El pasado domingo leía el siguiente titular publicado en el diario INFORMACIÓN de Alicante: "La diputación de Alicante es la que más dinero gasta en asesores de la Comunidad". Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia complet.
Lo más destacado de la noticia seguía diciendo :"La institución capitaneada por Luisa Pastor tiene aprobadas a día de hoy 46 plazas de asesor, aunque todavía tiene pendientes de cubrir ocho, según apuntan fuentes del equipo de gobierno. En total, 38 cargos de confianza para 31 diputados. Estos guarismos sitúan a la Diputación de Alicante como la que más asesores tiene de la Comunidad y, por tanto, la que más puestos deberá suprimir. Porque, tal y como ya informó este diario en su día, la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local contempla que las entidades locales no puedan tener más asesores que cargos públicos. Y aquí, en la de Alicante, hay siete más. A falta de cerrar la liquidación de 2012 y se conozca la cuantía exacta, el Palacio Provincial reservó 1,49 millones ese año para hacer frente a las nóminas de sus asesores".
Para los profanos en la materia, habrá que explicarles que esos 38 asesores son personal de confianza de los diputados de turno, en su gran mayoría del partido gobernante, y que son al margen de los cientos de funcionarios que trabajan en las diferentes áreas de la diputación. Es decir, que la diputación podría funcionar perfectamente sin ninguno de esos 38 cargos. Habría telefonistas que cogerían el teléfono, conserjes que vigilarían y atenderían los edificios de la diputación, técnicos que redactarían proyectos, economistas que llevarían las cuentas y así un largo etcétera. Los 38 cargos de confianza son eso, personal para atender las necesidades de los 31 diputados, que manda huevos. Porque todos y cada uno de esos 31 diputados son además concejales o alcaldes electos en sus respectivos municipios, donde también tienen los asesores correspondientes. O lo que es lo mismo, que no dedican toda la semana a ser diputados.
Todo esto sucede en el contexto que todos conocemos que no vamos a repetir porque ya harta. ¿Tiene alguien alguna duda de que el senado y las diputaciones son perfectamente prescindibles, y de que a las autonomías les sobra al menos el 50% de toda la parafernalia que se han montado para ser microestados a los que sangrar y explotar? Aquí en Alicante lo padecemos crecido y aumentado ya que el anterior presidente de la diputación, José Joaquín Ripoll, como consecuencia de su enfrentamiento abierto y manifiesto con Camps, se montó en Alicante su particular mini estado, con lo que la parafernalia, el boato y la pléyade de mamandurrias para colocar afines por doquier se multiplicó hasta el infinito.
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