El cortijo particular...

Si no teníamos una demostración suficiente de que en los casi diez años que lleva Mayte Parra de alcaldesa, ha gobernado Ibi como si fuera su cortijo particular, la decisión de no hacer los reconocimientos institucionales el día 6 de enero, tras más de treinta años haciéndose, ha sido la penúltima muestra.

Porque claro, ellos han inventado el reconocimiento a la persona solidaria para hacerlo en la Semana de la Solidaridad, que también inventaron. De hecho tengo dudas de que hasta es posible que inventaran la solidaridad, que hasta que ellos llegaron, no existía. Ellos decidieron en su momento el formato en su día de gala del deporte, con 1200 personas en el polideportivo y toda la parafernalia y despilfarro que conllevaba. Ellos se han encargado de buscar reconocimientos a todo quisque, devaluando lo que debería de ser excepción y no norma. Porque nos guste o no, todo el mundo no podemos ser ni brillantes, ni estupendos, ni excelsos investigadores o historiadores, ni personas que destaquemos por una especial labor en un campo en concreto. Esto es un pequeño pueblo de 24.000 habitantes, y carecía y carece absolutamente de sentido, salvo la búsqueda del aplauso fácil, la foto y el favor electoral, que cada año entre pitos y flautas se reconociese a treinta o cuarenta personas o colectivos.

No debe de quedar prácticamente ninguna familia de Ibi sin el suyo correspondiente. En esto hemos sido siempre tremendamente críticos. Claro está. Aquí la alcaldesa no da puntada sin hilo. Si los reconocimientos del 6 de enero han decidido no hacerlos es porque a su majestad no le conviene, o porque ya no hay nada que prometer, ni mítin que dar, y porque evidentemente, no va a volver a soltarse un discurso tan vacío como falso, prometiendo por quinta o sexta vez la "inminencia" de la casa de los Reyes Magos, a la que consellería ha dejado sin presupuesto. Y en esto, una vez más, como lo del Monumento a los Reyes Magos, vuelven a decidir una cuestión que no deberían de poder decidir, ni tocar, ni cambiar. Porque es lo que tienen las cuestiones "institucionales", que tienen - o deberían de tener- un rigor, un orden, una solera, una tradición y unas fechas invariables.

Se hacían el 6 de enero porque era el cierre de las fiestas más entrañables de nuestro pueblo, al día siguiente de la cabalgata, con la presencia de las personas que encarnan a sus majestades los Reyes magos de Oriente y en reconocimiento a lo que ha sido la industria más importante de nuestro pueblo y que ha permitido que hoy seamos lo que somos. Esos reconocimientos tenían que ser muy contados, muy justificados y muy seleccionados. Y en ese acto del seis de enero, no tenían porque llevar más de diez o quince minutos. Pero claro está, cuando se han montado saraos a lo largo y ancho del año, donde se ha buscado más el favor de la gente que la seriedad y los méritos de a quien se reconocía, al final te quedas sin argumentos. Y lo peor es que se lo cargan. Al paso que vamos, se lo cargan absolutamente todo y de Ibi no quedan ni las muestras. Y si no al tiempo. Eso sí, con toda la que está cayendo y la lista de agravios, desgobierno, despilfarro, casos de corrupción y empresas que se van fuera de Ibi porque esto es una república bananera, esto seguramente es de lo que menos importe. Eso sí lo han conseguido.