Cruz Roja y la concejalía de Medio Ambiente acuerdan emprender acciones
conjuntas para la conservación del entorno
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La concejala de Medio Ambiente, Blanca Navarro, y Cruz Roja han acordado
colaborar en diferentes acciones destinadas a conservar el entorno natural
del m...
miércoles, 26 de enero de 2011
Crisis y oportunidades
La mayoría de los medios de comunicación nacionales, se hacían eco en estos días atrás, de la necesidad de Alemania de profesionales cualificados para cubrir decenas de miles de puestos que han quedado vacantes por diversas circunstancias. Decía la noticia que podéis leer integra pinchando en Alemania necesita cubrir entre 500.000 y 800.000 puestos de trabajo especializados en los próximos meses. Uno de estos estudios, elaborado por el Instituto de Mercado de Trabajo e Investigación de Empleo de Nuremberg, señala que hará falta que las empresas germanas importen 34.000 ingenieros, 30.000 conductores profesionales, 21.000 especialistas geriátricos y 20.000 trabajadores especializados en tareas de administración.">ESTE ENLACE a la noticia publicada en "El Economista".
La generación a la que pertenezco está viviendo la primera crisis económica "profunda" y que nos coge en pleno periodo de actividad laboral. Las anteriores crisis (de diferente calado) nos han cogido siendo niños o en periodo de formación. Pero esta nos coge en plena actividad, con responsabilidades familiares, cargas financieras y, en definitiva, siendo plenamente conscientes de su dureza y con consecuencias reales para la mayoría de las economías y que se traducen, fundamentalmente, en una necesidad de bajar nuestro nivel de vida, o por lo menos del que habíamos disfrutado en la década anterior. Pero como todo es relativo, convendría no olvidar situaciones a las que nos retrotrae la noticia que parcialmente reproduzco en el primer párrafo. En los años sesenta y setenta, más de 2 MILLONES DE ESPAÑOLES tuvieron que salir del país a buscarse las habichuelas. Ello posibilitó que, vía entrada de divisas, muchísimas familias españolas que aquí se quedaron, pudieran subsistir y salir adelante. Posibilitó también que el régimen franquista no tuviera la presión social de una población activa parada (en aquella época habría supuesto más de un 30% de paro) que ningún gobierno podría haber soportado, además de una inyección de fondos. Gracias al esfuerzo de millones de Españoles que dejaron aquí su familia, su arraigo, su modo de vida, España se convirtió en la "fábrica de Europa" pudiendo vivir los años conocidos como del desarrollismo, de los que Ibi fue un vivo ejemplo.
Para poner la crisis actual en su justo contexto, explicaré una historia extrapolable a la de tantos españoles de entonces: "V.C.P", vecino de una localidad del interior de la provincia de Alicante, con dieciocho años recién cumplidos emigraba a Alemania. Alemania era entonces (mucho más que hoy en día), la auténtica locomotora de Europa. La diferencia entre los sueldos de allí y aquí era algo así como seis o siete veces superior. Por supuesto, la mayoría de españoles que iban para allá, lo hacían con un contrato en regla. Especialmente en Alemania eso de el trabajo "en negro" no existe. Pero más allá de las condiciones legales, pongámonos en situación. Inmigrante que no entiende ni habla nada de alemán. Que por supuesto, va con un bagaje de estudios en su país de origen que se ciñe a las "cuatro reglas" que aprendían en el colegio. "V.C.P" se preocupó pronto de asistir a las clases de alemán que sufragaba la empresa. Cada mes enviaba gran parte de su sueldo a España y gracias a él, su familia seguía adelante. A los tres años de estar en Alemania y de haber conocido novia alemana, tuvo que volver a España para cumplir con el servicio militar: ¡casi 2 años de mili! En aquél entonces, no había vuelos baratos ni dinero para volar, así que 2 añitos sin ver a la novia. Y por supuesto, en los permisos de la mili, aprovechaba para trabajar vendiendo helados y seguir aportando a su economía familiar. Luego volvió a Alemania. Trabajar y ahorrar. Trabajar y ahorrar. Su sueño era poder volver a España y después de 11 años trabajando y ahorrando volvió a su país. Como muchos inmigrantes, se casó allí solamente acompañado por algunos de los compañeros de trabajo (su familia no podía pagar un vuelo barato que no existía), y en una ocasión, sólo en una, vino en un vuelo extraordinario para enterrar a su madre de la que no pudo despedirse.
Esa era la dureza de la situación de los años sesenta y setenta. Nada de color de rosa. Muchos pudieron volver después de diez o doce años, encontrar trabajo aquí y no desarraigarse. Pero otros muchos se quedaron allí y todos dicen lo mismo. Somos extranjeros aquí y también nos sentimos un poco así cuando volvemos a España. Lo peor es el desarraigo. Lo digo por que ahora nos quejamos, a veces con razón, pero otras veces, deberíamos de poner las cosas en su justo contexto. "V.C.P." era y es mi suegro, y como muchos millones de Españoles, parte de lo que es hoy España fue gracias al sacrificio de muchas personas como él.
6 comentarios:
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La crónica es harto ilustrativa. Y no te cuento nada si la comparamos con la mitad de la población de china, que vive en una economía rural y de subsistencia y encima sin libertades, a pesar de ser la fábrica del mundo. O con los de Haití. Esa es la realidad, vivimos una crisis de país rico, y nos quejamos. Eso no quita para que añoremos la época en la que en Ibi no había paro, y todo el mundo gastaba alegremente y se hipotecaba aún más alegremente.
ResponderEliminarHoracio
La perspectiva, amigo nico, esa gran olvidada. Hay que poner las cosas siempre en su justo contexto. El problema no es lo que ganamos, sino lo que gastamos y lo que necesitamos para vivir, que no es lo mismo que para ser felices.
ResponderEliminarA.
Tu entrada de hoy me recuerda mis conversaciones con un compañero de la cadena de montaje, de cuando yo trabajaba en la Fábrica Rico. Mi compañero había sido emigrante en Alemania y Suiza, había trabajado de encofrador, pero siempre "de extrangis", es decir, "sin papeles" como se dice ahora.
ResponderEliminarMi compañero se lamentaba allá por el principio de la década de los años 80 de que había tenido que desistir y quedarse en España. La razón era que las autoridades suizas y alemanas habían ido modificando las leyes de tal forma que se habían convertido en un callejón sin salida: si no tenías permiso de trabajo no podías obtener el de residencia, pero si no tenías permiso de residencia no te daban el de trabajo.
¿Nos suena algo esta historia?
Lo que está claro es que el nivel de consumo del llamado "primer mundo" tiene fecha de caducidad. Y sin embargo, cada vez son más los que acceden a esos niveles brutales de consumo mientras medio mundo vive en la más absoluta miseria. Esto reventará si no aprendemos y pensamos que todos tenemos derecho a todo mientras otros no tienen derecho a nada
ResponderEliminarCarmen
De todas maneras, los jóvenes de Ibi no deben de marcharse fuera. En el folleto que una vez más están buzoneando con la foto de "la todopoderosa" Mayte Parra, se vanaglorian de que uno de sus logros es haber creado empleo. Me tendrán que explicar dónde, a parte de haber colocado a una veintena de amiguetes, afiliados, familiares, colegas y cargos de confianza.
ResponderEliminarCamacho
Es muy dura y triste la historia que contás. Y muy real. Hoy me veo ante la situación de buscar un trabajo en Alemania porque no consigo aquí hace meses y meses.
ResponderEliminarAunque me duela dejar el país, creo que no queda otra posibilidad ya que la situación aquí está cada vez peor.