan la gran ilusión que para sus padres fue, y sigue siendo, la noche de Reyes en Ibi.

Tengo dos hijos de 6 y 8 años y ayer escribimos juntos la carta. El mayor comienza a comprender algunas cosas, ya pide menos regalos, ya guarda silencios que anuncian que la magia comienza a hacerse inteligible para él, pero conserva la ilusión intacta. Cada año el 4 y el 5 de enero me vuelvo a emocionar viendo los rostros anhelantes y plenos de ilusión de tantos niños y niñas que conservan intacta esa magia, ese tesoro que es la infancia, la ausencia de mezquindad y el libro en blanco por escribir que es la vida. Mis padres lo hicieron muy bien y conservaron y preservaron todo el tiempo que pudieron esa magia para mi y mis hermanos. Y yo trato de hacerlo con mis hijos. Dice el afamado psiquiatra Enrique Rojas que "casi todo lo humano está en la infancia. Cuando esa etapa ha sido feliz, sana, llena de afecto y bien enfocada, uno sale fuerte para todo"

Los miembros de la Asociación de Reyes Magos de Ibi, los paqueteros, los múltiples colaboradores que aparecen por doquier trabajan estos días a destajo para seguir conservando esa ilusión y esa magia. Cada padre y madre de Ibi que cuida esa ilusión puede darla por bien empleada, sus hijos tendrán siempre un tesoro que hará que en el futuro la transmitan a otros. En un mundo rodeado de mentiras, falsedad, donde muchos solo quieren trasladarnos desesperanza, lo que en Ibi se consigue la noche de reyes hay que preservarlo, cuidarlo y transmitirlo de generación y generación. La Asociación de Reyes Magos de Ibi cuenta con algo más de 500 socios. Creo sinceramente que deberían de ser muchos más. Estamos todos a tiempo. En el carrer Empedrat tienen su sede y recibirán con los brazos abiertos toda colaboración. Un poco de ayuda para tanta ilusión y tanta magia, merece la pena. Todos los que hemos tenido la suerte de ser niños en Ibi y vivir esta fiesta y de seguir viviéndola, lo sabemos bien.