Césped, hielo y chocolatadas

La constatación de que estamos asistiendo a una repetición de los sucesos acaecidos los meses antes de las elecciones de 2007 no admite discusión. El Partido popular, una institución privada que debería de concurrir a las elecciones en igualdad de condiciones con el resto de fuerzas políticas, está usando y abusando de los medios públicos, del dinero público, de la televisión local, de la Radio Local, de los fondos públicos y de la ausencia total de vergüenza, para hacerse una campaña electoral que le de la vuelta a la percepción de la ciudadanía, tras la legislatura en la que más vergüenza han hecho pasar a los ibenses.

Cuando pidieron un préstamo de un millón de euros para embellecimiento de espacios públicos ya sabíamos lo que nos venía, pero la realidad está superando todas las previsiones. La foto que ilustra la entrada del blog refleja una escena conocida y comentada en todo el pueblo. El último capricho de la alcaldesa, cubrir las medianas del desvío, que no generaban gasto ni mantenimiento alguno, que no son aceras para transitar, sino un mero elemento de obra pública para separar calzadas, con césped artificial ha sido la penúltima. A partir de ahora, cuando comienzen a levantarse, a acumular suciedad y simplemente a estropearse, habremos tirado a la basura decenas de miles de euros para que la alcadesa intente arañar algún voto. En esa misma avenida en la que han plantificado césped artificial, hay un Centro de DIA que ha permanecido toda la legislatura cerrado y abandonado. Los cientos de miles de euros que dos meses antes de elecciones se están gastando en estas cuestiones que nadie demandaba, no se han invertido ni en una escuela infantil pública, ni en reformar el Estadio Climent donde entrenan niños y jóvenes, ni en dotar el Centro de DIA, ni en mejorar las ayudas al deporte de base.

La alcaldesa está derrochando el dinero de todos los ibenses en repartir chocolate (mañana a las 17'30 en la glorieta del polivalente), en arrancar árboles para plantar costosas palmeras, en repartir costosos folletos o en hacerse seguir de las cámaras de la televisión local delante y detrás. La oleada de indignación que está instalándose en muchísimas familias de Ibi es palpable. Y aunque los incondicionales y los palmeros, que siempre los hay, le rían las gracias y le alaben el gusto, es muchísima la gente que no entiende por qué han tenido que recortar en sus hogares todo tipo de caprichos, mientras ven que su ayuntamiento tira la casa por la ventana en cuestiones que no hacían ni puñetera falta.

Para seguir rematando la faena y , en consonancia con el frío que pasaron los que asistieron a la inauguración del Teatro Río, nos montan una pista de hielo para la práctica del demandadísimo deporte del patinaje en pleno mes de marzo y a veinte grados. Porque claro está, eran legión las familias de Ibi que demandaban esta instalación. Estaba a punto de organizarse una manifestación de los padres y madres para que les montasen una pista de patinaje sobre hielo en la plaza del Centenario. Contentos deben de estar los usuarios del Climent o los clubes deportivos de Ibi viendo a qué destinan el dinero y los recursos sus gobernantes. Porque no crean que esto sale gratis. Además de costarnos dinero, la alcaldesa seguro que repartirá cientos de invitaciones a sus amistades para quedar chupiguay, como han hecho en las ediciones de la feria medieval, o como lo hizo repartiendo cientos de invitaciones ( a quien ella quiso, claro está), para asistir a ver a Manu Tenorio en la inauguración del Teatro Río. La pista de hielo es un medio para un fin. Ahora sólo queda que los ciudadanos de Ibi la pongan en su sitio y le recuerden que el fin último del poder, es servir al pueblo y no servirse de él.