Hasta siempre Labordeta

Qué pocas veces sucede que un político caiga bien a mucha gente. Seguramente al bueno de José Antonio Labordeta eso no le importaba ni mucho ni poco. Y quizás, cosas de "la cochina política" como me dice algún familiar mío, si al aragonés le hubiese correspondido tener responsabilidades de gobierno, ese talante socarrón se habría tornado en antipático para muchos.

Lo cierto es que, por encima de ideologías y de disquisiciones políticas, Labordeta nos parecía a la mayoría un buen tipo, una buena persona, un hombre que no había perdido la cercanía con el pueblo, y por eso era lo más parecido a uno de nosotros. El canto a la libertad le hizo famoso. Y ahora, que parece que con la crisis vuelven a aparecer los negros nubarrones del racismo, la intolerancia y el individualismo, los sones de la magnífica composición del cantautor aragonés dedicada a la Libertad en tiempos en que no sobraba en nuestro país, se vuelven más actuales que nunca.

Espero que llegues al cielo con tu mochila llena de historias, buen humor y buen vino aragonés. Hasta siempre Labordeta.