Claro está, yo pensaba -ingénuo de mí- que desde que esto se hizo público, y teniendo en cuenta la que le está cayendo al PP en toda España en general y en la comunidad valenciana en particular y de una manera muy acentuada, que Fabra aplicaría lo de su famosa "línea roja", e impediría, a 7 meses de las elecciones autonómicas y municipales, que un nuevo diputado imputado accediese a su acta. Entre otras cosas, porque este señor ya tuvo que renunciar a su acta de edil del ayuntamiento de San Antonio de Benagéber, por estar imputado por esta prevaricación administrativa.
Ahora comienza la retahíla de excusas, argumentarios increibles y lugares comunes que tienen para estas cosas: " no es un delito, es una prevaricación administrativa"; " el acta es personal, si él quiere aceptar no podemos hacer nada". No sé cuál de las 2 es peor. ¿Cómo que no se puede hacer nada? ¿ cómo que es una prevaricación, "simplemente" administrativa?. Este fulano, al parecer, en su día adquirió libros por valor de 50.000 euros. Esos libros, no están, ni aparecen, ni se les espera por ningún lado. Este señor, con cargo a los impuestos de los contribuyentes, ha encargado, o firmado u ordenado una compra de la que no hay rastro. Le podemos llamar prevaricación administrativa, presunto trinque, o simplemente desvergüenza, pero este señor no puede ostentar el cargo de diputado. Y el partido que no lo expulsa y lo permite, lo único que hace es hundirse más en el lodazal y hundir a los compañeros que por muchos ayuntamiento intentan gestionar y tienen que andar todos los días dando explicaciones a sus votantes de por qué esta formación, que lleva veinte años con mayorías absolutas en esta Comunidad, ha permitido que se llegue a esto.
El colmo, es que este tío dimitió como edil de su ayuntamiento por este tema. Si el listón le hizo dimitir de concejal, cómo es posible que ese mismo listón le permita ocupar el cargo de diputado en una administración de rango, digamos, superior. ¿Estamos todos locos? Hablar en este contexto de regeneración, de nuevas formas, de nuevos tiempos, y de no sé cuántas chorradas más es una desfachatez pura y dura. De verdad, los valencianos y valencianas no nos merecemos esto. No merecemos, después de una legislatura que arrancó con once diputados imputados, con toda la pléyade de dimisiones y con todo lo que ha caído, que en la última parte de este cuatrienio permitan esto significa sólo una cosa: siguen sin enterarse. El 22 de mayo igual se enteran de golpe, y entonces vendrán las lamentaciones...
Cambiamos PP por sinverguenzas
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