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Creo en los milagros. De hecho, en una sociedad megainformada en la que vivimos, donde si uno se empeña, puede coger depresión solamente con contemplar el bombardeo de información diaria y de noticias, generalmente nefastas y en algunos casos brutales, sobre las cosas deleznables que los seres humanos, bueno, la gente (me niego a llamar seres humanos a algunos individuos), es capaz de hacerse mutuamente, que lo que impere en la mayoría de hogares sea la cordura, la ilusión por mantener unos lazos de convivencia, de amor o de amistad, es sencillamente milagroso.
Del mismo modo que creo en el milagro de la vida, en lo que te transmite un hijo, en la paz que da contemplar la naturaleza o la plenitud que te dan algunas obras musicales. Me parece un milagro que a alguien se le pueda transplantar un corazón, o que en un mundo donde lo que desde los poderes públicos se fomenta es la vocación por el trinque, el mangoneo y la desidia, haya gente que todos los días por un mísero sueldo o una beca, sigan empeñándose en investigar para encontrar remedios a esto o a aquello y que lo hagan por vocación y por convicción. También me parece un milagro que muchos maestros y maestras lleguen cada día a clase para enfrentarse a una treintena de alumnos de los que siempre hay una parte importante de desmotivados y en demasiadas ocasiones maleducados, y que a pesar de ello se empeñen en enseñarles e inculcarles conocimientos. Pero todos esos milagros y otros muchos suceden cada día, y eso hace que este rincón que llamamos mundo, en algunas ocasiones, en muchas ocasiones, merezca la pena.
Pero en España suceden otros milagros. Es milagroso que tengamos una ministra, como Ana Mato, que a pesar de tener la casa más milagrosa del mundo, donde aparecían coches de lujo en el garaje de los que no conocía la procedencia, cumpleaños de sus niños que tenían el coste de una boda, donde había miles de globos, cañones de espuma y hasta el circo Ringling&Barnum&Bros, no se enteraba quién y cómo se pagaba todo eso. Y más milagroso es aún que haya sobrevivido tres años al cargo. Evidentemente, como dice el chiste, si no veía los coches de lujo en su garaje, cómo iba a saber y a darse cuenta de lo qué es y lo que supone una cosa tan chiquitita como el virus del ébola.
Ibi tampoco es una excepción. Ayer sin ir más lejos, escuchaba una voz estridente y chillona en la emisora municipal, que llevaba diez meses prácticamente sin escuchar. Esa voz decía algo así como que lo que todos han coincidido en llamar la burbuja inmobiliaria fue el maná que daba trabajo a mucha gente. No sé si pretendía justificar la tremenda cagada del Alamí que ahora han tenido que intentar deshacer sus sucesores. La voz pertenecía a la única alcaldesa de España a la que desde su propio partido han obligado a dimitir y que, presuntamente -también esto es un milagro- es diputada autonómica. Lo digo porque al parecer, acudía a la emisora en calidad de ese cargo que ocupa y por el que yo y todos los valencianos le pagamos, según publicó hace un par de semanas el diario información, 54.833'53 euros al año. Teniendo en cuenta que el presidente Fabra cobra 50.951'39, es decir, casi cuatro mil euros menos que nuestra flamante diputada, tenía verdadero interés en escuchar, ya que iba en calidad de diputada autonómica, cuántas iniciativas ha presentado en favor de Ibi y de estas comarcas, cuyos vecinos cada mes le pagamos tan generosas cantidades con cargo a nuestros impuestos. También se produjo un milagro, no escuché ni una sola iniciativa.
Y por último, me encontraba ayer en la portada del diario Escaparate, la noticia de que el gobierno municipal del PP pretende, entre otras cosas, construir el pabellón en el Alamí con los más de tres millones de la fianza. Evidentemente, teniendo en cuenta que la fianza tiene que destinarse en gran parte a arreglar lo mal hecho, a reparar los desperfectos y a soterrar la instalación de electricidad, si con lo que queda pueden hacer un pabellón ahí (que entre otras cosas no hace ni puñetera falta), no sería un milagro, sería un prodigio. Pero ya se sabe, llegan las elecciones y el nivel de milagros y de prodigios alcanza categorías esperpénticas, especialmente por estos pagos. Pero de eso hablaremos largo y tendido. Todo milagroso
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del m...
Cuanto le deberá Radio Ibi a la Diputada Autonomica Maite Parra para que en tampoco espacio de tiempo la entreviste varias veces. Nos merecemos los ciudadanos de Ibi esta Radio?
ResponderEliminarHola Nico.
ResponderEliminarA ver si nos puedes explicar que tipo de recurso ha presentado el constructor después de haber aprobado el pleno quitarle la condición de urbanizador y que tal lo ves.
Gracias Nico.
Existan las Milagrosas,los Cotinos, y todo el extenso abanico de recua pepera
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